La calle es nuestra

«Han ganado los elementos más perversos e incívicos de un sistema que pretenden reventar a patadas» – Diario La Razón

Una vez más el popular barrio burgalés de Gamonal nos da una lección de compromiso, solidaridad y lucha, demostrándonos que las victorias son fruto de grandes esfuerzos y que “La lucha es el único camino” no es solo un lema, sino una realidad tangible en todos y cada uno de los avances de los movimientos populares. El conflicto del bulevar de la calle Vitoria, no es un hecho aislado, ni siquiera es un mero estallido de rabia similar a los ocurridos en años anteriores en los barrios populares de París (las banlieues) o los recientes en las barriadas de Melilla. Este conflicto no sería explicable sin la previa movilización de todo el vecindario, sin el trabajo diario e invisible de tantas personas y colectivos o sin la memoria de los/as vecinos/as del barrio que recuerdan cómo en otras ocasiones también ganaron. Gamonal, lejos del espectáculo mediático y folclórico que eleva la violencia a la única herramienta empleada por los/as vecinos/as, es un barrio despierto, organizado, activo y combativo.

Algo más que un bulevar

“Volveremos a invitar a aquellos políticos y técnicos municipales que nos han demostrado colaboración leal”–  Méndez Pozo

Para el observador inexperto, el conflicto podría reducirse al simple hecho de que el vecindario de un barrio no está de acuerdo con la construcción de un nuevo bulevar en sus calles. O al menos eso nos han querido hacer creer desde los grandes medios. Lejos de esta visión reduccionista, el conflicto es amplio y va más allá del propio barrio. Está claro que la construcción del bulevar hace estallar la chispa, pero veamos cómo se llega a construir dicho bulevar y nos daremos cuenta que, como no podía ser de otra manera, los intereses de la clase dominante, empresariado y políticos/as, se verán enfrentados al interés de los/as vecinos/as.

Podemos remontarnos a hace unos años, cuando en un proceso plagado de irregularidades, se concede la obra de reestructuración de la calle Vitoria a la empresa MBG Ingeniería y Arquitectura, cuyo dueño es Antonio Miguel Méndez Pozo y familia, que a su vez son dueños de varios medios de comunicación locales, como el Diario de Burgos. Además es sabido por todo Burgos que Méndez Pozo es uno de los grandes financiadores del PP local, y por si quedaba alguna duda este sujeto ya pasó por la cárcel debido a sus negocios urbanísticos. Méndez Pozo es lo que tradicionalmente se ha conocido como un cacique, alguien que hace y deshace según le venga en gana, una cara del poder económico que anda constantemente a la sombra del poder político. Y es que es así cómo funciona la política, a pequeña y gran escala: quien pone el dinero siempre estará en la condición de exigir, mandar y ordenar. Ante ello, la respuesta del barrio es clara y contundente.

De la protesta al conflicto

Desde que se hiciera público que el comienzo de las obras del denominado bulevar de la calle Vitoria era inminente, ha existido una importante oposición vecinal que ha manifestado su rechazo a la realización de tal proyecto. No les faltan razones a los que afirman que en un contexto de endeudamiento generalizado de las instituciones locales abordar una obra de tales características supondrá a la larga que los platos rotos de esta macro-inversión los tengan que pagar los de siempre. No son pocos los que apuntan que los continuos mensajes oficiales que llaman machaconamente a la austeridad no cuadran con un gasto que se prevé millonario y que despierta numerosas dudas entre el vecindario.

Las protestas contra el bulevar comenzaron en torno a la “Plataforma contra el bulevar de la calle Vitoria”, con sucesivas manifestaciones que agruparían a miles de vecinos/as a principios de diciembre de 2013 bajo el lema “Ahora no”, lema un poco desafortunado y que deja entrever fácilmente la composición de dicha plataforma. A medida que pasa el tiempo, no parece que las obras vayan a ser paralizadas y el ambiente en el barrio se caldea. El miércoles 8 de enero la calle Vitoria está cerrada y el comienzo de las obras es inminente, para el día 10 hay programada una concentración a las 5 de la tarde, la cual acaba siendo desalojada por la policía ante lo cual los/as vecinos/as vuelven a convocarla por la noche del mismo día, en la que ya se prevé una fuerte tensión entre manifestantes y policía, es por ello que la Plataforma decide disolverse con afirmaciones del tipo «no respaldar actos que no sean cívicos y basadas en el respeto al resto de los ciudadanos inclusive los obreros que están ahí trabajando ya que ellos no son culpables de lo que ocurre» o «nunca ha defendido ni apoyará el vandalismo, actos fuera de la ley y acciones extremas que lleven a situaciones violentas». Con el paso atrás de la cívica Plataforma, los/as vecinos/as dan un paso al frente. La noche del día 10 dará comienzo a una oleada de enfrentamientos entre los/as vecinos/as y la policía, una escalada represiva que se salda con más de 40 detenidos – con prisión provisional para algunos/as de ellos/as -, y el desplazamiento de más efectivos antidisturbios de Madrid a Burgos. A partir de aquí la autoorganización vecinal será quien lleve la batuta, con concentraciones permanentes las 24h en el lugar de las obras para impedir que puedan empezar. Con las noches de los días 11 y 12 en la misma tónica que la del 10, llegará el miércoles 15 la noticia de la paralización temporal de las obras del bulevar, y el 17 la paralización será definitiva.

