Autor: Anthony Loewenstein. Editorial Capitán Swing. Madrid, febrero 2024. 304 páginas
“Descubre cómo ‘la luz para las naciones’ se convirtió en el mayor proveedor de medios de violencia y represión” – Noam Chomsky
El sector de defensa de Israel utiliza los territorios palestinos ocupados como campo de pruebas de armamento y tecnología de vigilancia que luego exporta por todo el mundo. Durante más de cincuenta años, la ocupación de Cisjordania y Gaza ha proporcionado al Estado israelí una experiencia inestimable en el control de una población no deseada, que le ha permitido perfeccionar cada vez más la arquitectura del control y exportar sus conocimientos «probados en combate».
El periodista Antony Loewenstein expone este asunto, en gran medida oculto, en una investigación global a partir de documentos secretos, entrevistas y reportajes sobre el terreno. En este libro revela cómo Palestina se ha convertido en el laboratorio perfecto para la industria militar y tecnológica israelí: vigilancia, encarcelamiento indefinido y brutalidad; así como las herramientas de alta tecnología que impulsan la «nación startup». El mito de Israel como un país emprendedor, avanzado y creativo se apoya en la ocupación y el colonialismo, que le ha permitido desarrollar y testear herramientas como el software espía Pegasus que hackeó los teléfonos del empresario Jeff Bezos, el presidente Pedro Sánchez, el president Pere Aragonès, así como múltiples activistas, abogadas y periodistas como Jamal Khashoggi (Arabia Saudí utilizó el software para espiarle, localizarle, asesinarle y descuartizarle). También hay que agradecerle a la ocupación las armas vendidas al ejército de Birmania que ha asesinado a miles de rohinyás y los drones utilizados por la Unión Europea para vigilar a los refugiados en el Mediterráneo.
Israel se ha convertido en líder mundial en tecnología de espionaje y material de defensa que alimenta los conflictos más brutales del planeta. Como dice el historiador Illan Pappé, este ensayo documenta su «contribución a la violación global de derechos humanos».
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