Las asambleas de barrio: una herramienta y su potencial – el ejemplo de la Assemblea del Barri de Sants

No puede haber órgano ni decisivo ni representativo más que las asambleas […], no puede haberlo porque las asambleas como ésta misma tienen esta gran ventaja: que no se sabe cuántos son, están entrando y saliendo, y nunca se pueden contar, y por tanto nunca pueden votar, como hacen los demócratas, porque no se sabe ni cuántos son ni cabe estadística ni cabe cómputo ninguno. […] ¡Así que no renunciar nunca a las asambleas! – Agustín Garcia Calvo en la Acampada de la Puerta del Sol, 19 de junio de 2011.

A partir del sábado 28 de mayo se comenzaron a reunir en más de 140 barrios y municipios de la Comunidad de Madrid vecinos/as para discutir y construir en las Asambleas Populares de Barrios y Municipios, nacidas como consecuencia del “movimiento del 15-M”, que desde su inicio se ha caracterizado por el asamblearismo. “Tras años de desmovilización y apatía, hemos despertado, hemos salido a la calle, hemos creado lugares de encuentro y debate, hemos estrechado lazos y nos hemos organizado. Pero a la hora de decidir qué es lo que queremos, se han producido los primeros tropiezos, es normal, acabamos de empezar. Para nosotras uno de ellos ha sido la elaboración de una serie de reivindicaciones centradas exclusivamente en reformar las instituciones políticas. Los políticos han conseguido que hablemos con sus términos, que sigamos confiando en ellos y en sus instituciones (reformadas, pero intactas), que seamos “realistas”, sacrificando así nuestros sueños y nuestras aspiraciones. Frases del tipo “da igual quien gobierne, todos son iguales” no son sólo frases hechas, son verdades como puños, lo hemos experimentado, lo hemos vivido, todas lo compartimos, pero, ¿por qué no lo tenemos más presente? ¿Por qué aun pervive esa confianza? Democracia real es la que hemos visto en las plazas, esa es la que vamos a defender, nos dan igual las circunscripciones, las Juntas de Distrito, los diputados, etc. Porque el problema no es que nuestros políticos tengan dudosos principios morales o que la actual legislación favorezca un bipartidismo, el problema es que delegamos en otras, renunciamos a ser nosotras con nuestras iguales quienes gobernemos nuestras vidas. Por favor, tengamos confianza en nuestras posibilidades, somos nosotras, las trabajadoras, quienes movemos el mundo, por tanto, quienes debemos decidir que rumbo debe llevar. Ha llegado la hora de arriesgar, de ser valientes.Este extracto de un panfleto repartido en la Asamblea Popular de Manoteras logra señalar algunas de las principales virtudes del asamblearismo: ante todo, su capacidad de provocar una participación directa y real de los/as implicados/as en las cuestiones que les afectan. El nacimiento de estructuras de apoyo mutuo (“bancos de tiempo”, cooperativas de consumo, etc.) está en marcha en muchos barrios y municipios, al igual que otras iniciativas destinadas a mejorar nuestras vidas aquí y ahora (creación de huertos urbanos, escuelas libres populares, proyectos de autosuficiencia energética en los pueblos de la Sierra etc.).

Otra consecuencia directa del encuentro entre vecinos/as que antes apenas se saludaban en las calles, los comercios, los portales de sus barrios es que del intercambio de opiniones acerca de los problemas sociales surge la conflictividad social: pocas veces en la historia reciente de Madrid se han sucedido tantas convocatorias en tan poco tiempo. Si desde la acampada de la Puerta del Sol apenas nacían convocatorias autorreferenciales, tuvo que esperarse a la descentralización de las asambleas a barrios y municipios para tomar iniciativas como marchar al Congreso (a unos pocos metros de la Puerta del Sol, pero propuesto por la Asamblea Popular de Lavapiés). A partir de allí ha sido difícil llevar la cuenta: boicots activos a redadas policiales contra inmigrantes (por ejemplo en Carabanchel), desahucios parados (Tetúan y Parla), contra los derribos de viviendas en La Cañada Real (Rivas) concentraciones contra la privatización de la sanidad pública (promovidas por la Asamblea Popular de Arganzuela y la de Puente de Vallecas), o del Canal de Isabel II (Villaverde), en defensa de la educación Pública (Asamblea Popular de Moncloa-Debod) o contra los desalojos de Centros Ocupacionales (Carabanchel) son unos pocos ejemplos de la efervescencia de acciones promovidas desde estas jóvenes asambleas en sus primeras semanas de existencia.

