Cuéntame cómo paso. La lucha de la sanidad madrileña en el año 79

Las personas que formamos parte de este proyecto somos, principalmente, gente joven. De hecho, a la mayoría aun nos quedan unos cuantos años para alcanzar la treintena. Por ello, la única realidad política y social que hemos conocido es la actual, con su farsa democracia representativa y su ilusa paz social, construida sobre el destierro de la lucha de clases de la memoria colectiva. Crecer en este tedioso y desolador panorama, al menos, mantiene viva una inquietud por conocer y rebuscar en los rincones olvidados de la historia, pequeñas muestras, pruebas, pistas, de que esto no siempre ha sido así, de que ha habido momentos en la historia donde la clase trabajadora ha plantado cara, de que ha hecho temblar a más de uno/a. Pero, no es fácil encontrar estos ejemplos. Los que salen victoriosos escriben los libros de historia. Y si nuestros/as abuelos/as poco a poco nos van dejando, y nuestras madres y padres, se olvidaron de la pelea hace mucho tiempo, ¿a quién recurrimos para conocer qué ha pasado en el sótano de este país? ¿Qué pasó con aquellos/as trabajadores/as que hicieron huelgas, asambleas, que no tenían reparos en enfrentarse a la policía, qué consiguieron ciertas conquistas que vamos perdiendo no tan poco a poco? ¿Cómo lo lograron? ¿Por qué fueron derrotadas/os?

BANNER PAGINA CASLa falta de conexión con las luchas que se han desarrollado en el último siglo es una debilidad que acarreamos. La falta de vivencias, memoria y experiencia, hace que los errores que en su día cometieron aquellos/as que nos precedieron, se repitan de una forma cíclica. Por ello, recuperamos el conflicto que mantuvieron las/os trabajadoras/es de la sanidad madrileña en el 79, como forma de dar a conocer una lucha similar a la que se está desarrollando en la actualidad. Son pocas líneas pero esperamos que nos permitan extraer alguna lección, o si no, al menos, que sirva de homenaje para los/as que lucharon y ejemplo de determinación para todas/os.

Nos encontramos en el año 79, en una España que vive sus primeros años tras la muerte del dictador y donde el impulso de cambio queda sepultado por el pacto entre las fuerzas políticas y sindicales de la izquierda con los sectores más “moderados” del viejo régimen franquista. Aun así, las convulsiones políticas y sociales no se detienen del todo, y la realidad dentro del Sistema Nacional de Salud no es ajena a ello.

Ciertos factores, como unas condiciones laborales y salariales que dejaban mucho que desear, y la entrada en el sector de trabajadores/as más jóvenes y activos/as, catalizan la aparición de asambleas en diferentes hospitales, creándose un punto de encuentro donde se empiezan a tratar de forma conjunta los problemas del sistema sanitario. Muchas tienen lugar en condiciones de semiclandestinidad, pero, aun así, se establece rápidamente una coordinación entre ellas, y se elaboran las primeras reivindicaciones colectivas, como la subida salarial lineal y el incremento de la plantilla.

La extensión del movimiento de base hace que los sindicatos CCOO y UGT tengan que mover ficha para no quedarse al margen y convocan un paro de 24 horas. El éxito es total, pero la Administración se niega a satisfacer las reivindicaciones de los trabajadores, aun así, los sindicatos desconvocan las siguientes movilizaciones.

Antes esto, la respuesta no se hace esperar. Al día siguiente, los/as trabajadores/as convocan espontáneamente asambleas (inicialmente en La Paz y en el 12 de Octubre), que se convierten en asambleas masivas, donde se hace un llamamiento a la huelga indefinida y a la creación de comités de huelga en cada centro. A pesar de las constantes trabas por parte de los sindicatos de siempre y por parte de las direcciones de los hospitales, heredadas de la época franquista, la huelga se mantiene durante más de 60 días y se extiende a otros centros de Madrid como a los ambulatorios.

