Balance de las víctimas de las pelotas de goma

La dotación de proyectiles de goma de las Policías Nacional y Autonómicas, de un peso de 90gr. y capaces de desplazarse a una velocidad de más de 200 m/s (más de 720 km/h), son consideradas por un protocolo técnico interno como armas “less-letal”, es decir “menos letales”, que no obstante pueden causar daños permanentes a los órganos vitales, más aún cuando se suelen disparan en los cascos antiguos de las ciudades, entre paredes que forman espacios muy cerrados. Las lesiones habituales más graves son traumatismos craneales como el que ha costado la vida al joven de Bilbo, hemorragias y derrames cerebrales, pérdidas de visión, perforaciones pulmonares e intestinales y traumatismos en testículos. De hecho, un estudio publicado en la revista inglesa The Lancet en 2000 concluyó que la «poca fiabilidad de las pelotas de goma, el apuntar mal o el disparar a una distancia demasiado corta han tenido como consecuencias la provocación de lesiones graves o incluso la muerte de un número de gente considerable. Este tipo de munición no debe ser entendida como una herramienta segura para controlar a grandes grupos de personas«.

En España, el protocolo de intervención del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil obliga a disparar contra las extremidades inferiores, a una distancia mínima de 50 metros y con previo rebote en el suelo -si están bien, estas pelotas deben botar 60 centímetros lanzadas en caída libre desde un metro de altura. En la práctica los agentes no cumplen su protocolo (y, aunque lo hicieran, seguiríamos estando en contra de sus métodos) y disparan a una distancia inferior, dándoles igual en qué parte del cuerpo de su objetivo hacen impacto.

Dejando de lado otro tipo de lesiones, en el Estado español son 23 las personas que han perdido un ojo desde 1990 hasta hoy a causa de estos proyectiles (seis de ellos/as en los últimos tres años). Tristemente, Íñigo Cabacas, de 28 años, no es la única víctima de la actuación policial en estos dos últimos meses; Xuban Nafarrete, de 19, pasó seis días en el hospital de Santiago de Gasteiz después de sufrir un derrame cerebral el día de la huelga general también por consecuencia de una pelota de goma.

Algunas personas que han perdido un ojo a causa de pelotas de goma

Si queremos hacer un poco más de memoria histórica, podemos ver que Íñigo no ha sido la única víctima mortal por estos proyectiles. Rosa Zarra murió tras recibir un impacto de pelota de goma en una movilización reprimida por la Ertzaintza en Donosti, en 1995. Estos hechos nunca se investigaron a fondo. Por su parte, las protestas durante la Transición, entre 1977 y 1979, dejaron un saldo de seis víctimas mortales por impacto de pelota de goma y una por impacto de bote de humo. Y si miramos más allá de las fronteras, podemos conocer de otros casos de víctimas de violencia por parte de la policía por medio de pelotas de goma. Gran Bretaña que el fue primer país en utilizar pelotas de goma a gran escala, durante los años del recrudecimiento del conflicto norirlandés. Entre 1970 y 1975 mataron a trece personas. Uno de cada 18.000 disparos efectuados fue letal y uno de cada 800 tuvo como resultado una lesión severa o grave. Por otra parte, otros estudios demuestran que entre 1987 y 1993 al menos veinte civiles palestinos/as murieron a consecuencia de las pelotas de goma disparadas por militares israelíes.

En la actualidad, sólo hay dos países europeos que aprueban el uso de pelotas proyectadas con escopetas o fusiles como medios policiales habituales para disolver a “multitudes agresivas y violentas”: España y Portugal. En otros países sólo se utilizan en situaciones consideradas límite[1], y no se aplican tan fácilmente como se hace en España, en el que disparar contra su propio “pueblo” no es ningún problema. Ni siquiera en regiones consideradas “conflictivas”, como Irlanda del Norte, se utilizan con tanta frecuencia y la policía tiende a emplear antes otros métodos que, si bien son igual de siniestros (como el uso de gases lacrimógenos), en el fondo son menos letales para la vida de las personas a las que a la postre van a apalear y machacar.

En la actualidad, este tipo de proyectil antidisturbios se encuentra, supuestamente, en fase de retirada debido a que la Comisión Europea los vetó a mediados de 2011, advirtiendo a todas las policías del Estado Español y de Portugal que deberán dejar de utilizar las pelotas de goma como máximo a finales de 2012. Quizás eso explica por qué el Gobierno ha invertido 1.071.770 euros en gases lacrimógenos y fumígenos, de acuerdo con el BOE de 31 de diciembre de 2011.

El Sindicato Unificado de Policía el pasado 13 de Abril emitió un comunicado con un titular bastante desconcertante o muy clarividente titulado Uso de pelotas de goma para atacar a ciudadanos, en el que proponen el uso de las pelotas de goma, sólo para situaciones especiales y que proponen homologarse con el resto de los países de la UE, pero proponen que en tal caso un incremento de los Unidades de Intervención Policial (UIP) o antidisturbios de 2800 a 5000 efectivos. No sabemos que nos da más miedo: el uso de las pelotas de goma o que se multipliquen por dos los miembros de la UIP.


[1] Las lanzaderas de proyectiles que se usan en otros países (y, desde hace poco, también en Catalunya, son mucho más precisas. Según la web de Soler & Associats, que es el distribuidor español de estas armas de Brügger & Thomet, un tirador experto es capaz de «hacer blanco contra un objeto de 15 centímetros cuadrados a 50 metros» lo cual elimina lo aleatorio de lanzar proyectiles que rebotan y que se deben lanzar rebotando, además, causando un alto número de «daños colaterales«. Son, sin embargo, de material viscolástico, cuyo impacto se considera inhabilitante muscular y tiene un efecto de hasta 45 días, aunque a las pocas horas del impacto se puede caminar con cierta normalidad. Estas armas eliminan los riesgos de la imprecisión (es decir, que se dispare sin tener un objetivo concreto y acabe impactando sobre algo), pero añaden, por el contrario, los riesgos de la precisión (es decir, que si un policía apunta a una persona, le da).

 

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7 comentarios en «Balance de las víctimas de las pelotas de goma»

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