Se venía gestando desde hace tiempo, pero hasta finales del mes pasado no se confirmó la noticia: en otoño de 2017 Amazon abrirá un nuevo centro logístico en el área metropolitana de Barcelona, más concretamente en El Prat de Llobregat. Miles de metros cuadrados construidos, augurios de inversiones millonarias y promesas de cuantiosos empleos dan forma, por ahora, al nuevo almacén planeado por la multinacional estadunidense del comercio de compra-venta online, con el que sumarán 29 en toda Europa (uno de ellos en la localidad madrileña de San Fernando de Henares).
Cierto es que la idea de este artículo no es nueva. Hace bastante que nos veníamos encontrando con noticias aquí y allá sobre las duras condiciones laborales de los centros de trabajo de Amazon o sobre huelgas en las plantas alemanas. Pero sin duda, lo que más nos llamó la atención fue una iniciativa que comenzó la pasada primavera (y que ya se ha repetido en otras dos ocasiones) por la cual trabajadores/as de varios almacenes de Alemania y Polonia se han estado reuniendo para aunar esfuerzos y estrategias de cara a potenciar sus respectivas luchas por mejores condiciones laborales. Un proyecto muy interesante, pues mientras que el capital no reconoce fronteras y se desplaza libremente (uno de los grandes catecismos del libre mercado), nosotros/as, más ilusos/as, no solemos ser capaces de hacer lo mismo. Y así, llevamos varios meses con este texto en el tintero. Ahora, la noticia de la próxima apertura de un nuevo almacén de Amazon en nuestro entorno cercano nos parece acicate suficiente como para compartir con vosotros/as estas líneas. Por si nos sirven de algo.
Entrando en materia
Lo que naciera en 1994 como una modesta empresa de Seattle de venta de libros online, se ha convertido con el tiempo en una de las más grandes multinacionales de todo tipo de comercio por la red. En 1997 Amazon dio el salto al mercado de valores, para tres años después abrir su primer gran centro de trabajo en Europa y cinco más tarde comenzar su expansión a Asia. Actualmente, la empresa cuenta con más de 180.000 trabajadores/as y alrededor de 200 grandes centros logísticos de distribución.
A pesar de todo esto, Amazon apenas ha declarado beneficios desde sus comienzos como empresa (lo comenzó a hacer a partir de Julio de 2015). Para ser una multinacional de enormes dimensiones, sus beneficios parecen no corresponderse. Esto se debe, en gran medida, a su estrategia a largo plazo de ocupar una posición de monopolio en el sector (y no sólo en Occidente, sino también en inmensos mercados como el indio), para lo que invierte un enorme capital anual en la construcción de centros logísticos, la creación de nuevas líneas de productos y el desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas. Todo ello destinado a convertirse en un completo servicio de entrega de productos, lo que le requerirá de almacenes cercanos a todas las grandes ciudades.
Pero aquí terminan las rarezas de esta empresa. En materia laboral, Amazon sigue la misma máxima que el resto, cuanto más puedas explotar a tus trabajadores/as (sin que se te revolucionen, claro está), mayores serán tus márgenes de beneficio. En este sentido, la plantilla de Amazon está compuesta tanto por trabajadores/as fijos/as como temporales (subcontratados/as éstos/as últimos/as a través de agencias de colocación), variando su configuración dependiendo de los picos de trabajo (aunque suele estar en torno al 50%). De este modo, se genera una primera división dentro de la empresa, ya sea por el hecho de que muchos de estos/as temporales no estarán más que semanas o pocos meses en el almacén, o debido a que, a pesar de empezar con sueldos similares, no todos/as pueden acceder a los mismos pluses. La siguiente división, ante todo en plantas como las alemanas o las británicas, deriva de la gran cantidad de empleados/as migrantes contratados/as, lo que la empresa aprovecha para sectorizar más si cabe a la plantilla. Por último, como todas las empresas del sector, existe una división muy clara entre los departamentos de entradas (que incluyen descargar los camiones, desempaquetar los productos, escanearlos y almacenarlos) y los de salidas (que se encargan de recoger los productos según las peticiones de los/as clientes, y del empaquetado y envío de los mismos), lo que en muchos casos supone una diferenciación tal que no existe un contacto entre el personal de cada departamento.
