El 11 de noviembre se cumplen 10 años del asesinato de Carlos Palomino a manos del militar nazi Josué Estebanez. Aquella mañana Josué se dirigía en metro a una manifestación racista que habia convocado el grupo de extrema derecha Democracia Nacional en un barrio con amplia población migrante con claro ánimo provocador. Ante esto un grupo de vecinos/as decidieron organizarse y tratar de impedirlo. Carlos se montó con varios/as amigos/as en la parada de metro de Legazpi, al subirse al vagón identificaron la marca de la cazadora de Josué como la que suelen llevar los neonazis, al ir a increparle el militar no vaciló ni un momento y lanzó una única puñalada directa al corazón que mató a Carlos tras varios minutos.
En los meses siguientes el movimiento antifascista ganó muchísima de la fuerza y reconocimiento social que había perdido en los años previos. Tristemente el movimiento antifascista tiene una tendencia cíclica ganando mucha fuerza cuando ocurre un hecho sonado y desinflándose al tiempo lo cual nos lleva a la situación actual en la que la extrema derecha ensaya con nuevos disfraces cómo hacer su discurso más digerible para el gran público, en la que en las manifestaciones por la unidad de España se tolera su propaganda y en la que un centro social racista lleva más de 3 años okupando distintos espacios para difundir sus ideas racistas sin demasiados problemas.
Como homenaje por el asesinato de Carlos y forma de continuar la lucha durante el mes de octubre y noviembre se están celebrando unas jornadas antifascistas y el 11 se celebrará una manifestación desde Usera hasta Legazpi.