En estos días ha salido la sentencia que absolvía a Mario Placanica y al gobierno italiano sobre el asesinato de Carlo Giuliani durante la cumbre del G8 en Génova en 2001. Para entender esta noticia vamos a contextualizar los hechos que se produjeron en esta cumbre, hablando del origen del G8, el G8 en Génova, el asesinato de Giuliani y el proceso judicial contra Mario Placanica.
Los orígenes del G-8 se encuadran en marzo de 1973. Se reunieron los ministros de finanzas de Estados Unidos, Japón, Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido. En la cumbre de 1975 se produjo la entrada de Italia y en 1977 la de Canadá. En la Cumbre de Kananaskis (Canadá, 2001), el G-7 se convirtió definitivamente en G-8, con la admisión de Rusia. A pesar de la antigüedad de la cumbre no es hasta 1999, en Seattle, cuando empieza un fuerte movimiento en contra de ésta.
En el 2001 en Génova fueron enviados 2.700 policías y militares En realidad el acceso a toda la ciudad se hizo bastante complicado ya que se cerró la estación de tren, el puerto y el aeropuerto donde se colocaron baterías de misiles tierra-aire. Además se colocaron puestos de control en todas las carreteras que llegan a la ciudad. Dentro de las medidas de seguridad se trasladó a Génova el instrumental necesario para deshabilitar temporalmente los teléfonos móviles.
En este marco se crea el Foro Social de Génova, para coordinar a los 700 grupos y asociaciones, de distinta inspiración y nacionalidad, interesados en protestar ante la cumbre.
Es en este contexto es donde se produce el asesinato de Carlo el 20 de Julio de 2001.
En la tarde de ese día llegan a la Piazza Alimondaos las/os carabinieri cargan contra las/os manifestantes, cerrando todas las vías de escape. Algunas/os optaron por contraatacar a las fuerzas del orden que, al no controlar la situación, inician la retirada.
En la retirada uno de los Land Rover de los carabinieri, con tres jóvenes militares a bordo, se apaga de forma inesperada. Unas/os quince manifestantes le dan alcance y empiezan a golpear el coche. Un manifestante, identificado más tarde como Carlo Giuliani, se acerca al vehículo alzando un extintor, cuando está a dos o tres metros recibe un disparo efectuado desde el interior del vehículo. Giuliani cae a tierra. Inmediatamente después arranca pasando dos veces por encima de Carlo, todavía vivo. El conductor, interrogado por el juez, declarará que no había escuchado los disparos, y que no se dio cuenta de la presencia del cuerpo, al que confundió con una «bolsa de basura».
La batalla continuó en torno al cuerpo de Giuliani hasta que los servicios médicos del Foro Social de Génova acudieron a auxiliarle, pero finalmente Carlo Giuliani falleció, y la policía formó un cordón en torno a su cuerpo. Las/os manifestantes increpaban a la policía: «¡Asesinos! ¡Reíd, asesinos!». Poco tiempo después, una furgoneta del ayuntamiento de Génova llegó a la plaza a recoger el cuerpo.
Tras todo esto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos decidió eximir al gobierno italiano de cualquier acusación sobre el asesinato de Guiliani. Para escuchar el fallo de la Corte Europea de Estrasburgo, leído por el presidente Jean Paul Costa, había un salón vacío. Desde Italia, sin embargo, el padre de Carlo, Giuliano Giuliani, no está dispuesto a rendirse y dice que continuará luchando para obtener justicia por la muerte de su hijo.
Con todo esto nos queda mirar al futuro y buscar nuevas estrategias de cómo plantarle cara a estas cumbres. Hemos encontrado un llamamiento general a una movilización deslocalizada de carácter mundial en concordancia con los dos días del G8 2011 en Deauville (Francia). Explican que esta decisión tiene dos sentidos: por un lado intentar evitar caer en la trampa por la cual la contra-cumbre se transforme en un futuro laboratorio para la experimentación de nuevas medidas policiales y represivas y, por otro, para que las diferentes luchas locales puedan aprovechar la fecha del G8 – símbolo de todas las privaciones y violencias a las cuales lentamente nos estamos acostumbrando y sometiendo – para ramificarse y multiplicarse cada vez más.
Esta movilización (lanzada para los días 26 y 27 de mayo) se puede ver como una oportunidad para compartir experiencias y seguir adelante, todo eso en una óptica que sobrepase las fronteras.
Con este llamamiento invitan a todos y todas a la movilización, por grande o pequeña que sea. Desde una pintada hasta una acción, pasando por reparto de panfletos, organización de charlas, etc.
La distancia de Deauville no es un impedimento, es una oportunidad.