Más Cemento
1. Hasta que cumplí los 17 años, desde la ventana de mi habitación podía ver las vías de la estación de Chamartín, vivíamos muy pegados a ellas y en un octavo piso, así que tan sólo tenía que asomarme para ver el trajín diario de cercanías y talgos. Y siempre, bueno, casi siempre, estuvo presente el runrún de que ese verano sería el último en el que veríamos esa panorámica. Realmente no le tenía ningún cariño, ni pretendo romantizar la
Leer más