Autor: Cheve. Editado por Editorial Imperdible Madrid, 2020. 64 págs.
La mayor parte del tiempo vivimos condicionadas a aceptar el sexismo. No es que lo queramos, en absoluto, pero solemos complacer, atender y preocuparnos por el otro varón; luego ya habrá tiempo de desangrarnos y sentirnos culpables por no haber dado una respuesta brillante con tono desafiante y actitud empoderada. Es como un reflejo, una reacción puramente instintiva y automática que nos hace satisfacer y agradar en cualquier adversidad sexista. Cuanto más micro es el machismo, cuanto mayor pasa desapercibido, más complacientes somos y más taradas nos sentimos. ¡¡¡¡Pero cómo es posible que me pase a mí, si SOY FEMINISTA!!! Debería haberle dicho lo que pensaba a ese tío, al desconocido, al amigo, al compañero del curro, al camarero, al compañero de militancia ¡¡¡¿Por qué no me defendí diciendo lo que pensaba? o ¡¡¡¿por qué simplemente no me di la vuelta, sin más, sin preocupación sin dilación?!!! Por contra estamos sumamente condicionadas a preguntar ¿Estás bien? Si un hombre hace un comentario sexista o una acción sexista o incluso mantiene una actitud sexista, nuestra primera reacción es protegerlo, cuidarlo, hacerle sentir bien.
Por supuesto que no es lo mismo el micromachismo de un desconocido que el de tu compañero del curro, tu colega o tu mejor amigo, tu hermano o incluso tu novio, tu pareja o amante. Sin embargo, la angustia de no haber reaccionado como una auténtica feminista suele ser muy parecida. Y en terreno emocional las estrategias no están del todo claras.
Para la gran mayoría de nosotras un hombre que ha renunciado a su privilegio masculino y que ha adoptado la política feminista se convierte en aliado, en un compañero de lucha, ahora bien, los privilegios, los micromachismos no son una mochila que te quitas y desaparecen para siempre, muy por el contrario se mantienen, unos más otros menos, pero siempre queda un resquicio. Es en ese resquicio donde caminar como feminista convencida resulta no ser tan fácil. Son muchísimas las mujeres que mantiene un vínculo con los hombres. Somos muchas las que creemos en alianzas, porque es prácticamente imposible relacionarse sólo con mujeres y disidentes, y de poder hacerlo, las relaciones de poder y el sexismo, igualmente existen. Hay quienes las experimentan de distinta forma, hay quienes por igual, pero el sexismo es estructural.
Lamentablemente a estas alturas ya sabemos que los espacios seguros no existen, solo nosotras podemos crearnos esa seguridad, a base de entreno, de conciencia, perseverancia. De ahí la enorme utilidad de este “Manual Ninja”. Porque lo primero y más alentador es saber que cuando nos encontramos solas frente al sexismo no lo estamos, hay otra hermana Ninja por ahí enfrentándose también. Y porque nos sirve para conocer, crear e implementar estrategias que nos ayuden a combatir el sexismo con aquellos que son nuestros más acérrimos aliados, nuestros amigos, nuestros hermanos, nuestros compañeros de lucha…los pibes.