Así mismo, Amazon pone el acento sobre la productividad. Aunque en este ámbito su actuación puede llegar a ser considerada enfermiza. Cada departamento de cada planta tiene una serie de cuotas productivas, al mismo tiempo que estas cuotas también existen para cada trabajador/a individual. Dichas cuotas se establecen según el criterio de la empresa, aumentándolas en épocas puntales. El incumplimiento de las mismas conlleva sanciones, del mismo modo que muchos de los pluses se basan en la competencia por la productividad entre los/as trabajadores/as. Para el control productivo, los/as empleados/as llevan una serie de escáneres que les avisan de los pedidos y van marcando cuantas órdenes cumplen. Las paradas para ir al baño también son cuantificadas. Incluso hay veces en que el escáner aparece el mensaje de “trabaja más rápido”.
Luchas concretas
“[…] Es bastante erróneo representar a los trabajadores de Amazon como pobres víctimas y semi-robots (esto es, desafortunadamente, lo que gran parte de los sindicatos y campañas hacen). Amazon no paga menos que otros almacenes, las condiciones laborales no son mucho peores que en otros almacenes… ¡No pretendemos dar lástima! La diferencia es que dado el tamaño y la concentración de los centros de trabajo de Amazon, los trabajadores allí tienen potencialmente más influencia. Ellos pueden crear el poder inicial del que muchos de nosotros carecemos”
Queda patente que el propio modelo de negocio de Amazon deviene en su mayor problema a nivel interno. Al juntar a miles de trabajadores/as en un mismo almacén, presionarlos en sus ritmos de trabajo y pagarles unos sueldos no muy elevados, las posibilidades de que se den conflictos son muy alta. Para evitar estas situaciones, la empresa tiene sus mecanismos de organización interna (como ya vimos en párrafos anteriores), a lo que se suman otros factores como la gran capacidad que ha tenido Amazon de cerrar las puertas a la entrada de sindicatos en sus centros de trabajo o la posibilidad de una importante movilidad interna del personal.
Pero sin duda, la mayor amenaza que pende sobre la plantilla de una planta es la recolocación completa del trabajo en un nuevo centro, aprovechando las diferencias regionales. En este sentido, cabe destacar que tras varios conflictos laborales en los nueve almacenes que Amazon posee en Alemania, se han abierto cuatro plantas muy cerca de su frontera, tres en el oeste de Polonia y otra en Praga (República Checa). Teniendo en cuenta que el sueldo medio de un/a empleado/a checo/a puede llegar a equipararse a un cuarto del sueldo de un/a trabajador/a alemán, gana enteros la descabellada idea de trasladar un producto desde Alemania a Praga, empaquetarlo y clasificarlo allí, para después volver a enviarlo a un/a cliente alemán/a.
Es aquí donde entra en juego la capacidad que tengamos los/as trabajadores/as para organizarnos más allá de las fronteras que nos separan. En este caso, esta barrera ha sido sobrepasada por un numeroso grupo de empleados/as alemanes y polacos/as de Amazon.
Para entender algo mejor esta situación, habría que situarnos en el contexto de las plantas de ambos países. En el caso de Alemania, las nueve plantas que posee Amazon emplean a unos 9000 trabajadores/as fijos/as y otros 10000 (o más, en épocas como la navidad) temporales. La principal reivindicación del sindicato Verdi (gran sindicato del sector servicios alemán, no muy combativo), que copa la afiliación de la plantilla de Amazon, es el cambio en el convenio colectivo que se les aplica a los/as trabajadores/as de la multinacional, pasando del de logística al de correos, lo que supondría una serie de aumentos salariales. Más allá de esto, durante estos años se han abierto numerosos frentes ante problemas como la enorme presión por las cuotas productivas de la empresa, la falta de descansos en el horario laboral o la situación de los/as trabajadores/as temporales, lo que se ha traducido tanto en conflictos colectivos, paros y huelgas varias, como en consecuencias individuales, como el hecho de tener un muy alto porcentaje de absentismo laboral (en torno al 20%).
