50 años después de Stonewall, la lucha continúa

Cuando julio llega, Madrid lo recibe envuelto en la bandera arcoíris. El Orgullo Gay es el evento que más dinero recauda en la capital, es el momento del año para demostrar que se es abierto, inclusivo y moderno. Sin embargo, cada vez son más las críticas que surgen dentro del colectivo LGTBIQ+ hacia las actividades principales: el Orgullo está totalmente mercantilizado y acaba siendo un escaparate para blanquear a empresas, marcas, políticos… Además, se siente que la palabra “gay” queda ligada a hombre, blanco, acomodado, invisibilizando otras facetas de la diversidad sexual y de género: bolleras, bisexuales o trans.

Por ello, hemos elegido dos entrevistas que tocan este tema desde “la periferia”: para abrir boca, hablamos con Orgullo Vallekano, que reivindica un activismo LGTBIQ+ de clase y combativo, y para terminar, os acercamos al conflicto laboral de una trabajadora trans despedida por utilizar el baño en el curro, demostrando, una vez más, que el apoyo mutuo es la mejor de nuestras herramientas, ¡juntas somos fuertes!

«No son tiempos para creer en unicornios» Entrevista a Orgullo Vallekano

El mes de junio llega a su fin en el madrileño barrio de Vallecas de la mano de algo más de una semana de actividades enmarcadas en el Orgullo LGTBI+. Un orgullo con carácter propio, de barrio, que lucha por la diversidad y reivindica la libertad en la cotidianidad de nuestras vidas. Para acercarnos a esta semana de lucha, que mejor que hablar directamente con el colectivo cuyo trabajo ha posibilitado todo esto, Orgullo Vallekano. Os dejamos, pues, con una entrevista a uno de sus miembros

-Tenemos entendido que el colectivo nace a principios de 2017 de la mano de la Plataforma Qué Orgullo de Periferia con la idea de descentralizar los actos del Orgullo LGTBI+ por los distintos barrios de Madrid. ¿Podéis contarnos cómo caló esta idea en Vallecas? ¿Cómo fueron vuestros primeros pasos? 

Con la ayuda de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Vallecas y de la Asociación de Vecinos del Puente de Vallecas se convocó una reunión para tratar el tema el 16 de febrero de 2017. A esa reunión acudieron ya 25 personas de diversas asociaciones, colectivos y particulares, y se puso todo en marcha rápidamente. Esa fecha es la que tenemos cono nacimiento de Orgullo Vallekano en Puente de Vallecas.

-Vallecas es un barrio con una larga y amplia tradición activista, y la lucha por la diversidad y los derechos LGTBI+ no son una excepción. La primera manifestación LGTBIQ en el barrio data de 1981, ¿tenéis o habéis tenido contacto con aquella generación de activistas? ¿Qué podéis contarnos de la historia del Movimiento aquí en Vallecas?

Es cierto que Vallecas es una de las cunas del activismo en Madrid y en España, pero esa primera manifestación LGTBI de 1981 no fue convocada desde el barrio, sino que fue la manifestación del Orgullo central de Madrid, que no tenía aún lugar fijo, y las autoridades la querían relegar del centro (como ahora algunxs….). Se eligió Vallecas para esa manifestación precisamente por ser uno de los sitios más luchadores de la ciudad. Y sí que hemos tenido contacto con lxs organizadorxs de aquella manifestación que aún viven. Durante la celebración del Orgullo de 2017 hicimos una exposición de fotos de aquella manifestación y un acto público con la presencia de esxs antiguxs activistas que fue interesantísimo.

-En un contexto como el vallecano, de barrio de clase trabajadora, vecinas mayores y población migrante, ciertamente alejado del estilo más moderno o cosmopolita del centro de Madrid ¿Cómo encaja aquí el movimiento LGTBI+? ¿Cómo es la gente que participa del colectivo?

En realidad, es todo mucho más natural de lo que parece por la pregunta. No se trata de apoyar al colectivo de Orgullo Vallekano porque eso sea moderno, sino porque es una lucha más del barrio, ¡Las marikas, las bolleras y les trans también somos clase obrera! También somos precarias y también tenemos problemas de vivienda (en algunos casos, como las personas trans, incluso más por su mayor exclusión social)

-Por vuestras acciones y textos, vemos que tratáis constantemente de tender puentes entre distintas luchas y problemáticas, tejiendo lazos entre el movimiento LGTBI+ y otras luchas como la feminista o la de clase. En este sentido, y entendiendo que la lucha LGTBIQ+ va mucho más allá de la normalización del estereotipo de hombre blanco gay de clase media, ¿Cómo y desde qué óptica lográis/buscáis una transversalidad con otras problemáticas/circunstancias como la cuestión de clase, o la nacionalidad/origen, ecologismo, etc? 

