Ya son bastantes meses seguidos en los que la cuestión de la represión ocupa alguna o varias páginas en esta publicación. No es casualidad ni tampoco es que tengamos una especial predilección por estos temas, sino que desde hace ya tiempo estamos observando y sufriendo una escalada represiva hacia el anarquismo y hacia los movimientos sociales en general. No se trata sólo de cambios en la legislación (la modificación del Código Penal, la Ley mordaza, etc.) sino también de las estrategias policiales y judiciales que se están aplicando: detenciones a domicilio días o semanas después de los hechos, prisión preventiva sin justificación alguna, pactos con la fiscalía para aceptar condenas a cambio de no entrar en prisión, etc. La criminalización de toda disidencia y el señalamiento del nuevo enemigo interno, el supuesto terrorismo anarquista (www.todoporhacer.org/operaciones-antiterroristas-anarquismo), avanzan de la mano a golpe de porra, calabozo, multas y, cada vez más a menudo, prisión. Por eso hemos decidido recopilar en estas páginas algunos de los casos represivos más recientes, con el fin de difundir su situación actual y, sobre todo, de llamar a continuar la solidaridad con todos ellos.
En ese sentido, reproducimos a continuación la presentación de la campaña “232 grados centígrados” (www.232centigrados.noblogs.org), surgida a raíz del encarcelamiento de cinco personas en la operación Piñata y que culminará con una manifestación antirrepresiva el sábado 13 de junio en Madrid:
Cada empujón represivo ha añadido un eslabón a la cadena que llevamos atada al cuello, gota a gota aumentan los condiciones que nos niegan la vida y pretenden controlarlo todo, pero nuestro vaso se ha desbordado.
El sistema va afinando su puntería. Quienes intenten oponerse recibirán castigos ejemplares, sufriendo una persecución y linchamiento policial, judicial y mediático, viviendo en primera persona el encierro y el intento de paralización de las luchas por parte del poder.
A raíz de los compañeros encarcelados en la operación Piñata, nace una campaña para denunciar públicamente la estrategia del Estado de persecución y represión a toda persona, colectivo o grupo disidente que no esté dispuesta a callarse ante este modo de vida.
El umbral de lo que se considera terrorismo cada vez está más bajo, y con el nuevo Código Penal y la Ley mordaza las condenas suben. La definición de organización terrorista es tan amplia que puede entrar cualquiera.
El nombre de esta campaña hace referencia a la temperatura a la que arde el papel. Esto es porque una de las principales pruebas de la acusación en el caso Piñata es haber distribuido un supuesto libro maldito:“Contra la democracia”, el cual, al pretender subvertir el orden establecido, se convierte en una prueba en sí mismo.
Con el lema “Si la solidaridad se extiende, la persecución se apaga” queremos hacer un llamamiento a la solidaridad con los compañeros reprimidos y extender la conciencia de que la represión nos afecta por pensar de manera distinta a la establecida.
Está previsto que la campaña finalice con una gran manifestación en el barrio de Vallekas el sábado 13 de Junio.
Sin más introducciones, pasamos a hacer un breve resumen de algunos de los casos represivos más recientes y de su situación actual:
Operaciones Pandora y Piñata, o la invención de los/as nuevos/as terroristas
El 16 de diciembre del año pasado, los/as Mossos d’Esquadra protagonizaron una mediática operación policial (bautizada como “Operación Pandora”) deteniendo a once anarquistas en Barcelona, Sabadell, Manresa y Madrid y registrando diversos ateneus llibertaris, casas okupas y domicilios particulares. Siete de esas personas fueron enviadas a prisión provisional, acusadas de pertenencia a organización terrorista (refiriéndose a los Grupos Anarquistas Coordinados-GAC) por indicios del calibre de “tener una cuenta de correo seguro RiseUp” (mismo servidor que usa esta publicación, por cierto), o estar en posesión del libro editado por GAC titulado “Contra la democracia”, mientras que las actuaciones se mantenían en secreto de sumario, haciendo casi imposible la defensa por parte de los/as abogados/as. El 30 de enero, tras levantarse el secreto de sumario, todos/as ellos/as salieron en libertad a espera de juicio con una fianza de 3.000 euros por cabeza.
Dos meses más tarde, el 30 de marzo, una nueva mediática operación policial bajo el nombre de “Piñata” se saldaba con la detención de 15 personas acusadas de pertenencia a organización terrorista (de nuevo, aludiendo a los GAC), 17 registros de domicilios y centros sociales okupados y la detención durante los mismos de otras tantas personas por resistencia a la autoridad y por usurpación (okupación). Los indicios, del mismo tipo y misma vaguedad que los alegados en la operación Pandora, le parecieron al juez suficientes para enviar a cinco de los/as acusados/as de terrorismo a prisión preventiva sin fianza, siendo posteriormente dispersados por distintas cárceles del Estado, alejándoles de sus familias y seres queridos/as con el fin de minar su ánimo y quebrar el apoyo y la solidaridad que saben que van a recibir. Hoy en día continúan en esta situación.