Por otro lado, las tres plantas polacas se abrieron en 2014 al hilo de una serie de protestas en los almacenes alemanes, dos de ellas en ciudad de Wroclaw y otra en las cercanías de Poznan. Es esta última planta la que más nos interesa, donde se empelan unos 3000 trabajadores/as, entre personal fijo y temporal, en una serie de turnos que permiten mantener el almacén constantemente abierto. Tras varios conflictos en torno a las pagas y las condiciones de trabajo, un pequeño grupo de la plantilla pasa a crear una sección del sindicato de base Iniciativa Obrera (IP). Con el tiempo, la afiliación ha ido creciendo hasta más de 300 trabajadores/as. Por el contrario, las dos sedes de Wroclaw están copadas por el sindicato mayoritario de Polonia, Solidarnosc, que no ha planteado batalla en la empresa.
En este contexto, la iniciativa de las reuniones internacionales partió de los/as trabajadores/as de IP, que se pusieron en contacto con las diferentes plantas alemanas hasta dar con una serie de empleados/as activos/as con un mayor grado de autonomía respecto de la central Verdi (que como ya hemos dicho, es un sindicato altamente institucionalizado, al mismo tiempo que aliado de Solidarnosc). Tras varios contactos, en marzo del año pasado tuvo lugar el primer encuentro de trabajadores/as de Amazon (siendo organizado al margen de los respectivos sindicatos), que volvió a repetirse en septiembre de ese mismo año y en este último febrero. A dichas conversaciones acudieron trabajadores/as tanto de Poznan como de varias plantas alemanas, aunque también están en contacto con empleados/as de Amazon Italia. En cuanto al resultado de dichos encuentros, destacamos las palabras de la resolución final del encuentro:
“Este intercambio de impresiones nos reveló que los trabajadores de Amazon en los distintos países se enfrentan a los mismos problemas (bajos salarios, reglamento, una presión en el trabajo que lleva a problemas de salud, prácticas típicas de Amazon como la de contratar y despedir, etc.). Cuando tiene que hacer frente a las reivindicaciones obreras, Amazon emplea estrategias similares en todos los países, como amenazar a los obreros con el despido, presionar a los activistas sindicales, negociar sin voluntad de ceder, etc.”.
Así, una de las primeras consecuencias de estas reuniones entre trabajadores/as de distintas plantas pudo verse en junio del año pasado. En respuesta de una huelga organizada por Verdi en las plantas alemanas, la dirección de los almacenes polacos intentó que sus trabajadores/as realizaran durante un tiempo indeterminado varias horas extra al día. En Poznan, la sección de IP denunció la estratagema de la empresa, lo que unido a las tensiones que se habían acumulado en el centro en los últimos meses, degeneró en una serie de acciones destinadas a entorpecer el normal funcionamiento de la planta. Algunas tan básicas como tirar toda la basura a la misma papelera hasta saturarla y tener que parar la cadena de producción (una idea entre muchas), produjeron una disminución muy sustancial del ritmo de trabajo. Y ello se consiguió pues numerosos empelados/as participaron de las acciones, muchos de más de los/as organizados/as en torno a IP. Al día siguiente, y la noticia había corrido como la pólvora a ambos lados de la frontera. Los/as trabajadores/as de IP trataron de extender la lucha con una serie de reclamaciones de aumentos salariales, lo que de primeras fue contestado con negativas por parte de la empresa (que por principios se niega a todo diálogo con los sindicatos, tratando de convertir todo conflicto colectivo en varios conflictos individuales), aunque a unas semanas más tarde se acabaron produciendo pequeños aumentos en el precio de las horas trabajadas así como en los bonus cobrados por los/as empelados/as. Del mismo modo, dos trabajadores/as fueron despedidos/as a consecuencia de este conflicto.
