El Ayuntamiento de Madrid se enreda con los centros sociales okupados

En el periódico del mes pasado, cuando tratábamos los planes de los consistorios de Madrid y Barcelona contra los vendedores ambulantes en el artículo Los Manteros frente a los Ayuntamientos del Cambio, expresábamos que uno de los rasgos comunes de éstos, especialmente en el caso madrileño, era su miedo a vulnerar la Ley. Una cobardía que, en políticas en las que supuestamente su ideología podía ser cercana a la de los movimientos sociales, les llevaba a actuar como los anteriores equipos de gobierno.

Como decimos, ese miedo o cobardía, lo hemos visto en la represión a los manteros, en las falsas promesas de revertir los procesos privatizadores en la limpieza, en su silencio que llevó a dos titiriteros a prisión y ahora nos lo encontramos en la gestión de los intentos de desalojo de distintos centros sociales okupados de nuestra ciudad.

Además del Patio Maravillas, que desde hace tiempo reclama sin éxito la cesión de un espacio municipal (parece que algunos/ as no calcularon bien las bondades del asalto institucional), el Ayuntamiento se encuentra de distintas maneras involucrado en el acoso a tres okupaciones madrileñas: el ESOA La Dragona de La Elipa, La Enredadera de Tetuán y el ESLA Eko de Carabanchel.

¡La Enre no se toca!

Para quien no lo conozca, La Enredadera es un centro social autogestionado que lleva ocho años haciendo barrio en Tetuán, un espacio para la transformación social, donde aprendemos a relacionarnos de manera diferente, eliminando las relaciones de poder y donde damos pasos para construirnos como seres más libres. Intentamos generar herramientas para cambiar «verdades inamovibles» de nuestra vida y de nuestra sociedad, cambiar un sistema que nos oprime, basado en desigualdades y en la explotación del planeta.

Pero… ¿Qué pasa con la Enre?
Durante el verano de 2016 la Enredadera de Tetuán, ha recibido una notificación en la que se nos insta a iniciar un proceso de burocratización del centro mediante la solicitud de una licencia de actividades para poder seguir existiendo.

Frente a la amenaza de precinto (en caso de no solicitar dicha licencia) lanzada desde algún lugar oscuro del Departamento de Disciplina del Ayuntamiento de Madrid y tras una etapa de debate, hemos decidido rechazar iniciar tal proceso.

¿Por qué hemos declinado su invitación?
Al vivir este proceso de empoderamiento, aprendemos a organizarnos para enfrentar el orden establecido y su demagogia. Juntas conseguimos poner encima de la mesa problemas con los que el neoliberalismo nos ataca como son: vivienda-desahucios, crecimiento del racismo-fascismo, patriarcado, carencias alimentarias, pobreza energética, falta de asistencia sanitaria universal, opacidad en las ayudas sociales y en la obtención de derechos. Juntos nos hacemos más conscientes de que nuestros problemas no derivan de la falta de recursos sino del reparto de los mismos, es decir, no se trata de la pobreza sino de la riqueza.

Y así, en esta pequeña zona temporalmente autónoma, generamos oportunidades vitales para las personas olvidadas e invisibilizadas por las instituciones. Las nadie no solicitamos ser inscritas en sus libros de propiedad, directamente hacemos uso de los espacios olvidados: los habitamos. Este simple gesto hace que nos escribamos en el territorio, que nos narremos en el libro de la Historia. Desde ahí es donde crece el vínculo entre nosotras y las demás cosas que nos rodean, desde ahí construimos nuestro barrio.

Por tanto somos, en existencia, pensamiento y acción, incompatibles con la vía institucional. Además, implicaría aceptar la lógica de la administración, empleando toda nuestra energía en dinámicas burocráticas y perdiendo la potencia de crecimiento y la autonomía de nuestros proyectos.

Los espacios colectivos, las comunidades y los concejos existen antes que las leyes, y éstas, lejos de legitimarlos, son su verdugo. Frente a su gobernanza seguiremos disfrutando de nuestra gestión colectiva.

¿Cómo entendemos la okupación?
Para nosotros, la okupación es una herramienta para el cambio social, una manera de tomar las riendas de nuestras vidas, sin intermediarias: desde nosotrxs y para nosotrxs.
Por eso, estos espacios ya no son más un simple medio; también son la forma en la que tomamos presencia, son el cuerpo con el que combatimos la privatización del Planeta y de los seres que lo habitan. La especulación, la lógica del sistema de propiedad privada, que supone la muerte; la expulsión de la gente de los lugares que habita, donde crecieron, donde se da la vida.

La okupación es nuestra forma de entender la vida. Y en última instancia, el espacio y los proyectos que en él crecen son la prueba viva de que esto no es una utopía sino que es algo real, que podemos crear relaciones, generar cambios sin que haya un ente superior que nos guíe.
La okupación no podrá ser legalizada, se viene legitimando desde la calle, los barrios, los diferentes mundos. Es una fuerza sin nombre que transforma el uso del espacio urbano arrebatado por los de arriba, en esta guerra de la muerte contra la vida.