Para consultar más información y actualizaciones, podéis dirigiros a los blogs efectopandora.wordpress.com o claudicarnuncarendirsejamas.noblogs.org. Desde este último puedes descargarte el primer número de la publicación Coraje, surgida a raíz de la operación Piñata. Recomendamos además el programa nº92 de Radio Cabezas de Tormenta (www.cabezasdetormenta.org) y el programa de La Casa Incendiada emitido el 13 de mayo (www.radioela.org), en los que se entrevista a una de las personas detenidas en la operación Piñata.
Si Can Vies va a terra, barri en peu de guerra
Hace ya un año de aquel desalojo y derribo del Centro Social Autogestionado Can Vies en el barrio barcelonés de Sants y de la consecuente ola de solidaridad en forma de revuelta que arrasó la ciudad y que consiguió que el Ajuntament finalmente paralizara el derribo. De entre los cientos de personas identificadas y detenidas, nos llegaba la noticia a mediados de marzo de la condena a tres de ellos/as a tres años y medio de prisión por haber lanzado supuestamente botellas de vidrio a furgones policiales. En estos momentos permanecen a la espera de que se resuelva el recurso presentado ante la Audiencia de Barcelona.
Puedes consultar todo sobre el centro social, el derribo y represión y la situación actual en canvies.barrisants.org.
Operación Araña III, contra la libertad de expresión
Después de la primera y la segunda entrega (que sumaban cuarenta detenciones), el pasado 19 de mayo llegaba la Operación Araña III, un nuevo episodio de detenciones -23, esta vez- por enaltecimiento del terrorismo en las redes sociales, es decir, por publicar comentarios que, según palabras del Ministerio del Interior, expresan “el deseo de que se cometan atentados contra alcaldes, miembros del Gobierno, jueces o empresarios; o la burla y ridiculización hacia víctimas concretas del terrorismo, así como expresiones de enaltecimiento de determinados grupos terroristas”. Si no hay ETA que perseguir, hagamos lo que sea para que la palabra terrorismo siga apareciendo en primera plana, especialmente unas semanas antes de las elecciones.
Llama la atención, por cierto, el hecho de que ninguna de las personas detenidas sea de derechas, sabiendo que basta echar un vistazo a Twitter para encontrar multitud de mensajes fascistas deseando la muerte a todo lo que huela a izquierdas, o, sin ir más lejos, encender la televisión en los canales 13tv o Intereconomía para escuchar una buena muestra de incitación al odio, al terrorismo o lo que haga falta…
La mayoría de los/as detenidos/as en las tres fases de la operación sigue a la espera de juicio, mientras que algunos/as ya han pactado aceptando condenas de hasta un año de cárcel.
“Yo también estuve en el Parlament, y lo volvería a hacer”
El día 15 de junio de 2011, miles de personas se concentraron a las puertas del Parlament de Catalunya para manifestar su desacuerdo con unos presupuestos profundamente antisociales que aquel mismo día se votaban en el interior. En octubre de ese mismo año, los Mossos d’Esquadra detienen aleatoriamente a 20 personas que son llamadas a declarar a la Audiencia Nacional.
Dos años y medio después de las detenciones, en abril de 2014 se celebra el juicio en la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, en el que se pedían entre tres y ocho años de cárcel para todas las personas encausadas por un delito “contra las altas instituciones del Estado”, siendo parte de la acusación la Fiscalía, el Parlament, la Generalitat y la asociación Manos Limpias. A pesar de que en aquel juicio la Audiencia Nacional sentenció la absolución de los/as encausados/as, tras un recurso interpuesto por los demandantes, en marzo de 2015 el Tribunal Supremo resuelve (cuatro años después de los hechos) anular la absolución de ocho de los/as encausados/as y condenarles a tres años de prisión por hechos del tipo “corear lemas y consignas”, “desplegar una pancarta”, “seguir a un diputado”, “decirle a un parlamentario que no les representaba” o, en el más radical de los casos, pintar la gabardina de una diputada. El día 30 de abril, y a pesar de estar a la espera de resolverse el recurso presentado por los/as condenados/as, se emite la orden de entrada en prisión. En el momento de escribir estas líneas, por suerte, el ingreso no se ha producido, a la espera de resolverse la petición de indulto y los recursos presentados.
Este caso es especialmente sangrante por lo que supondría que la sentencia del Supremo llegara a ser firme. En primer lugar, porque de acuerdo con el Tribunal de Estrasburgo, un tribunal no puede revocar una absolución y emitir directamente una condena sin antes celebrar otro juicio. Pero sobre todo, porque esta sentencia crea jurisprudencia para que en el futuro sea posible condenar de nuevo a una persona por su simple presencia pacífica en una manifestación, sentando una base aún más sólida que la Ley Mordaza (que puede revocar el siguiente gobierno de turno) para la criminalización de la protesta.
