Juicio a Enric Duran

El 17 de marzo de 2009 Enric Duran fue detenido en Barcelona por los Mossos d´Esquadra acusado de un delito de estafa continuada, ingresando en prisión provisional dos días más tarde, situación que se prolongó hasta la obtención de la libertad condicional  en mayo de 2009.

Todo comenzó en 2006 cuando la crisis económica que ahora nos golpea era inimaginable y los bancos y entidades financieras concedían créditos a empresas y familias sin importar si éstas podían devolverlo, provocando una de las crisis capitalistas más fuertes de los últimos tiempos.

Aprovechando la facilidad de la concesión de créditos, Enric Duran logró en dos años apropiarse de casi quinientos mil euros gracias a préstamos bancarios no devueltos. Este dinero fue empleado en la financiación de colectivos dedicados a denunciar la crisis económica, energética y alimentaria que estamos padeciendo y al apoyo a movimientos sociales enfrentados al capitalismo. Además, este dinero se empleó en la edición y distribución de doscientos mil ejemplares del periódico gratuito Crisis en el que, el 17 de septiembre de 2008, Enric asumía públicamente “que he expropiado 492.000 euros a 39 entidades bancarias a través de 68 operaciones de crédito. Si incluimos los intereses de demora, la cifra actual de la deuda es de más de 500.000 euros que no pagaré. Ha sido una acción individual de insumisión a la banca que he llevado a cabo premeditadamente para denunciar al sistema bancario y para destinar el dinero a iniciativas que alerten de la crisis sistémica que estamos empezando a vivir y que intenten construir una alternativa de sociedad. Se trata de una acción ajena a cualquier tipo de violencia, que reivindico como una nueva forma de desobediencia civil, a la altura de los tiempos que corren. Cuando la financiación al consumo y la especulación son dominantes en nuestra sociedad, ¿qué mejor que robar a los que nos roban y repartir el dinero entre los grupos que denuncian esta situación y construyen alternativas?”.

El mismo día de su detención, realizada en el rectorado de la Universidad de Barcelona, ocupado en esos momentos por los estudiantes en protesta por la aplicación del plan Bolonia y que serían brutalmente desalojados/as por la policía catalana unos días después, salió a la calle un nuevo periódico gratuito financiado con el dinero expropiado a los bancos. En las trescientas cincuenta mil copias del periódico Podemos! (vivir sin capitalismo) que se repartieron por todo el Estado se afirmaba que “podemos vivir sin bancos, sin empresas multinacionales, sin dinero y sin clase política” y se realizaba un análisis de la crisis económica y una crítica de los/as políticos/as y los medios de comunicación.

La Cooperativa Integral Catalana

En la publicación se afirmaba que “nos declaramos en rebeldía del viejo mundo, declaramos naufragada la civilización de la propiedad privada en desuso. Declaramos iniciada la era del derecho de uso, de la economía de los recursos y los bienes comunes” y se proponía la creación de cooperativas que permitieran la vida al margen del capital y del Estado, construyendo un espacio de relaciones económicas autogestionadas, cooperativas y solidarias entre los/as participantes.

Del grupo editor del periódico nació la idea de la creación de la Cooperativa Integral Catalana, que en este momento cuenta con ochocientos cincuenta socios/as. La cooperativa aglutina a iniciativas de consumo y trabajo y muchas otras como la educación, mecanismos de renta básica cooperativa, ecotiendas, centrales de compras y una estructura legal. Pretende ser una forma de autoempleo fuera de redes del capitalismo, además de una forma de prestación de servicios, creando una red de confianza entre las personas asociadas que permita cubrir muchos aspectos de su vida. El fin último de la cooperativa es lograr un espacio de autogestión total de la vida, del aprendizaje, de la salud, sustituyendo las relaciones personales basadas en la acción individual y la competencia por otras fundadas en la solidaridad y la cooperación.

La represión

Tras pasar dos meses en prisión preventiva, actualmente Enric Duran se enfrenta al primero de sus juicios en el que se le pide una condena de seis años de cárcel por un delito continuado de falsedad en documento mercantil y otra de dos años de prisión por un delito de insolvencia punible, así como al pago de una indemnización a la banca de más de doscientos mil euros.

La misma semana que el Gobierno, a través del Fiscal, solicitó la condena de ocho años de prisión para Enric Duran, también indultó a Alfredo Sáenz, número dos del Banco Santander y banquero mejor pagado del Estado con diez millones de euros anuales, que había sido condenado por una denuncia falsa que llevó a cuatro empresarios a prisión.

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