Sinceramente, pensaba que no repetiría. Tenía claro que no le iban a destituir inmediatamente después de la masacre ocurrida en la frontera entre Melilla y Nador, pero, ingenuo de mí, pensaba que lo ocurrido le pasaría algo de factura y, con los nuevos nombramientos, le apartarían de forma sutil. Pero no. Me he equivocado. Es el PSOE. En qué narices estabas pensando.
No es solo el principal responsable político de lo ocurrido sino que, también, sus declaraciones, cuando ha sido preguntado por la prensa o por parlamentarios europeos o españoles, han dado tanto asco, han sido tan crueles con las más de 100 personas, entre muertas y desaparecidas, que aún cuesta entender cómo su repetición en el cargo no era una línea roja para la mal llamada ala izquierda del Gobierno.
Las vidas negras no importan. Pese a los esfuerzos del movimiento antirracista global, pese a la determinación de aquellos jóvenes norteamericanos, y de todas partes del mundo, para que resuene en cada rincón que sí que sus vidas importan, los despachos gubernamentales europeos se mantienen infranqueables. Puede ocurrir una masacre donde las fuerzas policiales de uno y otro país juegan un papel determinante, y no importa. Centenares de vidas se ahogan en el mar, y no importa. Ministros europeos aprueban reformas más restrictivas de normas que, tal como están, ya generan demasiada muerte, y no importa. Pero tampoco es tan así, no les importan a políticos de uno y otro signo, por muy progresistas que se presenten, pero, importan y, cada día, importarán más, el movimiento antirracista es imparable y hará justicia, grabará los nombres de los jóvenes de la frontera en nuestra historia colectiva. De esto estoy seguro.
Los actos intolerables se suceden semana tras semana, es difícil dar respuesta a todo ello. Nuestros móviles se llenan de escenas de muerte y dolor. En Gaza o Nador, las personas sufren las expresiones más violentas, e intrínsecas, del colonialismo, y el enemigo es tan grande que se nos llenan las venas de impotencia y rabia. Queremos dar respuesta a todo y de forma inmediata, eso nos honra, pero, como se suceden estos actos, se suceden las respuestas sin darles continuidad, como un tormenta de verano que descarga con furia pero rápidamente desaparece. Hay que parar esta dinámica. Debemos ser capaces de implicarnos en una lucha, de no soltarla hasta lograr los objetivos propuestos, y, una de ellas, debe ser que Marlaska pague.
El bloque reaccionario no necesita colocar a sus representantes en los puestos clave del Gobierno. Seguro que os suena eso de la hegemonía. El mayor triunfo del bloque reaccionario, por mucho que pataleen en estos días, es el PSOE, el Partido del Orden y del Estado, el Partido capaz de presentar como progresista al Juez que legitimó las torturas, los “excesos” democráticos de la lucha antiterrorista, el Juez que, en el verano de 2022, responsabilizó de su muerte a los propios muertos.
Lo que hay al otro lado asusta, y mucho, y legitima al PSOE como mal menor, pero debemos creer que podemos crear también otro lado, una alternativa nuestra, completamente radical, que mande al traste todo lo que conocemos, que genere esperanza en un cambio posible, para así desterrar los males menores, para así desterrar, para siempre, al PSOE.
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Es increíble que un impresentable como este,continúe en el gobierno «progresista»pero que se iba a esperar,de los que lo componen.
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