Directora: Ava DuVernay. Netflix. EEUU, 2016.
“13th” se bautiza como referencia a la decimotercera enmienda de la constitución norteamericana. Esa que abolía la esclavitud allá por el 1865. Pero el documental no rinde homenaje al reconocimiento de libertad en la enmienda, sino que ataca a la excepción contenida en ella. La prohibición de la esclavitud escondía un pequeño matiz: la condena criminal a trabajos forzosos es legal.
Como toda buena reflexión política, la película comienza con una pregunta: <<¿Un pequeño país, con el 5% de la población mundial, tiene el 25% de los presos del Mundo? ¿Uno de cada cuatro? ¿Uno de cada cuatro seres humanos, con sus manos en los barrotes, esposado… del Mundo está encerrado aquí, en la Tierra los Libres?>>. La respuesta es sí.
Para explicar este impactante dato, DuVernay nos acompaña en un paseo histórico en el que analiza los intereses profundamente económicos que han motivado las sucesivas reformas en política criminal y penitenciaria, y los hitos legislativos que propiciaron el aumento de la población reclusa.
Con un estilo cercano, muy estético, y un coro de voces que incluye a Angela Davis, Dolores Canales o Kevin Gannon, la directora y escritora contextualiza las embestidas de los sucesivos legisladores y nos muestra la huella de su impacto en la cultura popular de cada momento. Así, mientras el contador de la población reclusa aumenta en cada capítulo (ha pasado de 700.000 presos/as a 2,2 millones en 30 años), una pieza de soul, jazz o rap nos ayudará a entender el clima social; el contexto.
Lo más importante de este documental es que pone sobre la mesa puros hechos. Datos. Y sus análisis nos llevan a entender con facilidad que la política criminal es una continuación de las Jim Crow Laws, las leyes segregacionistas. El encierro sistemático de negros/as (cuyas probabilidades de encarcelamiento superan en 6 a 1 a las de la población blanca) responde a la necesidad de mantener privilegios (y encerrar a disidentes) y el trabajo en prisión, por su parte, es una herramienta de legalización de la esclavitud, que las políticas penitenciarias obedecen a la necesidad de mano de obra barata y que la inmensa mayoría de los/as presos/as comunes son igualmente presos/as políticos/as. Víctimas del los gobiernos racistas que se han sucedido en la “Tierra de Libertad” durante más de 150 años.
“13th” no es un buen documental sobre cárceles, como lo calificó The Guardian. Es un retrato de la sociedad occidental y, particularmente, la estadounidense.