Autora: Andrea García González. Editorial Katakrak. Iruña, diciembre 2023. 183 páginas
Calla y Olvida es un libro que cumple su objetivo. Es un libro incómodo, que mueve y remueve, tanto por dentro como por fuera, en varios momentos durante su lectura el culo pide ser reposicionado en la silla y los pulmones, al mismo tiempo, piden exhalar y respirar profundo para seguir leyendo.
El libro expone, en un afán de construir y reivindicar prácticas de paz en los territorios que fueron lugar de conflicto, diversos testimonios exclusivamente de mujeres relacionadas de una u otra forma con la organización ETA. Que sean mujeres quienes asumen la valentía de remover sus vivencias, de volverlas a traer al presente y desnudarse biográficamente ante la grabadora de Andrea, es una opción política de la autora, que pone encima de la mesa lo masculinizado y mediático de todo lo relacionado con el conflicto vasco. Cómo la violencia hegemónica, patriarcal, mediática, irreversible, ha recaído, principalmente, en cuerpos visibilizados masculinos y han sido ellos quienes han copado y establecido las formas en las que se plasmaba y vivenciaba el conflicto. Sin embargo, las violencias, en plural, aquellas que no salen en los telediarios, aquellas que se instalan en el día a día, aquellas que no se simplifican en un disparo o en una explosión, si no en una mirada, en un silencio; esas son internas, subjetivas, y de ellas saben mucho las mujeres que aparecen en estas páginas.
Andrea nos lleva a tomar conciencia de todas esas violencias, a veces descarnadas, directas, y otras ambiguas, sibilinas, que habitan en aquellas que toman la palabra para llegar, irremediablemente, a un término que en el libro se repite y se abraza como un mantra: vulnerabilidad. El libro proclama la potencialidad de la vulnerabilidad y para ello la autora toma cómo método y epistemología la escucha vulnerable. Andrea contrapone la escucha vulnerable a la empatía al poner encima de la mesa que la empatía crea desigualdades, jerarquías, asumir que une puede conocer el dolor del otre es en sí mismo un acto de dominación. Por el contrario, la escucha vulnerable, supone un movimiento propio, supone reconocerse a une misme como vulnerable para entender los procesos, los modos, en definitiva, el cómo y el porqué del otre. Supone una vuelta de tuerca a la lógica capitalista de la individualidad, la explotación y la autosuficiencia, al reconocernos como seres dependientes y poner el acento en los cuidados y el reconocimiento de la necesidad de un bienestar y sentimiento de paz y serenidad en el sostenimiento cotidiano frente al sufrimiento y desasosiego que nos impone la dialéctica imperante.
Por tanto, este no es un libro de vencedores o derrotados, si no de subjetividades, de biografías marcadas por procesos que no siempre cuadran con los discursos públicos y calendarios oficiales que determinan en qué momento empezó y acabó la violencia.
El libro trabaja con la otredad, con la dualidad, y así es él mismo. Es un libro que son dos: uno duro, complejo, desgastante y otro fácil, tierno, estimulante. Eso no es nada fácil y Andrea lo logra con una forma de escritura que te empuja al disparadero, al abismo de la vulnerabilidad. Es, por tanto, un libro de viajes y naufragios, de titubeos y verdades, de apertura y recomposición. Es una travesía en la que hay que embarcarse con la mente, los oídos y las carnes abiertas.