Desde que comenzó la crisis han pasado muchas cosas. Se ha hablado de deudas, de ahorro y austeridad, del Fondo Monetario Internacional y las medidas sugeridas desde Bruselas. De rescates a bancos y a Estados, de recortes y privatizaciones. Del desmantelamiento de servicios públicos.
Esto es nuestro día a día, y es también el de nuestra vecina Grecia. Aprovechamos estas páginas para destacar algunos puntos del proceso de privatización de la sanidad desde 2009 hasta hoy y a analizar a dónde han llevado realmente. Quiénes han salido beneficiados/as y quiénes han visto descender su calidad de vida.
Algunos puntos clave del proceso
Ya en 2009 saltaban a la palestra noticias sobre huelgas de médicos/as que llevaban al sistema de salud griego al borde del colapso, donde se atendía solo a pacientes de urgencias. No fueron solo movimientos “ciudadanos” sino iniciativas del personal sanitario que veía como día a día sus condiciones laborales se iban resintiendo al mismo ritmo que la salud de sus pacientes, gracias a los recortes, despidos, privatizaciones… A veces las huelgas fueron acompañadas de ocupaciones de hospitales donde el personal sanitario-ocupa podía garantizar durante unos días la atención a personas sin seguro e inmigrantes de manera gratuita.
Fue a mediados de 2010 cuando una nueva reforma impuso el pago de 3€ para la asistencia en consulta, es decir, en ambulatorios, continuando con la línea del copago. Además el gobierno anunció que se solicitaría la contribución de “especialistas internacionales para hacer el sistema de salud y la gestión de los hospitales más productivos y eficaces”. Nos preguntamos quién sabrá gestionar mejor un centro de salud u hospital que los trabajadores/as desde su propia experiencia. En Grecia, como en España, se han regalado a dedo cargos en distintas instituciones a personas sin experiencia ni conocimiento, por politiqueo puro y duro, y día a día pagamos las consecuencias.
Y es en medio de las crisis donde todos /as mostramos nuestra verdadera cara, para lo bueno y para lo malo, así que no queremos obviar el juego de las empresas farmacéuticas, que lejos de velar por nuestra salud, priman ante todo sus beneficios, prueba de ello es que los proveedores de material de ortopedia interrumpieron a finales de 2010 el suministro de material a hospitales. Recordemos que en España, desde abril de 2013, el IVA de este tipo de productos (entre otros muchos de índole sanitaria), aumentó del 10% al 21%, como si no cubriesen, en muchos casos, necesidades básicas. En la misma línea, la Unión Panhelénica de Industrias Farmacéuticas, también aquejada por las deudas acumuladas con los hospitales, amenaza con cortar el abastecimiento de medicinas. Un año después sería Roche, el gigante farmacéutico suizo, el que se negaría a abastecer a los hospitales griegos, condenando a los/as enfermos/as a pagar sus tratamientos antitumorales (entre otros) de su bolsillo comprándolos en farmacias. En el mismo comunicado en el que lo anunciaba, amenazaba a España con seguir el mismo procedimiento.
En ese momento había un tercio de los puestos de trabajo en hospitales vacantes. El gobierno no sacó las 3000 plazas que prometió, problema que amenazaba con agudizarse con la oleada de jubilaciones esperadas tras la reforma en el sistema de pensiones, que llevaría al personal a convocar una huelga de 48 horas en diciembre de 2011.
Por si esto no fuera poco, la presión se incrementaba desde la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que exigía, a cambio de seguir ayudando a Grecia que intensifique su dura política de austeridad con medidas como la reducción del número de funcionarios /as, el recorte de gastos en Sanidad, el saneamiento o privatización de las empresas públicas y una reforma fiscal.
En este contexto tan malo tanto para los/as médicos/as como para los/as pacientes, surge una iniciativa desde varios hospitales simultáneamente: una semana de acceso libre y gratuito a todos los servicios del Sistema Nacional de Salud. “Desde el momento en que el Estado decide privar al pueblo de su derecho al acceso gratuito, nosotros, como médicos internos, estamos obligados por nuestro compromiso con el código de deontología médica a movilizarnos. De hecho esta semana es una invitación a la desobediencia masiva. […] no es una aportación filantrópica. Es la defensa de derechos.” Igualmente desde el sindicato de médicos se propone crear un movimiento “No Pago” contra el copago sanitario, es decir, instan a la gente a negarse a pagar los ya 5€ a la entrada de los centros de salud y hospitales.
Las reducciones en gastos sanitarios son constantes. Los despidos y recortes continúan, diferentes hospitales han sido privatizados, otros directamente cerrados. El copago avanza, hasta el punto de tener que pagar por el ingreso hospitalario 25€. Estamos en 2014 y la última reforma impone la disolución del sistema público de atención primaria griego, el EOPPY, es decir, el cierre de la mayoría de policlínicos helenos. El EOPYY, que todavía mantiene su nombre actual, comprará los servicios a un nuevo operador, todavía sin formato definido y funcionará como una agencia de seguros de salud y “comprará” los servicios (en nombre del/ la asegurado/a) a proveedores autónomos de salud para la atención ambulatoria, como médicos, centros de diagnóstico, clínicas, etc.
