Documental de 2020 dirigido, escrito y producido por Nicole Newnham y James LeBrecht.
El título del documental hace referencia a un campamento de verano destinado a adolescentes con distintas discapacidades llamado Jened, que comenzó a celebrarse a comienzos de los años 70 en Hunter, un pueblo del estado de Nueva York. Un espacio de experimentación —contextualizado en un momento de efervescencia política y cultural— que buscaba generar una ruptura, aunque fuera temporal, con el estigma y la institucionalización que asediaban la vida de aquellxs chavalxs.
En aquellos meses de verano fue tomando forma una manera de estar en el mundo que chocaba frontalmente con la sociedad a la que lxs asistentes al campamento tenían que regresar año tras año. La película rastrea la geneaología del movimiento por los derechos de las personas con discapacidad a partir precisamente de esos días donde se crean las condiciones de posibilidad que permiten a unxs adolescentes ser precisamente eso, unxs adolescentes. La comunidad que se va fraguando desborda ya la temporalidad del propio campamento y desemboca en la emergencia de un nuevo sujeto político que irrumpe a golpe de desobediencia civil y ocupación de espacios públicos… para estupor de la clase política (que ni de lejos sabe cómo lidiar con aquella gente que corta el tráfico con sus sillas de ruedas) y entusiasmo de otros activistas sociales (que sin paternalismo alguno vinculan sus luchas, tal y como sucede con los Panteras Negras).
Sin duda el documental no tendría el impacto visual que tiene sin las grabaciones de la época realizadas por un colectivo llamado People’s Video Theater, que documentó otros muchos procesos comunitarios y de lucha política en Nueva York durante aquellos años. Es fascinante poder tener acceso al ambiente generado en el campamento Jened hace ya cincuenta años, asistir a cómo se desarrollan los juegos o las asambleas, escuchar lo que aquellas personas tenían que decir sobre sus vidas, el día a día en el instituto, sus anhelos, problemas, relaciones con las familias… Pero más cautivador en clave política es conectar toda esa energía y humor (que lo hay a raudales) con la formación del sujeto político antes mencionado, reivindicando, organizando tareas y avanzando en sus objetivos. Sin el más mínimo atisbo de victimismo, rompiendo con cualquier consideración de subalternidad, tomando la palabra y definiendo un conjunto de acciones encaminadas a ganar terreno palmo a palmo.
Estrategia, compromiso y determinación definen un trozo de historia de la lucha por la justicia social que no ha tenido el reconocimiento que se merece —pese a que ha sido determinante en la vida de miles de personas—, y que es una referencia a la hora de pensar cómo articular nuevas formas de incidir en la realidad de manera colectiva.
Pd: Sí, la película está producida por el matrimonio Obama para Netflix… no es un producto contracultural, sino completamente mainstream, pero eso no lo invalida como artefacto para aprender y reflexionar.
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