No es la primera vez (ni será la última) que desde este periódico dedicamos unas páginas a la problemática de la vivienda y las formas de afrontarla colectivamente que se vienen dando en el contexto actual. A riesgo de resultar repetitivas/os, hemos creído necesario volver a abordar este tema que tanto afecta a nuestras vidas y que consideramos un buen reflejo de cómo funciona esta sociedad en la que la propiedad privada, con todo lo que la ampara, pasa por encima hasta de una necesidad tan básica como tener un techo, un espacio digno donde vivir.
“La especulación no es una anomalía de este sistema sino la forma en que se acumula más rápidamente. Por eso, nada era imprevisible ni nada ha sido improvisado.”[i]
El problema de la vivienda en nuestra sociedad es de sobra conocido: los/as jóvenes no tienen acceso a ella debido a una evidente falta de medios y los/as hipotecados/as o arrendatarios/as – que engrosan las filas del paro o de los/as trabajadores/as precarios/as – que hace años sí lo consiguieron ya no pueden mantenerse en ella.
En los últimos meses se han conocido nuevos proyectos y colectivos dedicados de una u otra forma a la lucha por la vivienda, al tiempo que otros que ya existían han ido cogiendo fuerza. Iniciativas como las de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), numerosas asambleas populares de barrios y pueblos, la Oficina de Okupación, la Oficina de Vivienda, etc., han sido capaces de poner el conflicto sobre la mesa y de mostrar que se puede afrontar el problema desde los/as propios/as afectados/as, organizándose de forma horizontal y directa.
Todo este trabajo previo y la coordinación entre distintos grupos a través de la Asamblea Interbarrios de Vivienda del 15-M de Madrid, se vio reflejado en la Semana de Lucha por el Derecho a la Vivienda celebrada en esta ciudad entre el 19 y el 25 de marzo. Las diversas acciones, charlas, concentraciones, marchas, etc. llevadas a cabo en este marco pretendían visibilizar los diferentes aspectos que abarca esta problemática, sus culpables, y las luchas que se están produciendo para hacerles frente, dedicando cada día de la semana a un tema distinto: okupación, juzgados, alquileres, bancos, estafas a cooperativistas y derribos.
“La responsabilidad no es sólo de las leyes injustas. Existe un entramado fraudulento amparado por el Estado y en el que participan las entidades financieras, las propias instituciones (Mº Vivienda, IVIMA, EMV), así como el sistema judicial y la policía que acude a echar a las personas de sus casas. Esta maquinaria legal y coercitiva, no busca la satisfacción de las necesidades básicas de las personas sino la obtención de beneficios económicos. El derecho a una vivienda adecuada es tratado como una mercancía no como un derecho.”
La Semana comenzó con la okupación del edificio de la calle Echegaray 17, en el céntrico barrio de Huertas, para utilizarlo como espacio de encuentro y sede de las actividades programadas. En palabras de las/os organizadoras/os, “por una parte, para que tengamos un lugar donde juntarnos y encontrarnos en esta Semana de Lucha. Y por otra, demostrarnos a las personas que habitamos esta ciudad que podemos organizarnos y gestionar espacios para todo lo que necesitamos con nuestras propias manos. De esta manera, creamos otras maneras de entender nuestra ciudad, nuestras relaciones sociales y, en definitiva, nuestras vidas”. El edificio es propiedad de una empresa inmobiliaria que cuenta con un capital social superior a 700.000 euros y que pertenece a un grupo empresarial madrileño dedicado a la construcción y especulación de inmuebles. Una de tantas empresas que mantienen millones de viviendas vacías en todo el Estado a la espera del negocio más jugoso. Como era de esperar, desde la prensa no han tardado en responder a esta nueva okupación con la habitual sarta de sandeces tratando de vaciar la acción de cualquier contenido político, resaltando la legalidad y bondad de la empresa propietaria y alertando sobre el grave peligro que supone la okupación para el edificio y su patrimonio, con el fin de eliminar cualquier apoyo social y preparar el terreno para la represión.
Al día siguiente, el martes 20 de marzo, tuvo lugar una concentración y entrega de denuncias frente a los Juzgados de Capitán Haya, donde se encuentran los Juzgados de Primera Instancia, que son los que llevan a cabo la ejecución de desahucios. Para nosotras/os lo destacable de esta acción no es la reivindicación de nuevas leyes que garanticen “que no se vulnere el Derecho a la Vivienda”, sino su objetivo de señalar la culpabilidad del sistema judicial y del Estado, que crea el marco legal, administrativo y coercitivo que ampara los intereses especulativos y que es quien permite en último término que se deje a personas en la calle al ritmo de cuarenta desahucios diarios en nuestra ciudad.
En la misma línea, las acciones contra bancos llevadas a cabo la noche del miércoles, tras la que amanecieron “tapiados” e inutilizados más de cien cajeros automáticos, y el jueves, cuando un grupo de gente cortó durante unos minutos la Ronda de Valencia a la altura de La Casa Encendida (centro sociocultural de la Obra Social de Bankia) y desplegó desde la misma dos pancartas en las que se podía leer “Mafia Bankia” y “Obra social. Desahuciar, estafar, especular”, son una forma más de señalar a los/as culpables y presionar contra ellos/as.
Otras de las acciones llevadas a cabo fueron las enmarcadas en la jornada informativa y reivindicativa del miércoles 21 acerca de la problemática del alquiler, en la que se realizó una “Marcha de Inquilinos/as” por el alquiler social y contra las políticas estatales y locales que llevan años promoviendo la venta y poniendo todo tipo de trabas al alquiler. Durante la marcha se hizo una visita a la sede del IVIMA, entidad pública supuestamente encargada de facilitar el acceso a la vivienda y que en realidad funciona de la misma manera que las entidades bancarias, manteniendo precios abusivos y viviendas vacías, y expulsando a la gente de sus casas.
El viernes 23 fue el día dedicado a los/as Cooperativistas del Sureste de Madrid, estafados/as desde hace quince años por las aseguradoras, entidades bancarias y gestores inmobiliarios, y esperando desde entonces recuperar su dinero. La protesta tuvo lugar en la sede de HCC Europe, una de las aseguradoras culpables de la estafa.
Por último, la jornada del sábado 24 en el Espacio Sociocultural Liberado y Autogestionado EKO (en Carabanchel), con charlas informativas y actividades solidarias, estuvo dedicada a los derribos ilegales que se están produciendo y que pretenden continuar en La Cañada Real y Puerta de Hierro.
La Semana finalizó con una manifestación el domingo 25 bajo el lema “La Vivienda es un Derecho, no un negocio, ¡Tómalo!”.
Las acciones y convocatorias desarrolladas estos días no sólo han contribuido a visibilizar y dar a conocer el conflicto, sino que han constituido un lugar de encuentro entre afectadas/os donde poner en común inquietudes y problemas para pasar a la acción de forma colectiva y emprender una lucha real, no restringida a una semana sino continua y duradera. Los ejemplos puestos en práctica, como las okupaciones y acciones de presión contra los/as culpables (bancos, inmobiliarias, instituciones, etc.) pueden ser un buen punto de partida para esta lucha, en la que aún hay mucho por hacer.
Más información en www.ministeriodevivienda.info
[i] Todas las citas intercaladas en el texto son extractos de comunicados de los/as organizadores/as de la Semana de Lucha
Pingback: Sobre la semana de lucha por la vivienda | Oficina de Vivienda
Pingback: BREVE BALANCE SEMANA DE LUCHA POR LA VIVIENDA