Autor: Toni Álvaro. Editorial El Lokal. Prólogo de Chris Ealham y de Guillem Martínez. 2022. 204 páginas.
“Yo he conocido otros tiempos donde habitaban los ideales; ahora no hay nada: sólo hay mercados. Yo pienso que esto tiene que pasar y que llegará el momento en el que haya bastantes, como nosotros, que necesiten algo más que el dinero, que procuren el amor de la humanidad por la humanidad” – Concha Liaño (1916-2014).
Este libro bien puede considerarse una continuación del maravilloso Catálogo de decisiones y fragilidades (El Lokal, 2016) que ya fue reseñado en esta publicación. En esta ocasión son 66 los brevísimos capítulos donde se esbozan vidas y luchas que nos hacen mirar atrás sin la nostalgia apolillada a la que tanto se acomoda en los últimos años gran parte de la literatura, el cine o la música. Algunos pensadores han apuntado que esta tendencia casi compulsiva a rescatar, reproducir y dejarse atrapar en fragmentos del pasado responde a una imposibilidad de proyectar un futuro, a una clausura conceptual que lleva mermar la creatividad, especialmente de las clases populares. La añoranza deviene así en una industria que ayuda a sobrevivir el cierre capitalista y la ausencia de proyectos emancipadores. Sin embargo, Llevamos un mundo nuevo en nuestra memoria no apunta en esa dirección, sino, por contradictorio que pudiera parece en un primer momento, al mañana. Este inventario de rebeldías diseminadas en el tiempo y el espacio no se pierde en lamentos. Los actos de resistencia, sean exitosos o acaben en terribles fracasos, se acumulan página a página. La determinación, generosidad y vitalidad de sus protagonistas, la mayoría desconocid*s para el lector, nos hace sonrojar en estos tiempos de repliegue individualista y certezas apocalípticas. Ya hubo mundos que ardieron hasta extinguirse, y corazones que ayudaron a alumbrar a su vez mundos mejores. Descubrir antepasados tan obstinados y hermosos reconforta y da aliento. Sin duda el título del libro es más que acertado.
Para quien no lo conozca, el estilo de escritura de Toni Álvaro es sumamente singular. Tiene una cadencia eléctrica que atrapa, carece de ínfulas, pretensiones y parentescos de ningún tipo con la academia o el periodismo hegemónico. Se trata de un autor que arriesga con el lenguaje no para deslumbrar a nadie, sino para compartir, y eso lo convierte en un escritor tan descomunal como humilde. No hace falta estar familiarizado con la historia de las luchas obreras, el feminismo, el anarquismo o la lucha contra el fascismo para leerle y dejarse arrastrar precisamente a la historia de las luchas obreras, el feminismo, el anarquismo o la lucha contra el fascismo. Puede parecer sencillo, pero cualquier editor o librero os confirmará que es algo terriblemente complicado de llevar a cabo. En un momento en el que una gran parte de las ediciones relacionadas con los movimientos sociales son ensayos de personas que trabajan para la universidad —con todo lo que ello implica a nivel de registro, accesibilidad, elección de los temas o capacidad divulgativa—, obras como Llevamos un mundo nuevo en nuestra memoria tienen un valor especial que deberíamos celebrar. Se trata de un pequeño tesoro de nuestra historia para compartir entre propios y extraños, un artefacto proletario que nos recuerda que, le pese a quien le pese, luchar por un mundo justo y digno para tod*s es la mejor manera de amar la vida.