¿Cómo nos afecta su Burorrepresión?
Durante mucho tiempo la forma de reprimir y el tratamiento que se le ha dado a los Centros Sociales venía del desprestigio, la criminalización, el hostigamiento y violentos desalojos. Debido a la respuesta social que se producía en estos casos, las Instituciones deciden cambiar a una forma menos visible, que no salga a la calle, que no tenga repercusión social. Este nuevo tipo de represión esta basado en el cumplimiento de normativas, burocracia y multas en las que no hay responsables, todos siguen órdenes desde sus despachos.

Aunque esta última, a golpe de formulario y de recibo no es nueva, no deja de ser un ataque mal intencionado a todo lo que pueda escapar de su control. Las porras y la cárcel (aunque no dejamos de verlas y de sufrirlas) recuerdan a tiempos un poco oscuros de la historia ibérica, por lo que el Estado utiliza estos procesos administrativos para ahogar y asfixiar estos movimientos mediante burocracia y multas, obligándolos a perder el tiempo, el esfuerzo, la energía y el potencial de progreso que pueden aportar a la sociedad. Esto significa que aunque las formas sean distintas, la intención siempre es la misma.

Creemos que este ataque deja entrever el miedo a que la gente se pueda organizar de manera autónoma, a que exista algo fuera de lo institucional. Que existan lugares que no quieran pedir permisos, licencias, subvenciones, ayudas… El Capitalismo necesita que todo esté bajo control y utiliza las administraciones de los Estados para satisfacer sus necesidades.

Está claro que este proceso abierto es una directiva ideológica, no administrativa.

Hay que destapar a lxs ejecutores de estas medidas, poner nombres y apellidos y que vuelvan a recuperar la responsabilidad de sus actos, que dejen de ampararse en la legislación y en órdenes superiores a la hora de desalojar espacios y reprimir ideas. Para nosotras de momento tiene nombre y apellidos, es el Departamento de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Madrid, sus responsables políticos, y por supuesto la Policía Municipal de Madrid que, con gusto, será la encargada de ejecutar las órdenes.

“El torturador es un funcionario.
El dictador es un funcionario.
Burócratas armados, que pierden su empleo
si no cumplen con eficiencia su tarea.
Eso, y nada más que eso.
No son monstruos extraordinarios.
No vamos a regalarles esa grandeza.”
“Días y noches de amor y de guerra”, Eduardo Galeano

¿Polarización de los movimientos sociales?
Otros Centros Sociales sí han decidido seguir la vía de legalización.
Consideramos que hay mil y una maneras de desarrollar proyectos colectivos y cada una es respetable a su manera. Pero nos gustaría que fuéramos conscientes que esa decisión de institucionalizar las alternativas autónomas afecta a los proyectos que deciden no pasar por ahí, y habrá que ver en qué medida lo hace a las propias luchas que en estos espacios se desarrollan, que consideramos por encima de los propios espacios, por mucho que nos apetezca que existan eternamente.

Desde esta diversidad, ponemos de manifiesto que a nosotras sí nos afecta, porque cuantas menos seamos las que decimos no, más solas nos quedaremos. Y todxs somos necesarixs.

No queremos entrar en el juego de Centros Sociales buenos o malos. No somos buenos o malos, sino todo lo contrario. Debemos plantear el debate y el acercamiento a otros proyectos, para crear un frente de resistencia a estas políticas dictadas desde los despachos. La división de las resistencias es el arma mas utilizada por este orden neoliberal por eso no queremos entrar en el juego moral de que esta bien o mal en torno a la okupación, en la actualidad es un escenario que alberga diversas formas de entender la misma. Hay quien la exclusión y su forma de vida les lleva a okupar desde tiempos inmemoriales, otras que los adoptaron como una forma de lucha colectivizadora contra la propiedad privada, otras a las que las hipotecas las estafaron sus sueños, hay quienes lo hacen por diversión, otros que okupan tierras para cultivar comida sana o para frenar el paro, otras para poder hacer una vida comunitaria…

pero todas buscamos conquistar un trocito del presente, un pedacito del espacio para construir otro mundo. Desde ahi que existen formas diferentes de enfrentar el conflicto y resolverlo como buenamente queramos, desde ahi que en este diverso espacio queremos seguir siendo ilegales, ni tan malos como cuentan ni tan buenos como desearían.

Conclusión
Las instituciones están jugando constantemente con nuestra precariedad y nuestro miedo. Pero podemos hacer frente a ambas cosas recuperando la colectividad y la solidaridad en este mundo de individualismo y del «sálvese quien pueda» asumido.

Con respecto a la Enre, pensamos que es importante que no sean las instituciones y sus aparatos represivos quienes marquen nuestros ritmos. Por ello nos apetece dar la vuelta a este proceso, tomando nosotras las riendas, generando un proceso de reflexión, en el que nos sintamos identificadas y que nos ayude a crecer.

Extraído del comunicado enviado por La Enredadera.