Pero aparecen en escena los perros del Estado y su represión. Durante esos dos largos meses, por ejemplo, las/os trabajadoras/os más activas/os se ven obligadas/os a dormir cada día en un lugar diferente para evitar las detenciones de la Brigada Político-Social. Además, la policía tomó los hospitales, instalando unidades de antidisturbios las 24 horas del día. Las diferentes iniciativas de protesta, como los cortes de carretera o las caravanas de vehículos que recorrían Madrid con pancartas hechas con sábanas, fueron duramente reprimidas, produciéndose persecuciones a huelguistas incluso dentro de los hospitales (lo que provocó, en muchos casos, reacciones de autodefensa de todo el personal sanitario como lanzamientos de botes de suero desde las plantas altas, barricadas formadas con material antiguo en el hall de los centros para impedir su avance, etc.).

En total, las asambleas acumularon más de 120 detenidos/as, por lo que, las reivindicaciones comienzan a centrarse en la liberación sin cargos de todas/os ellas/os. Lo que se consigue finalmente, no así, gran parte de las reivindicaciones iniciales. La represión consiguió dañar al movimiento.

Este conflicto, es fiel reflejo de lo que aconteció en aquella época, las huelgas y la organización asamblearia sufren el acoso de unos sindicatos que finalmente materializan su traición al estampar su firma en los Pactos de la Moncloa, y de una estructura jurídico-policial heredada del franquismo. Pero aun así, los/as trabajadores/as aguantaron hasta 60 días. Desde aquí animamos al personal sanitario que actualmente se encuentra en huelga contra la privatización a continuar su lucha, y a todas/os nosotras/os, el implicarnos en algo tan básico como el frenar el ansia devorador del sector privado.

Información extraída de CAS Madrid www.casmadrid.org

Más conflictos laborales en Madrid

Para poner la guinda al espacio que hemos dedicado este mes a informar y analizar las luchas laborales queremos comentar tres conflictos más que acontecen en nuestra ciudad. Si bien no podemos dar más información que la que cualquiera puede encontrar en internet si sentimos la necesidad de difundir lo que está pasando y brindar nuestro apoyo a los/as trabajadores/as en lucha.

Recordamos a nuestros/as lectores/as que para cuando éste ejemplar llegue a sus manos, estas situaciones pueden haber variado bastante, pero ahí vamos. Los/as trabajadores/as de la Empresa Municipal de Transportes se han aliado con los/as de Metro de Madrid para alternar paros parciales buscando una mayor incidencia. A día de hoy, 21 de diciembre, les pesa más que nunca la falta de la paga de navidad, si bien no es lo único por lo que pelean, pues entre sus prioridades está mantenerse como un servicio público. El próximo 27 saldrán juntos/as a la calle y los paros continuarán durante el mes de enero.

Por otro lado, desde que se anunció el ERE que contempla el despido de 952 trabajadores/as en Telemadrid y Ondamadrid, éstos/as y sus compañeros/as han comenzado una senda de lucha basada mayoritariamente en dejar la cadena “en negro”, sin emisión, aunque también participando en movilizaciones, organizando por el centro su propia marcha en bici y denunciando la manipulación de esta cadena (un poco más descarada que la de otras). En un principio trabajaron con paros parciales y desde el 20 de diciembre pararon de forma definitiva, es decir, se encuentran en huelga indefinida.

En medio de la crisis que acontece, las movilizaciones son cada vez más frecuentes y los medios de comunicación las han normalizado, son habituales hasta el punto de parecer poco interesantes. Pero no por ello las encontramos menos importantes. Invitamos a reflexionar sobre lo que implica realmente una huelga indefinida: ponernos en la situación de que pasar días o semanas, sin sueldo, combatiendo a los/as esquiroles/as, pero trabajando igual en la difusión de la situación para que las personas externas al conflicto la entiendan y apoyen, saliendo a la calle para dar visibilidad al problema, etc. Es increíble que esto compense, pero nosotros/as creemos que es el camino. Entonces, sabiendo lo que implica una lucha así pero asumiendo que merece la pena, ¿qué podemos hacer para respaldarles?

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