Director: Igor Lopatonok. Productor: Oliver Stone. EEUU y Ucrania, 2016
Probablemente Ukraine on Fire no nos habría llamado la atención jamás si no fuera porque se trata de una obra censurada. Como era de esperar, su visionado se prohibió en Ucrania, por temor a que podría provocar desórdenes públicos. En EEUU, por otro lado, ninguna distribuidora ha querido proyectarla en cines a día de hoy, debido a que su mensaje responsabiliza al país de buena parte de la guerra. Como suele ocurrir en casos de censura, la productora de Oliver Stone decidió colgar el documental en Youtube y, en consecuencia, su impacto ha sido mayor que el que habría tenido en circuitos comerciales tradicionales. No ha sido doblada al castellano de la película, pero gracias a la labor de voluntarios/as podemos ver versiones subtituladas en youtube.com y en elinsurgente.org
El filme se dedica a reconstruir los hechos anteriores al estallido de la guerra de Ucrania a través de entrevistas a personajes como Víktor Yanukóvich (expresidente de Ucrania), Vladímir Putin (presidente de Rusia), Robert Parry (el periodista que destapó la relación entre EEUU, la contra nicaragüense y el tráfico de cocaína) y Vitali Zajárchenko (ex-ministro ucranio). Si bien las versiones de algunos de estos tipos son parciales y ocultan sus propios intereses (especialmente en el caso de Putin), resulta interesante escuchar manifestaciones que difieren de las verdades oficiales de los medios de comunicación occidentales. “¿Qué fue del periodismo de los años 60, el que provocó el escándalo del Watergate y mostró la verdadera cara de la guerra de Vietnam?”, se pregunta Stone, el conductor de las entrevistas de la película. “En cierto momento [el periodismo] dejó de tener sentido crítico. Su función debería ser la de analizar las teorías de las fuentes oficiales y criticarlas. Ya no lo está haciendo y este documental muestra claramente que fracasó”. Intuimos que lo que busca hacer Stone con esta obra es lo que consiguió Peter Davis con Hearts and Minds en 1974, cuando logró concienciar al público estadounidense de los horrores de la Guerra de Vietnam poniéndole imágenes y sonido.
Lo que mejor consigue el documental (y es la razón por la que lo reseñamos) es desenmascarar la complicidad de la OTAN (y EEUU en particular) con el fascismo (o “nacionalismo”) ucraniano. La construcción de un sentimiento nacionalista anti-ruso, financiado por EEUU (por ejemplo, mediante la creación de tres canales de televisión: Spilno, Espreso y Hromadske) y la financiación de grupos de extrema derecha violentos (Svoboda, Trident, Right Sektor, Bandera y Lebed, entre otros) desembocaron en una explosión de tensiones en Maidan en 2014, que a su vez resultó en una guerra que persiste a día de hoy.