Para ir acabando…
Esto no son más que unos pocos ejemplos de nuestra fuerza cuando nos organizamos en los centros de trabajo. Las posibilidades de futuro de la lucha en Amazon son inmensas, si bien son muchos los problemas que tienen que ir resolviendo, ya sea la lejanía en muchos de los conflictos entre trabajadores/as fijos/as y temporales, las dificultades para encontrarse que ofrece un centro de trabajo con turnos ininterrumpidos y departamentos muy parcelados, el cómo hacer frente a la represión de la empresa… Habrá que ver cómo se desenvuelven los acontecimientos en Amazon de aquí en adelante.
Para más información sobre las luchas que se están llevando a cabo en los diferentes centros de trabajo de Amazon en Europa os recomendamos un par de webs: la que han abierto algunos/as de los/as propios/as trabajadores/as de la empresa que están participando de las reuniones internacionales, www.amworkers.wordpress.com (está en varios idiomas, aunque no en castellano), y www.libcom.org, donde podréis encontrar varios artículos de interés de la gente de Angry Workers of the World sobre las condiciones laborales en Amazon tanto en Europa como en la India, así como actualizaciones sobre los conflictos laborales abiertos. También queremos destacar un artículo sobre los conflictos en la planta de Poznan de la revista norteamericana Jacobin, www.jacobinmag.com/2016/03/amazon-poland-poznan-strikes-workers/.
“Según las características de este tipo de trabajo, las evidencias muestran un aumento del riesgo de enfermedad mental y de enfermedades físicas”
Esta frase forma parte de las conclusiones de una investigación realizada en 2013 por la cadena británica BBC sobre el trabajo en un almacén de Amazon. Para dicha investigación, contaron con un reportero encubierto que fue contratado a través de una empresa externa para reforzar el centro que la multinacional posee en la localidad galesa de Swansea. Pasó varios meses empleado como mozo de almacén, encargado del tratamiento de órdenes de recogida de productos, mientras llevaba encima una cámara oculta con la que inmortalizaba su día a día. Por un auricular le iban comunicando que producto debía de recoger y transportar en su carretilla, a la vez que un escáner registraba el tiempo que empleaba en llevar a cabo cada orden de pedido y pitaba si se equivocaba en algo. El rendimiento de resolución de órdenes del reportero se enviaba directamente a sus superiores/as, y si éstos/as consideraban que la producción era baja, podía conllevar acciones disciplinarias en su contra. Las palabras del reportero son bastante clarificadoras en este sentido: “Somos máquinas, somos robots, encendemos nuestro escáner, lo llevamos encima, pero bien podrían conectárnoslo a nosotros mismos”.
Parte de este tiempo, el reportero lo pasó en el turno de noche, donde realizaba jornadas de diez horas y media con un descanso de 1 hora durante 4 días a la semana. Llegó a contabilizar que en una de dichas jornadas nocturnas recorrió andando 11 millas.
Con todos estos datos obtenidos a lo largo de varios meses, la BBC consultó con diversos/as especialistas en el estudio del estrés (y sus consecuencias) en el trabajo, y las conclusiones fueron las esperadas, que si bien este tipo de trabajos son ya per se duros, las altas exigencias a nivel de productividad de Amazon atacan más si cabe la salud personal y el bienestar de sus empleados/as. Del mismo modo, los turnos nocturnos tan largos para un trabajo con una carga física pesada y una importante tensión mental, podrían llegar a ser ilegales según las normativas británicas en materia laboral.
La respuesta de Amazon a la publicación del artículo fue asegurar que las condiciones laborales de sus centros de trabajo están acordes a las leyes del Reino Unido, que los objetivos de productividad se realizan en función de anteriores rendimientos alcanzados por sus trabajadores/as y que siempre informan a los/as nuevos/as empleados/as de que ciertos puestos suponen unos esfuerzos físicos elevados. Nada nuevo bajo el sol, sus beneficios aumentan pasando por encima de nuestra salud.
Si queréis leer el artículo completo, os dejamos el enlace de la web de la BBC: www.bbc.com/news/business-25034598
Artículo de El Salariado:
El sueño americano por 2$ la hora: Luchas obreras en Amazon Polonia:
https://elsalariado.info/2016/07/24/el-sueno-americano-por-2-la-hora-luchas-obreras-en-amazon-polonia/