Autora: Alana S. Portero. Editorial Seix Barral. Barcelona, 2023. 256 páginas
La primera novela de Alana S. Portero ha arrasado en el panorama internacional como una de las mejores obras de los últimos años. Narrada en primera persona hace uso de un lenguaje directo, sin florituras, para sumergirnos en el mundo interior de una niña de San Blas en su paso a la edad adulta.
Con una fuerte perspectiva de clase el relato de las décadas de los ochenta y los noventa en los barrios de Madrid nos lleva por los complejos caminos de la construcción de la identidad.
Dicen casi todas las referencias del libro que habla de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, pero también puede leerse como el trazado de un mundo que le deja muy poco espacio para ser. Resquicios donde la protagonista va conformando una realidad brillante, casi mágica, y una máscara que lo divide todo, hasta transformarse en encierro.
La prosa de Portero es capaz de sostener la tensión de la violencia y el dolor sin regodearse en lo macabro, y de pronto te devuelve toda la luz. Nos enseña a mirar lo que está marcado por la tragedia y la dureza desde el humor, desde la fantasía y desde la ternura infinita que desgranan sus personajes. Hasta tiene otra mirada para esta ciudad. Sin moralejas se trata la importancia de las referentes (las impresas en papel couché o las de la puerta de al lado), el amor en bruto, la vulnerabilidad, la presión de adaptarnos, el viaje de hacerse a una misma con otras, las veces que haga falta. Pero, sobre todo, nos habla de la belleza en formas inesperadas.
La portada es un collage de la escritora, poeta y artista Roberta Marrero, que el pasado mayo decidió irse.