Aún así, el trabajo en el seno de las asambleas de barrio, que algunos/as han descrito como “espacios de autonomía en los que, de manera autogestionaria, se aplican reglas del juego muy diferentes de las hoy imperantes” y a las que acuden personas muy heterogéneas, cada una con sus propias inquietudes, motivaciones y objetivos,  puede parecer (y a menudo lo es) lento y complicado. Pero existen referentes de formas organizarse y relacionarse muy similares a las que ahora están empezando a andar en nuestra ciudad que, por su trayectoria y resultados, no sólo pueden servir como modelos, sino que son el vivo ejemplo de las ventajas y el potencial de una forma de organización político-social horizontal, igualitaria y antiautoritaria. A continuación publicamos extractos de una entrevista realizada por los/as compañeros/as del portal www.alasbarricadas.org a un miembro de la Assemblea del Barri de Sants. En este barrio popular de Barcelona, los/as vecinos/as se llevan reuniendo para tratar de solucionar sus problemas y dar salida colectiva a sus iniciativas desde hace casi doce años. Doce años, que han dado tiempo a demostrar una importante capacidad de lucha y auto-organización, que se ha traducido en logros concretos como la defensa del Centro Social Okupado y Autogestionado Can Vies en tres momentos en los que se enfrentaba a amenazas de desalojo, las luchas por convertir propiedades inmobiliarias en manos del Ayuntamiento en centros autogestionados vecinales o de cultura popular, o la reapropriación de las fiestas del barrio a través de la organización de unas fiestas alternativas (que sirven para financiar las iniciativas de la asamblea e incluso algunas de las necesidades de los/as vecinos/as de Sants).

La Assemblea del Barri de Sants, auto-organizando los barrios desde abajo

¿De dónde surge la Assemblea de Barri de Sants (ABS)?

La ABS en principio estaba constituida por la asamblea de las casas y los Centros Sociales Okupados del barrio. Básicamente era una organización de apoyo mutuo y visualización del movimiento de okupación. A raíz de las movilizaciones contra la guerra, contra la Europa del Capital, y la cuestión de la Ley de Extranjería se produce la confluencia, por una parte de esta gente que provenía del movimiento okupa y por la otra de los activistas y las activistas que surgen a raíz de aquellas otras movilizaciones, y se da un contacto, un enganche entre varias generaciones de activistas. De este proceso gente que pertenecíamos a los movimientos sociales en los años 70 y 80, por ejemplo, en el Ateneo Libertario de Sants, nos incorporamos a un terreno común con esta gente y entonces se plantea que la Asamblea de Barrio de Sants sea un espacio mucho más plural.

La participación en la ABS siempre ha sido a nivel individual, pero a través de esta participación individual se conectan gente de las asociaciones de vecinos, de entidades culturales, de las casas okupadas y es a partir de ahí que la asamblea de barrio de alguna manera adquiere la forma que tiene actualmente, en la que están participando muchas de las entidades más comprometidas del barrio (de esta forma indirecta) como ateneos libertarios, CSOs, incluso el Casal independentista, lo cual hace que se junte gente con puntos de vista diferentes y de ideologías diferentes. Hay un terreno de afinidad básica, que es el afrontar determinados conflictos, que es lo que le da cohesión a la Asamblea de barrio.

¿Cuál es la forma en la que os organizáis?

De hecho ha habido varias épocas. Estamos hablando de un proceso de 11 años ya, que fue cuando tomó esta forma la Asamblea de barrio. El funcionamiento durante todo el tiempo – excepto en ocasiones que hay una campaña específica, en que se añaden nuevas comisiones – hay una comisión permanente y hay grupos de trabajo sobre determinados temas, que están vinculados a la ABS.

Durante determinados momentos ha habido comisiones anti-represivas. También ahora hay un grupo de trabajo contra todos los recortes que se están produciendo a nivel económico. Ha habido grupos específicos que funcionan temporalmente vinculados a cuestiones como la emigración. Y hubo una oficina de información sobre la Ley de Extranjería. En este momento tenemos un grupo Laboral que abre un día a la semana, para que la gente que tenga problemáticas laborales pueda ir allí. Y después existen comisiones que están vinculadas a cuestiones concretas.

El funcionamiento es que básicamente hay una asamblea general en la que asisten el máximo número de gente posible y se convoca de la forma más intensiva, que es trimestral y luego hay una ordinaria que sería una vez al mes.

¿Cuál es vuestra relación con las AA.VV. del barrio?

De hecho en la asamblea de barrio, primero recordar (que es importante) que la participación es a título individual. Lo que pasa es que las personas transportan decisiones de la asamblea a sus colectivos de diferente tipo y se suman. La ventaja de poder mantener esta diversidad interna facilita que también haya diversidad en la trama social del barrio. Y las AA.VV. que son históricas, porque están constituidas desde finales de la dictadura y principios de la transición han encontrado en el espacio de la asamblea de barrio una manera de conocer y aproximarse a otras realidades asociativas.

