Piotr Kropotkin, 1897
Memorias de un revolucionario relata los 50 primeros años de la vida de Piotr Kropotkin, que nació en el seno de la aristrocracia rusa (era Príncipe) y acabó siendo teórico anarquista y “organizador” del movimiento obrero. Y es precisamente la descripción de cómo se produjo esta transformación lo más interesante de este libro.
Al comienzo de la obra, Kropotkin recuerda con humor y amor su infancia de niño rico y mimado, a la par que dibuja un retrato fiel de la aristrocracia rusa del siglo XIX y de las situaciones de extrema miseria del campesinado de su país. Tras finalizar sus estudios universitarios, viaja por Europa, ingresa en la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) y trata de extender las ideas de revolución entre campesinos/as y obreros/as. Como consecuencia de ello, conoce la cárcel en Rusia (de la cual se fuga de forma rocambolesca en 1874) y en Francia.
Además de describir los acontecimientos más importantes de su vida y sus encuentros con célebres personajes de la escena anarquista como Elysée Reclus o Errico Malatesta, Kropotkin confiesa en estas páginas cómo cree que será su legado y analiza las obras de compañeros como Pierre-Joseph Proudhon o Mikhail Bakunin.