Balance del Todo por Hacer, 150 números después

La publicación que presentamos aspira a ser un mínimo ejemplo de la capacidad que todas y todos tenemos para llevar a cabo nuestros proyectos, sin agentes intermediarios, sólo con nuestro esfuerzo y motivación” – Número 1 de Todo por Hacer (febrero 2011)

Ya ha salido a la calle el número más reciente del Todo por Hacer – alguno más llevamos si incluimos los monográficos especiales –, una publicación anarquista que, a lo largo de los últimos 150 meses no ha faltado nunca a su cita periódica con las lectoras.

Nacimos al calor de las movilizaciones por la Huelga General de septiembre de 2010, donde muchas anarquistas madrileñas veíamos que nuestras ideas y acciones no hallaban eco entre las personas ajenas a nuestro círculo y que, si bien era un momento de variada y buena contrainformación en la red, entendíamos que se necesitaba dar un paso más y dirigirse a un público más amplio. Por eso fundamos un periódico gratuito, en el que el dinero no fuera un impedimento para conocernos, que se encontrara en nuestros sitios de referencia (centros sociales, sindicatos, etc.) pero que también estuviera en bares, en el metro, en bibliotecas, asociaciones de vecinas… con el fin de llegar a cuanta más gente mejor. Nuestra intención no era hacer un periódico de anarquistas para anarquistas, más centrado en la teoría o en el debate interno, sino generar una herramienta para que nuestras ideas o interpretación de la actualidad pudieran ser visibles en una manifestación por la sanidad pública, en el mercado del barrio o en nuestro centro de trabajo.

De esta manera, empezamos a escribir, maquetar e imprimir un periódico mensual, que recopilaba noticias de los – por entonces muy activos – movimientos sociales de Madrid, el Estado y el resto del mundo y las analizaba. Comenzamos con una tirada muy modesta, que fue en aumento – sobre todo tras el estallido del 15-M y el tener a miles de personas acampando en Sol a las que entregar nuestra publicación – y a la que se fue añadiendo una difusión por internet y por redes sociales cada vez mayor, si bien siempre con la idea de potenciar el eje central del proyecto: un periódico en papel, que prioriza el análisis a la dictadura de la inmediatez.

Más de doce años después, hemos llegado a 150 números. Una cifra bien redonda de la que estamos orgullosas y que, a su vez, nos obliga a reflexionar sobre nuestra andadura y sobre si estamos cumpliendo, o no, con nuestros objetivos. Desde luego, con el avance que está teniendo el fascismo, no parece que estemos más cerca de la revolución social (el objetivo final, por decirlo de alguna forma), pero queremos pensar que nuestros artículos mensuales contribuyen en cierta medida a la formación de ideas antiautoritarias y críticas.

A modo de celebración de estos 150 números, queremos compartir una breve presentación de este proyecto, de su evolución y de su funcionamiento, por si pudiéramos servir como ejemplo – para lo bueno y para lo malo – para otros colectivos que quieran sacar adelante un proyecto autogestionado, horizontal y asambleario de características similares.

Somos un proyecto activista, no un medio de comunicación

Llegados a este punto, lo primero que hay que dejar claro es que no somos un medio de comunicación convencional, por lo que no actuamos en defensa de los intereses de sus propietarios – como las bondades del capitalismo, los intereses de las empresas presentados como “sentido común”, etc. –. Tampoco nos movemos dentro de la competencia por el click rápido, por “ganar” a otros medios e informar primero. Al ser un proyecto colectivo, que publica artículos con una periodicidad mensual, no podemos participar en esa carrera por las exclusivas y por dar noticias de última hora, escritas rápidamente y con titulares llamativos. Por eso, priorizamos el análisis a la inmediatez; siempre que explicamos algo, intentamos dotarlo de un contexto, de reflexiones y de aprendizajes.

Desde nuestro periódico nunca hemos pretendido presentar nuestra información como “objetiva” o “imparcial”. Reconocemos que somos un proyecto activista – es decir, que busca transformar el mundo –, que tenemos un punto de vista político desde el cual informamos y que nuestro foco viene atravesado por el mismo. No mentimos a nuestro público: no somos periodistas, no contamos una verdad objetiva; analizamos la actualidad desde un enfoque libertario.

Las fuentes de las noticias que escribimos

Cuando empezamos nuestra andadura, existían varios medios de lo que se llamaba contrainformación (término cada vez más en desuso) de los que nos nutríamos para llenar el contenido de nuestro periódico: Klinamen, Cabezas de Tormenta, Otro Madrid, Diagonal, Indymedia Madrid, etc. Nos entristece ver que muchos han desaparecido en los últimos años – lo cual nos dificulta las cosas a la hora de escribir nuestros artículos – pero a su vez reconocemos el gran trabajo de los medios alternativos que sobreviven: A las Barricadas, Portal Oaca, Ara Info, La Haine, Kaos en la Red, El Salto, Indymedia Barcelona, Federation Anarquiste, Acracia, La Directa, Briega, Píkara, Galiza Livre, Rebelión, etc. Nos dejamos muchos otros, lo sabemos, pero es imposible mencionar a todos. Como podéis ver, bebemos de influencias muy diversas, con estilos e ideologías distintas. Aunque siempre procuramos tener un enfoque anarquista, buscamos cierta pluralidad en las temáticas que abordamos: podemos hablar de la degradación del Mar Menor, de la persecución judicial al independentismo gallego, de memoria histórica, de huelgas en Andalucía, de maternidades, de salud mental o de la política penitenciaria de las presas vascas.