A partir de ahí se han trabado unas relaciones que hacen que en una campaña que pueda lanzar una asociación de vecinos sobre un determinado tema se encuentran que si lo llevan a una asamblea de barrio le va a dar una dimensión mucho más importante. Y también está el hecho de que la gente de la asamblea del barrio no está únicamente sentada en las asambleas que hacemos, sino que se conocen y comparten las luchas en la calle sean de un colectivo o de otro y eso facilita crear vínculos de confianza que nos permiten afrontar nuevas campañas y retos colectivos.

¿Cómo entiende el municipalismo la ABS? ¿Sería un tipo de municipalismo libertario?

Si consideramos municipalismo libertario el hecho de incidir sobre la administración o el hecho de defender las necesidades de los habitantes de un determinado espacio de una manera no institucional, digamos que podríamos decir que la asamblea de barrio tiene bastante de esa manera de entender las cosas. No es que no se quiera negociar con la Administración, pero se quiere negociar desde una situación de auto-organización y de fuerza, que es la manera de llevar las reivindicaciones. Eso no quiere decir que toda la gente que participa a nivel individual en la ABS o entidades que están en la trama, no tengan posturas de otro tipo. Por que a pesar de que no haya personas vinculadas a las estructuras de los partidos políticos grandes, tradicionales parlamentarios, sí que hay algunas entidades del barrio que de alguna manera estarían por las candidatures de unidat popular. De hecho, esto genera una dinámica, cada vez que llegan las elecciones, de debate interno, pero digamos que ahí se mantiene la autonomía de cada una de las entidades y personas que hacen lo que creen oportuno.

Para mantener la afinidad básica y no llegar a puntos de ruptura entre las diferentes posturas, digamos que la ABS no se posiciona en si hay que participar o no en las elecciones. Intentamos preservar la afinidad básica, porque en estos casi 12 años ya, nos ha dado mucha fuerza, buscándola en la unidad de acción y en las cosas que nos hacen similares y cada uno deja fuera aquéllas cosas que sabe que nos pueden distanciar de los compañeros y compañeras con los que trabajamos cada día.

¿Cómo hacer que este contrapoder no se estanque y se institucionalice?

Lo primero es procurar que haya una dinámica continuada en la que los vecinos incluso que no participan en ninguna de las entidades vean en la asamblea de barrio un espacio en el que sus reivindicaciones de alguna manera se dimensionen, cojan fuerza, se compartan y se proyecten contra la Administración y contra el que esté haciendo mobbing en una escalera. Esto ya hace que la misma participación de la gente le de un contenido político de participación horizontal que nos distancia un poco de lo que es la burocratización y la estructura parlamentaria.

Luego estaría el sistema de toma de decisiones. El hecho de que se funcione en asamblea, que se procure siempre el consenso, es una cosa que dificilmente se puede combinar con una institucionalización de los procesos. Y finalmente, que también es una característica no solo de quienes participan en los colectivos o centros sociales de la asamblea de barrio, sino de la propia ABS y de la práctica es la acción directa. El entender que las cosas se han de conseguir luchando y que la negociación se debe hacer desde una postura de fuerza ganada por la lucha y la acción directa, hace entender que es imposible que exclusivamente recogiendo firmas y llevándoselas al Distrito nos van a dar algo. Eso nosotros ya lo hemos aprendido en el barrio hace muchos años. Las cosas se consiguen luchando, y esa tradición de lucha no es que sea una baza contra la burocratización pero de alguna manera hace que sea difícil. Seguramente, dar un paso a que la asamblea de barrio se posicionara a una participación en las instituciones del barrio o incluso hacer una candidatura propia, necesitaría de un debate y de pasar por encima de toda una serie de tradiciones que lo harían casi imposible.

¿Sabéis si hay otros barrios o pueblos que hayan seguido este ejemplo?

Estos espacios en los que diferentes personas que están en colectivos que incluso podrían tener en sus planteamientos la participación política, comparten el terreno de la autodefensa, de la reivindicación colectiva de derechos, es una cosa que se va reproduciendo.

Puede que no tengan el recorrido que tenemos nosotros ni la visualización que hemos tenido, pero digamos que se van dando procesos similares y no porque nosotros hayamos empezado sino porque yo creo que es el proceso natural de auto-organización desde abajo y que permite compartir espacios con gente de procedencias diversas. No es una cuestión de que nosotros hayamos inventado algo sino de que la gente si se quita de encima determinados condicionamientos y deja al margen las diferencias históricas y se mete en el terreno de lo cotidiano y de lo práctico, la mejor manera de organizarse es así.

