Autor: Asamblea Antiespecista de Madrid. Ochodoscuatro Ediciones. 176 páginas.
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“Si alguna vez has visto una cárcel sabrás que son exactamente como todas pensábamos que serían: muros altos, rejas, puntos de control, videovigilancia, ventanas pequeñas, más rejas… y una sensación muy miserable en el ambiente. Si alguna vez has visto una granja (de las de verdad, no las de los anuncios de la tele), sabrás que son muy parecidas a las cárceles (…)”
Estás encerrado/a, tal vez sabes por qué o tal vez no. Tal vez vayas a salir algún día, o tal vez no. Hace frío, o demasiado calor. La comida es escasa, huele mal. Casi no tienes espacio para moverte. Echas de menos a tu familia, o nunca la has conocido. Te han violado, te has quedado embarazada, y se han llevado al bebé nada más nacer. Alguien ha decidido que estés ahí, cuánto tiempo te quedarás, si algún día saldrás. Te tratan como si fueras una cosa, te gritan, te llevan de un lado a otro, te obligan a trabajar, a veces te maltratan, a veces te medican, a veces te matan. Sientes dolor, miedo, furia, tristeza, no encajas, te peleas, quieres escapar, prefieres morir, luchas por sobrevivir, anhelas la libertad… Eres una vaca en una granja. Eres un delfín en un acuario. Eres una humana en una cárcel. Eres un elefante en un zoo.
En el mundo sobran jaulas y muros. Y para poder echar abajo los que están hechos de metal y de piedra, también es necesario destruir los que están construidos de prejuicios y dogmas. Sin obviar las diferencias que puede haber entre los distintos tipos de encierro, el texto se mueve en el terreno de las similitudes, y de aquellas cosas que, aunque parezcan diferencias, no lo son tanto. Hay lugares en los que todas las formas de opresión y en el que todas las luchas por la libertad convergen. Si la libertad es una, y su ausencia es la misma para todos/as, ¿por qué construirle muros a nuestra lucha? ¿Por qué no empezar a trazar nuestro camino desde ese punto común en el que ni la raza, ni el sexo ni la especie, ni ninguna otra clasificación tiene ninguna relevancia?
Partiendo de este sentimiento, la Asamblea Antiespecista de Madrid ha tratado de recoger en este texto el fruto de más de un año de documentación, análisis, debate y reflexión colectiva, descubriendo sorprendentes paralelismos entre el encierro de humanos/as y el de los demás animales, observando el papel que desempeña el encarcelamiento en nuestra sociedad, las similitudes físicas y geográficas de las instituciones totales, el comportamiento de las personas que viven del encierro, los efectos que el cautiverio tiene en los individuos, etc. No hay lugar para la indiferencia.
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