Y mientras en el ESLA Eko y en el ESOA La Dragona

El 20 de octubre, unos policías municipales acompañados de otros funcionarios entraron en el centro social okupado el Eko, en Carabanchel, tras reventar la cerradura de la puerta. La solidaridad de vecinos/as y activistas logró que en muy poco tiempo, mucha gente acudiera al centro social y evitara la clausura del espacio.

Según informó la policía, se trataba de una inspección técnica del edificio, pero al no haber nadie en el interior en ese momento, optaron por reventar la puerta y entrar en el interior por la fuerza, tratando de poner una nueva cerradura a su salida, para forzar el desalojo.

Como señala el comunicado emitido por el Eko:

El Ayuntamiento de Madrid niega que se tratara en ningún momento de un desalojo, pero nosotrxs, ante las presiones y ataques que están recibiendo otros centros como el nuestro (La Dragona, La Enredadera, La Morada, Patio Maravillas…), no acabamos de creernos la versión oficial, entre otras cosas porque, aún no constando en la orden judicial, la intención era clausurar el edificio si no hubiéramos ofrecido resistencia.

Queda esperar ahora el informe de la inspección técnica del edificio, de titularidad privada, que mucho nos tememos que será negativo y se utilizará como un elemento más para expulsarnos del mismo. Hasta entonces, el EKO seguirá con todas sus actividades y campañas, fomentando la autogestión barrial y denunciando la intrusión de empresas y administraciones públicas en el normal desarrollo de nuestros espacios, que ofrecen alternativas de ocio, cultura, política y resistencia al sistema capitalista, patriarcal y vertical imperante.

Y nos gustaría terminar con un par de mensajes:

A nuestro “ayuntamiento del cambio”: aprender a relacionarse con los espacios comunes de la ciudad es un mínimo que no debería hacer falta recordar.

Al entramado político-legalpolicial del Estado: estaremos en frente cada vez que intentéis quitarnos lo que construimos colectivamente.

Dos días antes, el 18 de octubre, el ESOA La Dragona recibía de manos de unos policías de paisano una carta del Ayuntamiento de Madrid en la que se les informaba de que tenían cinco días para abandonar el inmueble y que de no hacerlo se procedería al desalojo el 23 de noviembre. Pese a que según informa el periódico Diagonal, el Ayuntamiento manifiesta que no tiene intención de desalojar el centro, desde el centro social entienden que se trata de un ataque más desde que esta institución se propuso recuperar el inmueble e intentó la legalización del colectivo que okupa el edificio.

Aquí os dejamos su comunicado:

Tras medio año de intrigas, incursiones policiales e intentos de prevaricación y empoderamiento entre la concejalía de Ciudad Lineal y la Dirección General de Patrimonio de Madrid por el deseo de gestionar el edificio en el que desarrollamos nuestras actividades desde hace 8 años, sus intereses se han materializado en una notificación de desalojo que será efectiva el 23 de Noviembre de este mismo año,todo ello bajo la explicita amenaza de actuación de las fuerzas de represión, así como de sanción “de hasta un cinco por 100 del valor de los bienes okupados” para todxs aquellxs que pretendan no acatar la resolución.

Esta notificación de desalojo, llevado a cabo por vía administrativa por el Ayuntamiento de Madrid gobernado por Ahora Madrid, pone fin a todo un procedimiento que se ha caracterizado desde su inicio por un oscurantismo, chantaje y soberbia que poco tiene que ver con las interminables promesas sociales que dicho partido político nos intentaba vender a cambio de nuestro voto no hace tanto tiempo.

Y es que este desalojo no tiene nada que ver, ni nunca lo ha tenido,con el uso del espacio, ni siquiera con una cuestión de legalidad,sino que viene motivado por una línea ideológica clara de dicho ejecutivo, y que se basa en una sola premisa “o conmigo o con nadie”. Una línea ideológica que pretende el control por la vía del hecho de todos los centros sociales madrileños utilizando el miedo a la represión como arma de extorsión o chantaje, algo a lo que otros gobiernos ya nos venían acostumbrando. Un chantaje ante el que los miembros de esta asamblea nos negamos rotundamente a ceder.

Por ello ahora nos toca decir basta, nos toca hacer saber al Ayuntamiento de Madrid el poder que tiene la autogestión y la solidaridad, hacerles saber que los Centros Sociales no son otros de sus juguetes de propaganda electoral. Vamos a demostrarles que siempre que ataquen a un Espacio okupado estaremos unidxs para hacerle frente.

El ESOA no va a paralizar su actividad normal por muy cerca que estemos del desalojo. Aprovecharemos cada momento en La Dragona con la esperanza de que no sean los últimos, sintiendo rabia por ver cómo intentan arrebatárnoslo y acumulando la fuerza necesaria para luchar por ella.

Os contamos más sobre la política del Ayuntamiento frente a los centros sociales okupados en el artículo www.todoporhacer.org/legalizacion-okupacion

Aprovechamos estas líneas para dar la bienvenida a la Canica Bank, una nueva okupación en nuestra ciudad, esta vez en una sucursal de Bankia abandonada en el barrio de Lavapiés.