Estamos viendo que el precio de la electricidad está totalmente disparado, casi cada día vemos en las noticias cómo se superan récords históricos de precio, un precio que el pasado 23 de diciembre llegó a superar la disparatada cifra de los 400€ megavatio/hora. Y si miramos el coste actual respecto al que había en esas mismas fechas el año pasado, vemos que el precio de la luz ha subido un 518% en solo el último año… ¡un escándalo! ¿Y a qué se debe está subida tan repentina? Pues se debe principalmente a la subida del precio del gas. Como sabemos, en Europa el gas natural es una fuente muy importante en la generación de electricidad, para cubrir toda la demanda de electricidad necesitamos generar una parte de ella a partir de gas natural, a partir del cual se produce electricidad en las llamadas centrales de ciclo combinado. ¿Qué pasa? Pues que Europa casi no tiene reservas propias de gas por lo que lo tiene que traer de Rusia (que abastece más la parte norte de Europa) y de Argelia (que abastece más la parte sur). Pero sorpresa, el gas natural se está acabando y por eso sube tanto su precio, así nos lo explica Antonio Turiel, matemático, doctor en física teórica, investigador del CSIC y experto divulgador de temas relacionados con la energía:
“El problema del gas no es que Argelia nos quiera hacer la puñeta, Argelia hace ya casi 20 años que tocó el máximo de producción de gas, ha evolucionado un poco, pero se mueve muy poquito. Y lo que ha pasado es que en los últimos diez años su consumo interno ha subido mucho, por lo tanto le queda cada vez menos gas para las exportaciones y, por tanto, se lo tienen que repartir como pueden. Entonces ya puede ir la ministra y ya pueden hacer todas las promesas que quieran… no van a inventarse el gas. Y Rusia está en una situación semejante, no tan extrema en cuanto al incremento de su consumo interno como Argelia pero también está igual, hace ya 20 años que la producción sube poquito, más bien oscila más que subir, y les cuesta mantenerla, y además desde China están importando como locos sin parar porque tienen una crisis energética brutal allí.”
¿Cómo se fija el precio de la electricidad?
Pues la forma en que se fijan los precios de la electricidad en Europa es mediante el llamado sistema ‘marginalista de fijación de precios’… un buen palabro, sí. En este sistema marginalista el precio que se paga a todos los productores de electricidad lo determina la última fuente de energía necesaria para cubrir la demanda. En el caso de Europa la fuente de energía que suele cerrar la ‘subasta’ son estas centrales de ciclo combinado, las que emplean gas para producir electricidad. Y ahora, el gas natural a medida que sube de precio, está tirando muy para arriba el importe al que se paga la electricidad. El precio de la electricidad se determina con este sistema marginalista porque los entendidos dicen que es el más eficiente, y el que más abarata el precio final, aunque parece que ahora este sistema empieza a dar problemas. Sin embargo, es el que opera en estos momentos en toda la Unión Europea pues así lo obligan las directivas europeas.
Nuevamente nos explica Antonio Turiel:
“Al final el problema que hay es que como con la electricidad nos regimos por la manera de fijar el precio por este sistema tan de economistas que es el sistema marginalista, que dice que se paga la electricidad al precio del kilowatio hora más caro que entra en cada momento, y lo más caro que entra en cada momento es el ciclo combinado de gas pues… pagas la electricidad a precio de oro y cuanto más suba el gas (que más va a subir porque además hay escasez y no llega para todos), pues la electricidad se va a seguir disparando.”
¿Consumir ilimitadamente como única opción de un sistema que nos lleva hacia un colapso inevitable?
