En la región de Renania, en Alemania, la compañía RWE está explotando 3 minas de lignito, donde extrae alrededor de 100 millones de toneladas de lignito cada año. Además, gestionan 5 plantas energéticas donde el carbón está siendo quemado como medio para producir energía. Esta industria causa alrededor de 100 millones de toneladas de CO2 al año, y libera un montón de polvo fino, además de metales pesados, elementos radioactivos y otros contaminantes. Para evitar que las minas se inunden de agua, el nivel subterráneo del agua en la región está siendo descendido hasta una profundidad de cerca de 500 metros, lo que trae consigo fuertes consecuencias para la naturaleza. Además, muchos pueblos están siendo “realojados”, lo que significa que la gente que vivía allí es obligada a mudarse y el terreno está siendo destruido y contaminado. Para hacer la mina más grande a día de hoy en esta zona – la mina de Hambach – el bosque de Hambach está siendo talado. Esta tala lleva desde 1978 y el plan de la compañía es haberlo talado completamente en 2018.
La okupación del bosque
En abril de 2012, el bosque fue okupado para evitar que fuese talado y así intentar contener el crecimiento de la mina. Desde entonces las okupaciones han sido desalojadas varias veces, pero en todas una re-okupación tuvo lugar poco tiempo después. La primera okupación se produjo durante el festival “Wald Statt Kohle!” (Bosque en lugar de carbón) al que acudieron 200 personas que empezaron a levantar plataformas en los árboles, lo que supuso el primer acto de okupación y resistencia en defensa del bosque. Las okupaciones se suceden de formas diversas y han conseguido crear una red internacional de activistas en su defensa. La diversidad de formas de defensa del bosque constituye otra de las señas de identidad de esta lucha durante todo el tiempo que lleva activa, entre ellas podemos destacar la escalada a árboles para todo tipo de bloqueos o necesidades, o los encadenamientos a árboles. En una de las primeras okupaciones se empleó una gran red, colgada a unos 20 metros de altura, donde podían estar varias personas resistiendo. En 2012 también se empleó una orquesta de música que combinaba la música clásica con la desobediencia civil bloqueando el paso de una excavadora durante las dos horas de concierto, en este mismo sentido el colectivo “Rhythms of Resistance” (una conocida “batucada”) también actuó bloqueando excavadoras. Además de esto, se dan con frecuencia todo tipo de acciones más concretas contra la maquinaria en forma de pintura, barricadas o sabotajes, como los que se practican clavando grandes clavos en los árboles que van a ser talados para que cuando pase la motosierra por ahí quede bloqueada.
Actualidad
La última temporada de tala comenzó el 1 de octubre de 2016 y terminará el 28 de febrero de 2017. Como es habitual ante cada inicio de temporada se realizó un llamamiento internacional para ir a defender el bosque, que está ya al borde de la inexistencia. A esta llamada acudieron un grupo de personas desde el Estado español que colaboraron en la defensa del bosque. Durante este periodo de resistencia hubo una escalada en la confrontación contra la policía y la empresa que se materializó en arrestos y detenciones. De entre estas, dos personas del Estado español fueron detenidas acusadas de tenencia de explosivos y ataques a la policía. Ambas personas estuvieron encarceladas desde su detención hasta el pasado 21 de diciembre que fueron puestas en libertad. A pesar de ello, la resistencia continúa en el bosque okupado.
Parte del texto ha sido extraído del fanzine https://vozcomoarma.noblogs.org/files/2015/06/cuerpo.pdf