Puedes encontrar información actualizada sobre el caso, convocatorias y materiales de apoyo en el blog encausadesparlament.wordpress.com
Isma y Dani, detenidos 29M
El 29 de marzo de 2012, durante la huelga general convocada en todo el Estado, fueron detenidos en Barcelona (al igual que otros cientos de personas en todo el Estado) dos estudiantes, Isma y Dani, acusados de formar parte de los disturbios producidos ese mismo día. Pasaron 34 días en prisión preventiva hasta que la Audiencia de Barcelona revocó esta medida y salieron a la calle a espera de juicio, previsto para marzo de 2015. El juicio, en el que se enfrentan a casi nueve años de cárcel, finalmente se ha visto aplazado hasta los próximos días 30 de junio y 2 de julio. Dada la cercanía de esas fechas, recomendamos estar atentos/as a las próximas convocatorias de apoyo en el blog ismadani.absolucio.cat.
Detenciones en Moratalaz: atacando una vez más a la lucha antidesahucios
El pasado 10 de marzo, un amplio despliegue policial formado por varias dotaciones de UIP y La Brigada de Información detenía a 20 personas de Moratalaz y San Blas. Se les acusaba de un “delito contra las altas instituciones del Estado”, y a 5 de ellos/as además resistencia y desobediencia, motivo por el cual pasaron la noche en comisaría.
Los hechos ocurrieron 3 semanas antes de las detenciones, cuando estas personas entraron de forma pacífica en el Pleno de Moratalaz a protestar contra los desahucios, siendo expulsados/as por la policía municipal sin ningún tipo de incidente, más allá de los empujones de la policía.
En palabras de los/as propios/as represaliados/as: “Estas detenciones tenían un objetivo claro: criminalizar a las personas, colectivos u organizaciones que protesten y/o luchen contra este drama social que suponen los desahucios.
Lo que no se esperaban eran todas las muestras de solidaridad y apoyo que recibimos esos días, para las cuales no tenemos palabras suficientes de agradecimiento. El próximo 26 de mayo tenemos el juicio por estas detenciones, y nos consideramos culpables de luchar contra los desahucios. La lucha sigue”.
Herri Harresia, los muros de la solidaridad
Nos gustaría dedicar otras tantas páginas o más a describir las muestras de apoyo que todos estos casos y muchos otros han despertado: incontables concentraciones y manifestaciones, mil formas de propaganda y difusión de los casos, recaudación de dinero en multitud de actos, venta de camisetas, etc. para hacer frente a los gastos judiciales… Como siempre, el espacio nos limita. Sin embargo, queríamos dedicar estos últimos párrafos a relatar una reciente muestra de solidaridad ante la represión, que nos ha marcado especialmente.
El pasado 17 de mayo una marcha de unas 8.000 personas recorrió las calles de Vitoria-Gasteiz en apoyo a siete jóvenes condenados/as a seis años de prisión por pertenencia a SEGI. Cuatro de ellos/as habían sido detenidos/as dos semanas antes, antes incluso de conocerse la sentencia, mientras que los/as otros/as tres estaban aún en libertad. Tras la marcha, la plaza de la Virgen Blanca se llenó de personas decididas a pasar la noche allí junto a Igarki, Aiala e Ibon, esperando la llegada de la Ertzaintza para efectuar su arresto. Alrededor de las ocho de la mañana al menos quince furgones policiales aparecieron, pero el Herri Harresia, el muro humano de al menos 150 personas ya se había formado en torno a ellos/as tres para impedir su detención. Pasaron tres horas de resistencia y de brutalidad policial hasta que llegaron hasta los/as tres jóvenes y éstos/as fueron detenidos/as.
No es la primera vez que sucede este fenómeno del Herri Harresia y seguro que no será la última (recomendamos aquí el artículo publicado en octubre de 2013 en el siguiente enlace http://sintesisnianalisis.com/2013/10/14/como-explicar-en-espana-el-fenomeno-herriharresia ). La realidad es que lo que estamos viviendo ahora en todo el Estado español (el todo-es-terrorismo, la criminalización de la actividad política no institucional y de la libertad de expresión, etc.) llevan viviéndolo en Euskal Herria desde hace décadas, y a unos niveles que todavía no hemos comenzado a experimentar aquí en la capital del Reino. Después de que la izquierda abertzale haya abandonado la violencia hace años y sin embargo la misma represión continúe cebándose con las organizaciones políticas, sindicales, vecinales y pro-derechos humanos (en este último punto, recordamos el artículo del mes pasado sobre las detenciones en el marco de la Operación Pastor, www.todoporhacer.org/antunez-becerra), los Herri Harresia constituyen un acto de desobendiencia civil que muestra la enorme adhesión popular y el hartazgo ante las continuas detenciones de militantes políticos. Quienes antes hubieran huido o pasado a la clandestinidad, deciden dar la cara y dejarse detener entre cientos/as de solidarios/as que les arropan. El espacio del Herri Harresia no está pensado para parar la detención, sino para mostrar que es un pueblo entero al que se detiene.
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