A pesar de esto, el problema real y principal no es cómo se fijan los precios sino que los combustibles fósiles se están agotando. Y que por tanto, no nos van a permitir seguir consumiendo como hasta ahora, y mucho menos seguir creciendo como pretenden FMI, Banco Mundial y compañía, junto a sus políticos aledaños. Si observamos la subida del precio del gas en los últimos meses, vemos que ha ido subiendo muy en paralelo a esta subida de la luz. Y si este precio sigue subiendo, es posible que haya empresas que incluso acaben quebrando porque no les salga a cuenta seguir funcionando debido al elevado coste de la energía. Y esto podría llegar a pasar, pues los mercados de futuros ya indican hoy que el techo al que podría llegar el precio de la luz en los próximos meses puede llegar a ser mucho más alto. Así lo explica Antonio Turiel:
“Ahora hay países a los que ya no se les suministra gas, por ejemplo Pakistán, es decir que el gas ya no llega para todos los países. Y los problemas van a ir empeorando, cada vez faltará más gas y va a haber momentos chungos. Y si falta gas, además, están aquellos problemas de la estabilidad de la red, y algunos países como Alemania pueden tener problemas, para que no se les caiga la red eléctrica o para no tener una avería gorda. Y además, si el precio sigue subiendo, yo tengo calculado que si el precio se duplica, que podría llegar a pasar, España quiebra directamente. Ya empiezan a cerrar empresas, así que imagínate…”
Y ojo porque en el Real Decreto Ley aprobado por el Consejo de Ministros de España este pasado 21 de diciembre, había un párrafo que ha pasado muy desapercibido pero que muestra que el propio Gobierno contempla que esto puede llegar a pasar. El párrafo dice así: “Con vistas a ayudar a la industria consumidora de gas a superar la coyuntura de precios elevados del hidrocarburo, se introducen medidas para flexibilizar las condiciones contractuales del suministro. Hasta el próximo 31 de marzo las empresas que se vean forzadas de reducir su producción podrán modificar o suspender el caudal contratado para abastecerse de gas natural, evitando así que soporten costes adicionales derivados de las limitaciones vigentes para modificar este tipo de contratos”.
Es decir que el gobierno ya prevé que haya empresas que en el primer trimestre del 2022 tengan que parar la producción y está legislando para que ese parón sea menos duro para ellas. Es decir, que está dando por muy posible que haya industrias que vayan a parar este invierno porque no le saldrá cuenta seguir produciendo… algo bastante preocupante. Y el principal problema es que ante todo esto no hay ninguna solución verosímil sobre la mesa. El Gobierno ha aprobado hace poco rebajas fiscales que siguen en vigor, como la bajada del IVA en la factura de los consumidores del 21 al 10%, la reducción del impuesto especial eléctrico del 5 al 0,5% (el mínimo que permite la Unión Europea), y la suspensión del impuesto a la generación (un impuesto que pagan las empresas que generan electricidad y que acaba repercutiendo en los consumidores).
¿Fin del capitalismo por implosión del mismo? Su sistema es nuestra ruina, o lo tumbamos o nos doblega
Pero esto no son soluciones, son parches, no solventan el problema de verdad. Y el problema de verdad es que el gas se está acabando. Por eso la luz sube tanto y seguirá subiendo aún más, y claro, encima resulta que los actuales gobiernos tienen que gestionar este problemón junto a la actual pandemia que estamos viviendo. Pero ya hace mucho tiempo que desde los movimientos anticapitalistas se viene diciendo que no es posible crecer infinitamente en un planeta finito, que no tiene ningún sentido (por mucho que insistan los economistas neoliberales y el discurso dominante) y que cuando lleguen los problemas, se van a acumular y superponer de tal manera que lo hará todo aún mucho más caótico y difícil de resolver.
Hace mucho tiempo que se viene avisando esto pero aquí estamos dándonos de bruces con esta realidad. Una realidad que tarde o temprano tenía que llegar y que probablemente va a ir a peor, sencillamente porque el resto de combustibles fósiles también se están acabando y no hay sustitutos que nos vayan a permitir seguir con el consumo, mucho menos el crecimiento que este sistema necesita para funcionar. Hace mucho tiempo que lo venimos diciendo y por desgracia parece que el tiempo nos está dando la razón… Antonio Turiel concluye:
“A nivel de la Comisión Europea tendrían que aceptar que hay un problema de limitación esencial con el gas, que hay que cambiar el sistema y la manera de fijar el precio, pero no quieren hablar de esto porque si hablan de esto es reconocer que hemos llegado a los límites del crecimiento y es aceptar que tenemos que empezar a discutir varias cosas, y entre ellas pues que es el fin del capitalismo y claro eso no les mola en absoluto”.
Transcripción original del vídeo del colectivo comunicativo Cuellilargo publicado en la plataforma digital Youtube el pasado 29 de diciembre
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