Vayamos al tema de las acampadas. Una de las estrategias que se está siguiendo a la hora de extender este movimiento es crear asambleas de barrio. Al menos alguna parece que han tenido éxito y echarán a andar unas cuantas. En Sants ya hay una acampada propia, ¿cómo estás viendo este proceso espontáneo que está teniendo lugar?

La acampada en Sants empezó el sábado por la noche, y ya llevamos unos cuantos días. El proceso de auto-organización necesita de su tiempo para madurar. La procedencia de la gente que llega a la acampada en Sants, principalmente es de la acampada en la Plaça de Catalunya, llevaban ya unos días allí. Casi ha sido un proceso necesario, ya que se desborda ya la acampada en Pl. Catalunya, el volumen de las asambleas y las comisiones de trabajo es inmenso y entonces es una estructura dificultosa. Era un proceso natural el hecho de que se descentralice.

El planteamiento de que se vaya a los barrios es importantísimo. Y en Sants lo vemos así. Por eso la ABS y diferentes colectivos estamos apoyando la acampada desde el primer momento. Pondré un ejemplo muy claro: La conexión directa entre la acampada de Pl. Catalunya en el centro de Barcelona con los movimientos vecinales que puedan estar alrededor es nula. Porque alrededor lo único que tienes son multinacionales, grandes almacenes y tráfico. La realidad es que, a pesar compartir el contacto directo cotidiano y que existe solidaridad (la gente está yendo desde toda Barcelona allí), es muy diferente que desde el primer día lo que se ha hecho en Sants es que diferentes colectivos y grupos han trasladado sus asambleas a la plaza. O sea, que usan la acampada para visibilizar las actividades que ya existían en el barrio para conectar con la nueva generación de activistas y compartir la creación de este nuevo espacio como ágora de debates, pero en el mismo corazón del barrio conectado con las campañas que ya están funcionando allí.

Después el hecho de que los vecinos del barrio, que podían ver con cierta simpatía lo que se estaba haciendo en Pl. Catalunya pero consideraban después de una visita, que no se enteraban de lo que se estaba haciendo allí, porque hay demasiada gente… El hecho de tener cerca de casa una cosa similar representa que cuando llegan del trabajo, se bajan a las 9 a tocar la cacerola, si tienen más tiempo, bajan a las 7-8 de la tarde a las comisiones para preparar historias y después se quedan a la asamblea de la noche, ven las cosas que se están plantenado, hacen sus propuestas, se pueden integrar en grupos de trabajo y saben que es algo próximo.

Hoy por ejemplo se harán pancartas, los vecinos podrán hacerse sus propias pancartas con su slogan para colgarla en su balcón. Esto es importante, porque la conexión entre este activismo y la vida del barrio pienso que puede hacer que esta cultura que se ha creado de ocupación de plazas sea una herramienta que permanezca en el tiempo. Mientras que en Plaza Catalunya tenemos muchas amenazas, por decirlo de alguna manera, la continuidad, que se pueda desalojar por llevar mucho tiempo ahí… mientras que nosotros lo comentábamos ayer en la asamblea, si nos desalojan nos iremos a otra plaza. Y si no, la posibilidad de hacer las asambleas en las plazas sin ocuparlas está chupada porque solo tenemos que bajar de casa y nos ponemos a hacer asamblea. Por lo tanto hemos puesto en marcha un mecanismo que no van a poder parar. Por esto es tan importante haber llevado las acampadas del centro de Barcelona a los barrios.

¿Qué volumen de gente se mueve en estas asambleas populares en Sants?

Bueno, lo que había ayer eran unas 300 personas, lo que quiere decir que es importante. Además teniendo en cuenta que no es gente que venga de otros barrios somos de allí. Y va creciendo. Con la ventaja de que los vecinos lo tienen cerca y participan. Recuerdo que en la asamblea de anteayer, el día de las elecciones, municipales en caso de Catalunya, autonómicas en otras partes, y cuando se abrió el micro, la primera en pedir palabra fue una vecina mayor que dijo «bueno, no estoy acostumbrada a hablar por micrófonos, pero quiero resaltar que entre el domingo y hoy (la asamblea era el lunes) no ha cambiado nada. Han cambiado ellos, pero nosotros somos los mismos.» Que esto te lo diga una vecina que no ha estado politizada hasta el momento y que puede que por primera vez participe en una asamblea y que tiene tan claro que cambien quien cambie en las Administraciones nosotros tenemos que seguir organizados, da una perspectiva que entusiasma, que te dan ganas de continuar.

Información sobre las Asambleas Populares de los Barrios y Municipios de Madrid en madrid.tomalosbarrios.net/

La entrevista a la ABS está disponible en su totalidad en A las barricadas

Más información sobre la ABS en abs.sants.org/

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