Todos contra Gamonal

“Están gritando bastante alterados, se está respirando muchísima tensión”–  Reportera de La Sexta mientras manifestantes de todas las edades pasan por su lado sin atisbo de violencia

Puede llegar a resultar inverosímil que un pequeño conflicto de barrio llegue a copar todas las portadas de los periódicos de tirada nacional y sea destacado en todos los programas informativos de la televisión. Gamonal corría el riesgo de ser un ejemplo para los demás barrios de toda España, por lo que había que tratar de descalificar y aislar su lucha. Y a ello se pusieron todos los medios, que con reportajes y afirmaciones absurdas se ganaron el odio y desprecio de todo Burgos. Al reportero/a que se atrevía a mentir en medio de la manifestación, los/as manifestantes les retiraban el micrófono y contaban la verdad. Ridícula La Sexta, hablando de “tensión” y “violencia extrema” en directo mientras se ve a ancianos/as pasear por la manifestación, vergonzoso RTVE diciendo que estaban siendo atacados los comercios del barrio cuando un vecino le salta diciendo que solo se estaban destrozando bancos, no comercios. Tampoco podía faltar el famoso vínculo ETA-Gamonal que los medios más reaccionarios trataron de vender y la novedad de “grupos antisistema itinerantes” unos supuestos grupos de radicales que van de conflicto en conflicto para ejercer la violencia. Pero bueno, el papel de los medios no nos sorprende, pero jamás dejará de sorprendernos la habilidad que tienen para crear, inventar y tergiversar. Puro espectáculo.

Todos/as con Gamonal

En todas las ciudades durante la semana de conflicto en Gamonal se sucedieron grandes manifestaciones de apoyo, uno de los objetivos era que las UIP (antidisturbios) no dieran a basto, ya que estaban distribuyéndolos hacia Burgos. Resaltar la magnitud que tomó la protesta en Barcelona, donde la multitud la tomó contra una comisaría en las Ramblas. Parece que esto no gustó nada al cuerpo de policía que se encargó de tomarse su propia revancha sacando a la calle un arma nueva del que disponen para desalojar manifestaciones, un cañón de sonido (LRAD) que produce un ruido insoportable sobre aquellos/as que estén cerca del foco emisor. Más allá de lo anecdótico, habría que preguntarse cuál sería la mejor forma de solidarizarse con un conflicto, y la respuesta debería ser reproduciendo dicho conflicto en cada barrio y ciudad. Todos los barrios son pasto de la especulación, de proyectos urbanísticos y políticos contrarios a los intereses de los/as vecinos/as, hagamos de cada barrio un Gamonal.

Con toda esta lucha y su pequeña victoria con la paralización definitiva de las obras, parecerá que ya está todo hecho, pero como hemos visto, Gamonal no es un barrio que se conforme con poco y la lucha vecinal continúa. Tras una manifestación más en apoyo a todos los/as detenidos/as y encausados/as durante las protestas, se ha okupado un local propiedad del ayuntamiento pero cedido a Caja Burgos con objetivo de crear un centro social para el barrio. Y así la lucha continúa, porque la lucha es el único camino y en Gamonal lo saben muy bien.

Gamonal: un barrio con historia:

Esta no es ni mucho menos la primera vez que los vecinos de Gamonal se echan a las calles a defender sus derechos y dignidad. Gamonal es un barrio con una amplia trayectoria en movilizaciones y luchas:

En los 70 y 80 se produjeron diversas protestas, de envergadura similar a la actual, por el transporte público, por un mejor acceso al barrio y contra la subida de tarifas. Concretamente, en 1980, debido a la subida de 1 peseta del precio del autobús de línea entre Gamonal y Burgos, se llevaron a cabo protestas vecinales que terminaron con barricadas en la carretera N-I y con un autobús quemado. También en esta época se produjo la autogestión de la fábrica CYFISA cercana al barrio. Son vecinos del barrio los primeros en iniciar proceso judicial contra Méndez Pozo que le llevaría a la cárcel. En los 90 fue muy fuerte el Movimiento de Objeción de Conciencia contra el servicio militar obligatorio y en 2005 se dio el conflicto de la construcción de un aparcamiento, el cual está rodeado del mismo áurea (corrupción, Méndez Pozo y el concejal de urbanismo de entonces que es el actual alcalde) que se saldó con grandes enfrentamientos que al final acabaron en victoria vecinal y no se construyó dicho proyecto.

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