A dónde llevan los recortes
En aquella época, allá por 2009 (y es que cada año de crisis se nos hace largo como un lustro) un 20% de la población griega se hallaba bajo el umbral de la pobreza, misma cifra que en España. La influencia de esta tasa se cebaba especialmente en niños/as y ancianos/as. Podemos encontrar más datos sobre niños/as, debido a su vulnerabilidad, y cinco años después nos encontramos que el ndice ha subido del 24 al 35%, es decir, más de un tercio de los niños/as griegos/as se encuentra bajo el umbral de la pobreza, y ya hemos visto que para los/as pobres, el acceso a la sanidad esta complicado… Vemos claro a quiénes se ha condenado al aceptar estas “medidas de ahorro”.
A pesar de todas las movilizaciones y huelgas tanto de médicos/ as como de usuarios/as, no se puede negar que el sistema de salud griego ha dado un enorme bajón, que sumado a la desatención a cada vez más pacientes ha creado un clima sanitario propio de otra época.
Mención aparte se merece el índice de suicidios, que ha aumentado con la crisis. Esta situación nos es igualmente cercana pues hemos vivido también aquí días y noches en las que los telediarios de turno se dedicaban a desmigajar las vidas robadas a personas a las que el capitalismo sumió en la depresión más profunda. Por dejar constancias de las cifras, en la mayoría de países europeos las tasas de suicidio aumentaron en un 5% entre 2007 y 2009, en Grecia un 17% y en Irlanda un 13%.
Volviendo al punto anterior, podemos destacar, además de la vuelta de enfermedades como la malaria y la tuberculosos, el aumento de infecciones de VIH, aumentando en torno a un 50% de un año para otro, las causas van desde la prostitución “amateur” forzada por los problemas financieros, pasando por el aumento del consumo de heroína (que creció un 20% en 2009) y llegando hasta las auto infecciones deliberadas para pedir el subsidio de 700€ que estos/as enfermos/as reciben.
Más de 2.300 griegos/as pierden cada día el acceso a la sanidad pública gratuita o subsidiada, según un estudio realizado por la ONG Médicos del Mundo (MDM), en el que advierten de un incremento de la exclusión social. “La mortalidad infantil ha aumentado en un 43%”, indica. “Aquí, la situación es extrema. Estamos presenciando la descomposición pura y dura del sistema de salud público. Hay millones de personas excluidas de este sistema. Y los que sí son beneficiarios no tienen acceso a ello porque está cerrado. También están los que, aún teniendo un trabajo y un salario, no pueden pagarse los medicamentos. Son cada vez más numerosos y hay que atenderles. La situación es trágica.” Esta ONG, entre otras, se hace cargo de gran parte de la población que ha perdido la asistencia gratuita.
De hecho, tras seis años de recesión, se calcula que el número de personas que ya no tienen seguro social en Grecia asciende a tres millones, es decir más de un cuarto de la población. Esto es sin contar el 28% de parados/as que, en muchos casos, están ya sin cobertura.
A modo de conclusión
Antes de terminar nos gustaría dejar claro que la mayoría de los datos comentados abarcan entre 2009 y 2011, por algún motivo, cada vez son menos medios los que se hacen eco de lo que está pasando a día de hoy en Grecia, aunque los pronósticos en semejante contexto no son nada halagüeños.
Lejos de hacer un alarde del estado del bienestar y de la sanidad pública escribimos estas líneas porque, para qué negarlo, es un tema que nos preocupa. Como casi todos los ámbitos de nuestra vida, hemos dejado que sean otros/as quienes se ocupen de nosotros/as, de cubrir nuestras necesidades, sin involucrarnos ni un poquito en la gestión de las mismas.
Hemos dejado desde la sanidad, como la educación y otros tantos “servicios” en manos del Estado, y con eso solo hemos conseguido perder el poder de interferir en ellos. Nos hemos acomodado, además, a esta situación y ya se sabe que el perro bueno no muerde la mano que le da de comer, así que en épocas de bonanza, nos hemos aprovechado sin dedicarle ni un segundo de nuestro tiempo a pensar cómo podría ser de otra manera.
Ahora llegan las vacas flacas y los gobiernos (todos, al fin y al cabo, mientras se mantengan inmersos en un sistema económico capitalista) han encontrado la excusa para desmantelar el estado del bienestar. Como antes no quisimos pinchar nada, ahora no podemos cortar, y la “victoria” de la sanidad pública, no es del pueblo, es de un juez, mal que nos pese. Con esto queremos decir, sin irnos más por las ramas, que mientras otros/as dirijan nuestras vidas (gestionando nuestras necesidades) tarde o temprano acabaremos pagando, porque no dudarán en vendernos al mejor postor. A fin de cuentas, nadie se hace rico/a dando duros a pesetas y la pretensión de todo pez gordo es poder y dinero.
Nos gustaría tener para el tema de la salud un discurso tan bueno y desarrollado como el que manejamos al hablar de pedagogía antiautoritaria pero no lo tenemos. Habrá que crearlo, porque por el camino que vamos, más tarde o más temprano acabaremos mal.
La mayoría de la información aquí volcada puede encontrarse en las diferentes noticias de la página web www.casmadrid.org, tras un trabajo de lectura, resumen, contraste de información, redacción y condensación, hemos llegado a este artículo. Os animamos a investigar por vuestra cuenta, pues la realidad es mucho más amplia (y jodida) que lo que contamos en estas pocas líneas.
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