Las personas oprimidas por la sociedad patriarcal/capitalista tenemos el mismo enemigo común, esta sociedad que nos aparta, nos arrincona, nos explota, nos racializa, nos hace precarias. Así que de forma natural la lucha es común, al estilo de la película inglesa Pride.

-El «Orgullo Gay» se ha convertido en el evento que más dinero mueve anualmente en el municipio de Madrid y una perfecta herramienta para que tanto los partidos políticos como el propio capitalismo hagan pinkwashing y se vistan de abiertos, tolerantes y modernos… ¿Qué opináis sobre esta dinámica?

Estamos hartas de que los mismos partidos que se quieren vestir con la bandera LGTBI durante el Orgullo luego nos critiquen porque nos visibilizamos también en la Cabalgata de Reyes del barrio de 2018. Nosotras somos las mismas siempre, existimos siempre y siempre somos parte de la sociedad. Tenemos que poder ser visibles en cualquier tiempo y lugar, también en eventos infantiles, pues lxs niñxs saben así desde el principio que existimos y aquellxs que sean del colectivo verán que hay otras personas como ellxs. Así que cuando vemos estas contradicciones y este intento de utilización los señalamos en redes sociales.

-Hemos seguido varias de vuestras campañas por RRSS, algunas muy interesantes, como la de salud… ¿Cómo es vuestra lucha cotidiana, más allá de las grandes citas? ¿Qué objetivos tenéis? ¿Cómo desempeñáis vuestra actividad en el barrio? ¿Qué frentes tenéis abiertos ahora mismo?

Según se van incorporando activistas a Orgullo Vallekano nos traen su campo de trabajo a la asociación. Dos de las últimas incorporaciones han sido dos chicas médicas que nos han aportado mucho en el campo de la medicina y la salud del colectivo. Ya teníamos colaboración con entidades que luchan por la salud de las personas LGTBI como Apoyo Positivo y Atiempo, pero es verdad que estas últimas incorporaciones han supuesto un salto de calidad importante. También mantenemos abiertas otras luchas, como la Memoria de las personas LGTBI durante la Guerra Civil y la dictadura, nos relacionamos con entidades que se dedican a lxs refugiadxs (también hay refugiadxs LGTBI), no olvidamos que también la cultura y el arte son importantes para el colectivo e intentamos concienciar y educar, visibilizarnos.

-La extrema derecha empieza a ocupar puestos de poder en ayuntamientos y comunidades autónomas, ¿Qué pronóstico tenéis de cara a lo que se viene encima? ¿Cómo creéis que afectará tanto al movimiento LGTBIQ+ como a cualquier persona que pueda ampararse dentro de estas siglas?

Van a intentar invisibilizarnos, apartarnos, pero nosotras vamos a seguir luchando. No nos van a callar. Solo lo podrían hacer como lo hicieron en la posguerra, encarcelándonos, asesinándonos o mandándonos al exilio. Esperemos que la sociedad española no tenga que ver otra vez cómo se repite esa historia.

-En un contexto general de violencia hacia las personas LGTBIQ+, donde las escalofriantes estadísticas de agresiones sufridas suponemos se quedan cortas respecto al total que se llevan a cabo ¿Por dónde creéis que pasa la vía para evitarlas? ¿Y para afrontarlas desde una perspectiva colectiva?

Hay que aprobar por fin una ley LGTBI y una ley Trans que persigan este tipo de actitudes. En pleno siglo XXI no es de recibo que haya personas que sufran persecución o violencia por razón de su pluma o su identidad de género. Como tampoco lo es que haya tantas mujeres asesinadas y atacadas por hombres por el solo hecho de ser mujeres. Afortunadamente, sentencias como la de la Manada de estos días nos abren un hilo de esperanza.

¡Devuélveme mi trabajo, discúlpate y no vuelvas a hacerlo!

Con esta consigna arrancaba uno de los últimos conflictos laborales abiertos por el sindicato local del IWW británico en Sheffield. El caso era sangrante, una de sus miembros era despedida por ir al baño en el trabajo. Ella es trans, y resulta que se equivocó de lavabo. Tras una importante campaña de presión, el conflicto se cerró con la reincorporación de la trabajadora a su puesto, pero este caso ilustra a la perfección el impacto de la transfobia en un ya de por sí precario mercado laboral. Estas deleznables situaciones traspasan fronteras, y las formas de enfrentarlas, también. A continuación, presentamos una entrevista que se le realizó a la trabajadora durante el transcurso del conflicto. Es bastante explicativa.

-¿Puedes explicarnos que te sucedió en tu trabajo?