Mención especial también a todas las radios libres del Estado (de las cuales solemos hablar a menudo en nuestras páginas), a quienes sacan fanzines y los fotocopian para que podamos leer contenido original a precios asequibles y a todos los medios que siguen publicando en papel y buscan que sus palabras no se pierdan en el maremagnum de Internet. A su vez, hay que tener en cuenta que las formas de comunicación están cambiando y, con estos novedades, están apareciendo nuevos proyectos informativos en forma de podcasts, vídeos de youtubers, reels en redes sociales, hilos de Twitter, etc. Son formas diferentes de llegar a un público más amplio y joven y su labor es igualmente muy importante.

Las temáticas sobre las que escribimos

Para nosotras lo importante es participar y difundir proyectos con prácticas libertarias, asamblearias, horizontales e igualitarias, que no buscan “vender” nada a un público (“votadme y prometo solucionar todos tus problemas de forma mágica”). Pueden ser colectivos anarquistas, o no, pero siempre y cuando sus principios sean compatibles con el anarquismo, merecerán nuestro apoyo. Por eso siempre hemos proporcionado un altavoz a asambleas de vivienda, a sindicatos de base, a sindicatos de barrio, a asambleas vecinales, a colectivos contra la gentrificación, a organizaciones feministas, antirracistas, de defensa de los derechos LGTBIQ+ y de las personas trans, antifascistas, a grupos antirrepresivos y anticarcelarios, etc.

Con esto queremos decir que los principios anarquistas se llevan a la práctica precisamente con su práctica. Suena redundante pero es así; se hace camino al andar.

Que podamos tener diferencias con algunas de las organizaciones de las que hablamos en nuestro medio no es malo. La crítica sana, el debate y el cuestionamiento, no son en sí mismos malos, siempre y cuando podamos encontrar espacios comunes – a poder ser posible, amplios – para trabajar de forma colectiva. El antifascismo, por ejemplo, suele ser uno de esos espacios comunes. La solidaridad frente a la represión, también. Muchas diferencias se dejan de lado cuando detienen a compañeras y hay que arrimar el hombro para que salgan en libertad. Y la misma dinámica se da a veces con determinadas reivindicaciones – feministas, por la sanidad, etc. –. Nosotras no tenemos problema en trabajar codo con codo con gente que se define afín a un partido político, que no es anarquista o, incluso, que tiene parte de su activismo en una parroquia (esto se ha dado). Pero, evidentemente, tenemos unas líneas rojas: no hacemos campañas por partidos, por liberados sindicales, por democratizar instituciones represivas, etc.

Abogamos por recuperar algunas dinámicas que vivimos durante el 15-M y la eclosión de las asambleas de barrio: personas con conciencia crítica, de todo el espectro de la izquierda, participando en asambleas horizontales, sin líderes, para dar respuestas colectivas a los problemas más graves de nuestros entornos (desahucios, despidos, redadas racistas, represión policial, etc). Si la forma de trabajar respeta el asamblearismo y el consenso como herramientas, nadie que se moje con nosotras sin buscar un rédito personal será nuestra enemiga.

Sola no puedes. Con amigas (y con ganas), sí

Hace poco, el fanzine Silencio Tóxico nos entrevistó y nos preguntó si habíamos sufrido represión y cuáles eran los mayores obstáculos con los que nos hemos encontrado a lo largo de estos 150 números. Le explicamos que no hemos sido formalmente represaliadas – si bien precisando que, en los tiempos que corren, todo el mundo se autocensura en mayor y menor medida y que nosotras no hemos sido una excepción – y que el mayor enemigo de un proyecto como el nuestro suele ser el desgaste personal o a la falta de implicación. Todo por Hacer llevamos más de doce años de andadura y es imposible que cada miembro se pueda implicar de la misma forma siempre a lo largo de los meses y de los años. Nuestras circunstancias vitales, laborales o familiares van cambiando y no siempre tenemos la misma disponibilidad. Y la ilusión, por razones personales, políticas o sociales, puede verse resentida a veces: si meten a una compañera en la cárcel a veces se reacciona con un plus de energía y se busca difundir el caso y denunciarlo, pero en otras ocasiones la consecuencia es la depresión generalizada y la apatía (lo cual es precisamente lo que buscan las instituciones represivas).

Por nuestra asamblea ha pasado mucha gente y hay quienes se han marchado (desde aquí les mandamos un cálido abrazo, pues el proyecto nunca habría podido existir sin ellas). Estas entradas y salidas suponen que no siempre hemos contado con las mismas fuerzas. A veces a una persona le “toca” escribir una página un mes y al siguiente le pueden caer cuatro; a veces tenemos que tirar más de colaboraciones externas, o de artículos extraídos de otros medios. Pero, de momento vamos sobreviviendo razonablemente bien y producimos contenido propio a buen ritmo. La calidad del mismo es algo que tendréis que valorar quienes nos leéis.

No tenemos recetas mágicas, pero para que cualquier proyecto surja y sobreviva, se necesita creérselo y tirar para adelante con constancia y dedicación. También, y para evitar el pesimismo y la sensación de inutilidad o de derrota, creemos que es importante ser conscientes de que las luchas y las militancias tienen ciclos, momentos de explosión y de reflujo y que con ello debemos convivir y adaptarnos, tratando de seguir vivas en los momentos en los que parece que no tenemos incidencia para estar siempre preparadas para cuando llegue nuestro momento.

Insistir e insistir, crear lazos solidarios con otros proyectos y personas y marcarse objetivos que sean realizables en el corto plazo, pero bellos y motivantes en el horizonte, puede ayudar a nuestros proyectos sean duraderos y que puedan ser ese ejemplo de que una sociedad libre e igualitaria es posible.

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