La caridad marca registrada

A principios del pasado mes de marzo, nos llegó la noticia de un nuevo intento de entorpecer el trabajo del Banco de Alimentos del 15M Tetuán. Y ya van unos cuantos. El Ayuntamiento, Mercadona, Carrefour y la policía municipal ya habían puesto su granito de arena en tratar de hundir a este colectivo que, desde una propuesta horizontal y autogestionaria, lleva ya 10 meses poniendo en marcha una herramienta de apoyo muto entre las familias de este barrio madrileño.

Pero sin lugar a dudas, este nuevo ataque se lleva la palma al despropósito. En esta ocasión, es la Federación de Bancos de Alimentos (FESBAL) la que amenaza (o “confía en su buen sentido común y su buena fe”) al colectivo de Tetuán por usar su marca registrada, “Banco de Alimentos”, sin su consentimiento. Pues sí, así de jodido es el tema. A finales de febrero, el Banco de Alimentos de Tetuán recibió una carta de la FESBAL en la ésta les relataban todas sus denominaciones registradas, les comunicaban que el uso que hacen desde el proyecto de Tetuán del nombre “Banco de Alimentos” daña sus derechos marcarios y, por tanto, les convidaban a dejar de utilizar dicha denominación, eso sí, de forma amistosa (aunque luego también hablarán de responsabilidades penales o de la Oficina de Patentes).

Lo primero que te viene a la cabeza es que todo esto es un cachondeo, que este tipo de denuncias no pueden ser serias. Hablamos de gente con problemas importantes a la hora de cubrir sus necesidades más básicas, como es la alimentación. Pero bien es cierto que con la FESBAL hemos topado, y que lo más representativo de la denuncia es cuando se remiten a sus derechos marcarios, es decir, a la protección legal de su producto en el mercado. Pues esa es la cuestión, lo importante es el tinglado que sustenta la FESBAL, proyecto a través del cual las grandes empresas del sector alimentario (que copan los puestos directivos de la institución) venden sus buenas acciones, desgravan a Hacienda en concepto de donaciones y nos acostumbran a un sistema en el que los/as de abajo nos conformamos con las migajas que les sobran a los/as de arriba (y agradecidos/as que nos debemos sentir). Y todo ello, sazonado con subvenciones públicas e importantes relaciones con la institución eclesiástica. Esta es la posición desde la que se ataca a proyectos autónomos que tratan de afrontar las consecuencias de la pobreza desde otro ángulo, desde la solidaridad entre iguales.

Sólo nos queda remarcar la respuesta que llega desde Tetuán de que seguirán “siendo un Banco de Alimentos autogestionado, libre, combativo y con el lema: <<Qué termine la caridad y que comience la justicia social>>”.

En definitiva, después de enterarte de cosas como estas te reafirmas en el asco que da el capitalismo. Sin más.

Para más información os remitimos a las dos noticias que recientemente publicamos sobre el tema: www.todoporhacer. org/¿caridad-o-solidaridad y www.todoporhacer.org/la-limosna-esa-manzana-envenenada; y la web del Banco de Alimentos de Tetuán: www.bancoalimentos15mtetuan.wordpress.com

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