Empecé a usar el baño de mujeres a finales de diciembre del año pasado, estando empleada por una agencia de trabajo en la oficina de una compañía desde junio de 2014. He estado pasando por una transición de género desde hace aproximadamente 5 años, voy recorriendo etapas, pruebo algo nuevo y sigo adelante cuando me siento cómoda con ello, y había dejado de sentirme cómoda usando los baños de hombres hace bastante tiempo. Un par de semanas después de empezar a usar el baño de mujeres, mi jefe me comentó que alguien había puesto una queja sobre mí, y me realizó una serie de preguntas muy personales acerca de mi identidad de género y mi presentación. Sentí que estas preguntas eran tan poco apropiadas por parte de mi jefe como las que realiza un extraño en un bar (razón por la que dejé de estar cómoda en los baños de hombres en primera instancia). En la tercera reunión que tuvimos, una semana después, le mostré a mi jefe varios documentos confirmando mis derechos como persona trans y las pautas de la compañía para acomodar a las personas trans, pero tras salir del trabajo esa tarde, recibí una llamada de la agencia que me decía que no volviera al día siguiente. Todo esto me molestó mucho, y como tengo que seguir pagando las facturas, tuve que involucrar al sindicato.

-¿Cómo te ha afectado esta situación?

Las reuniones con mi jefe me resultaron muy invasivas y degradantes. Escribí una entrada en mi diario el día después de la primera reunión porque la ansiedad de género me estaba afectando bastante: “… ¿hago que las personas se sientan incómodas por razones más profundas que ser del género equivocado en el meadero equivocado? Si sólo son prejuicios acerca de mi cuerpo y mi identidad de género, eso puede descartarse como ignorancia, pero no puedo evitar la preocupación de que la gente se sienta intimidada por mi presencia”. Es un sentimiento horrible, y generalmente trato de ser considerada con los sentimientos de los demás, pero aun así tengo que ir al baño.

A un nivel económico, es un shock pasar de un trabajo mal pagado a no tener ningún salario en absoluto, y he tenido que seguir adelante mientras encuentro otro trabajo y lucho para obtener lo que merezco de mi último empleo. He estado en paro antes, y es una situación realmente difícil y precaria.

-Cuéntanos un poco sobre la campaña de la IWW

Las demandas de la campaña son bastantes simples: devuélveme mi trabajo, discúlpate y no vuelvas a hacerlo. Estamos presionando a la agencia para que admita su error y me restituya en mi puesto laboral, y a la compañía para que presione a la agencia para que siga sus pautas de inclusión.

El IWW es un sindicato para todo/as los/as trabajadores/as, y a diferencia de los sindicatos tradicionales, funciona de manera igualitaria y voluntaria, por lo que todos los miembros se apoyan mutuamente en las luchas, compartiendo habilidades y organizándose juntos/as. Podemos movilizarnos muy rápido: un/a miembro puede convocar una reunión, delinear una estrategia, y obtener la opinión y el apoyo del resto de compañeros/as para lo que necesite. Entre nosotros/as tenemos las habilidades no sólo para llevar a cabo piquetes en la puerta de una oficina, sino para montar una campaña publicitaria y participar en los necesarios procesos de documentación, todo de una vez. Nadie puede hacer esto por su cuenta.

También hemos recibido una sorprendente cantidad de apoyo de fuera de la IWW, con grupos LGTBIQ y feministas apoyando los piquetes, y algunas personas maravillosas que desde el interior le han contado a la gente lo que sucedió y están reforzando mi apoyo. Me han dicho que la opinión general me favorece mucho y estoy muy agradecida con las personas que me están apoyando.

-¿Te preocupa que estas situaciones se den comúnmente en la comunidad transgénero?

Sí, sé que este es un problema que afecta a muchas personas diariamente, incluyendo a algunas de mis amigas. Lo que he pasado en las últimas semanas podría deberse a un malentendido, pero no, es el reflejo de una faceta realmente cruel de la sociedad que fuerza a las personas a encasillarse arbitrariamente y castiga a quienes no encajan. Yo estoy en una posición realmente afortunada de tener de mi parte a mi sindicato y a mucha gente buena. A menudo, este tipo de discriminación es aceptada como parte de la vida cotidiana de las personas trans, como si el hecho de que sucediera a menudo significara que estuviera bien. No lo es, es doloroso y destructivo. Por eso creo que nuestra tercera demanda, un cambio explícito en la política de empresa a una que sea trans-inclusiva, es lo más importante. No quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo he pasado en estas últimas semanas.

Comparte y difunde

Un comentario en «50 años después de Stonewall, la lucha continúa»

Los comentarios están cerrados.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad