Escrito por la Plataforma contra la Criminalización Social. Editado por DDT Banaketak y Sare Antifaxista. Bilbao, diciembre 2015. 81 páginas.
Os presentamos una guía de extrema utilidad para los tiempos que corren. Y es que, pese a que a mucha gente le pueda parecer difícil de creer, en la sociedad en la que vivimos se dan muchas situaciones en las que los derechos individuales y colectivos son violados por las personas que, en teoría, son las encargadas de protegerlos, es decir, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE). Esta afirmación, en cambio, no sorprende en los ámbitos de militancia y activismo sociales en los que la represión es bien conocida desde siempre y se entiende como parte inherente al modelo patriarcal-capitalista en el que vivimos. Tanto para quienes pertenecen a este segundo grupo, como para quienes pertenecen al primero, el conocimiento de los derechos reconocidos por la legislación vigente y la forma de reivindicarlos, es una necesidad fundamental que se pretende cubrir con esta breve guía “anti-represiva”.
Así, la guía recomienda qué hacer en situaciones de detención, qué medidas tomar antes de una detención para intentar evitarla o atenuar sus efectos, cómo afrontar declaraciones judiciales o agresiones policiales y cuál es la mejor forma de enfrentarse a un procedimiento administrativo sancionador. Además, aborda algunas situaciones “especiales”, como las detenciones por extranjería (no en vano, uno de los colectivos que compone la Plataforma contra la Criminalización Social es la Plataforma de Sin Paples Mbolo Moy Dole), las okupaciones, manifestaciones o situaciones de vulnerabilidad como vivir en la calle.
Paradójicamente, pese a informar de los derechos que se nos reconocen, la guía no recomienda que las personas afectadas “exijan” su estricto cumplimiento en todo momento y lugar. Al contrario, lanzan una breve reflexión sobre el hecho de que la exigencia del estricto cumplimiento de la legalidad vigente puede llegar a ser contraproducente en algunas situaciones: la experiencia nos demuestra que, ante determinadas situaciones de interacción con miembros de las FCSE, la exigencia del cumplimiento de nuestros derechos puede generar “tensión”. Si nos mantenemos en nuestra exigencia (lo que en el fondo sería lo correcto hablando legalmente), la tensión puede desbordarse y acabar agravando la situación hasta generar un conflicto en el que, inevitablemente, tendremos todas las de perder.
La guía se puede descargar gratuitamente aquí