Autor: G. Juncales. Edita: 17Delicias y Grupo anarquista Cencellada. Distribuye: La Delicia de Leer. 120 páginas.
Anarquismos por venir es un ensayo político desde el anarquismo. Escrito por un militante libertario de Valladolid, hace un repaso de algunas controversias teóricas que en los últimos años se han dado en el anarquismo. El texto hace un recorrido regado de referencias por 4 bloques: empezando por una defensa de un anarquismo socialista, siguiendo por un recorrido teórico por el concepto de poder, de sujeto de horizonte revolucionario o de comunidad y, pasando por una discusión sobre el territorio, la identidad y el nacionalismo; se termina con un balance de algunos de los principales sucesos políticos de los últimos años: las huelgas feministas, el 1-O o la pandemia. Un balance crítico que insiste en la necesidad de dotar al anarquismo de una dimensión política para superar las limitaciones de los últimos años y avanzar en un proyecto que pueda plasmarse en organizaciones, estrategias y tácticas.
El texto defiende algunas posiciones claramente diferenciadas en muchos de los temas tratados, pero no se trata de un manifiesto. Es más bien una manera de plasmar algunas de las ideas sobre las que se construye la un anarquismo de inserción social que acompaña al «retorno del pragmatismo anarquista» y que, a falta de un corpus teórico cerrado, sirve para avanzar en estos debates.
Las ideologías revolucionarias en Europa están de capa caída. Los antaño grandes partidos comunistas y socialistas se han transformado a la socialdemocracia, cuando no directamente al socioliberalismo. Los sindicatos de masas, que fundamentaban su fuerza en la organización y la acción directa, se han integrado e institucionalizado en el propio Estado que decían combatir. La derrota es de carácter histórico y solo el repensar nuestras formas de pensar, organizarnos y actuar tendrían oportunidad de salir de esta espiral derrotista.
Parte del anarquismo realmente existente ha caído en la trampa de su caricaturización. Una moda rebelde, que no revolucionaria, ligada a subculturas y estéticas juveniles que se representan en buena medida como nunca el anarquismo fue y más como los medios dicen que es: oscuro, ultraviolento, sin vinculación con el territorio y sus gentes… A cualquiera le sorprendería de forma no grata leer los titulares y artículos de Solidaridad Obrera de los años 30, las corridas de toros organizadas por la CNT para sacar fondos para presos o los reducidos Comités de militantes donde tomaban decisiones que hoy pasarían por asambleas numerosas e interminables. Es normal que en medio siglo de paz social y hegemonía arrolladora neoliberal, las ideas dominantes contagien todo lo que le rodea y la falta de referentes revolucionarios cree generaciones huérfanas de revoluciones en las que inspirarse.
Por ello es tan interesante un libro como el de G. Juncales, porque trata repensar conceptos e ideas que en toda ideología viva deben estar abiertos al debate y la crítica. Un ejemplo es la cuestión del poder donde a veces parece que la frase de Bakunin “someterse al poder degrada, ejercer el poder corrompe” bastase para decir que el anarquismo está en contra de toda forma de poder y aquí el autor aporta reflexiones interesantes: “El poder se ejerce, lo que traslada el problema del poder en el anarquismo al problema del lugar desde el que se ejerce el poder o el objetivo con el que se ejerce.”.
Es un alivio encontrar textos escritos desde las experiencias militantes que puedan servir a otras tantas personas a pensar su acción política. Esperamos que el libro de G. Juncales contribuya a abrir debates y fomentar procesos de reflexión que se materialicen en nuevas propuestas desde el anarquismo revolucionario.
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