El pasado 23 de agosto comenzó en Viladasens, Girona, la acampada de resistencia activa en defensa del territorio contra la autopista eléctrica de transporte de muy alta tensión, MAT. En este momento se van pudiendo leer parte de las iniciativas y propuestas que están surgiendo a raíz de este evento, en el cual se están compartiendo estrategias y experiencias de lucha, posibilidades de difusión a los pueblos vecinos, etc. Así como una manifestación en los próximos días. Toda la información se puede consultar en el blog www.torresmasaltashancaido.espivblogs.net
Sobre la electricidad y su transporte
Desde sus inicios, la electricidad ha sido un tema que ha provocado conflicto en cuanto al modelo de producción, transporte y control de sus redes. Las primeras producciones de electricidad fueron realizadas en pequeñas centrales hidroeléctricas en zonas montañosas, donde se desarrollaron las primeras industrias. La constitución de las redes eléctricas se realizó al mismo tiempo que la constitución de las estructuras económicas, sociales y políticas de la sociedad industrial moderna. Si las primeras producciones de electricidad fueron locales con una gestión pública a través de pequeñas empresas municipales, los Estados vieron rápidamente la importancia de las redes y de las interconexiones. El Estado tuvo la voluntad de conectar las unidades locales de producción y tener así una influencia decisiva en el sector. En el siglo XX, después de las dos guerras mundiales, la gestión de la electricidad pasó de una estructura difusa y local a una estructura centralizada de red y nacional. Grandes empresas nacionales en situación de monopolio crearon la arquitectura eléctrica de los territorios.
Después de las guerras mundiales, la construcción europea empezó con acuerdos económicos sobre la energía y a partir de la segunda mitad del siglo XX tendrían el objetivo de construir la Europa Eléctrica. Las nuevas necesidades de las sociedades de la posguerra mundial obligaron a buscar otras fuentes además de la energía hidroeléctrica y Europa eligió la energía nuclear en 1957. Estos primeros acuerdos realizados a nivel comunitario no cambiaron el funcionamiento nacional de la energía: los Estados gestionaban la producción, el transporte y la venta de la electricidad a través de empresas públicas. En 1974, la primera crisis energética provocó un cambio fundamental sobre la política energética. Con el aumento del consumo de electricidad y la construcción de la Europa eléctrica, los Estados y las grandes compañías plantearon la necesidad de nuevas infraestructuras de interconexión.
En este contexto, en el año 1994 fue declarado de “interés comunitario” el proyecto de una nueva línea de muy alta tensión entre Francia y España, lo que se debía traducir en la construcción de líneas transfronterizas entre los diferentes sistemas eléctricos nacionales. La Red Eléctrica Española (REE) y la Red de Transporte Eléctrico (RTE) francesa fueron las encargadas del proyecto y han intentado, desde 1997, hacer una línea de muy alta tensión cruzando los Pirineos, sumándola a las siete líneas eléctricas de interconexión que ya existen entre Francia y España(dos de las cuales son de 400kV). La oposición en los distintos lugares ha impedido el proyecto en la frontera de estos países, aunque el sistema eléctrico ibérico se ha ido desarrollando.
Cuatro propuestas de trazado han fracasado antes de la propuesta de trazado actual por el Pirineo catalán: por Euskal Herria, por el Valle de Louron (cerca del Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido), a través de los Pirineos centrales (por el Valle de Aran y de Baqueira Beret), y al final, por los Pirineos Atlánticos y el alta Garona. Cada vez, una fuerte oposición de la población, de los poderes políticos y económicos locales, han rechazado los proyectos.
La lucha contra la MAT
Como tantos otros procesos turbios, la autopista eléctrica viene acompañada de una gran falta de información. Acostumbrados/as, como estamos, a vivir en Madrid, el que se nos consulte o no sobre una nueva obra, parece poco trascendente, pero en aquellos lugares donde la gente aun está apegada al territorio, y donde, por el tamaño de las localidades, la forma de practicar la democracia es un poco más directa, no se consiente tan fácilmente que no se oigan sus voces.
Es por ello que una de las formas de oposición a este megaproyecto han sido las consultas populares con formato de referéndum anunciadas para cierto día. No ha habido un solo pueblo que diga que sí, que desea fervientemente que unas torres enormes que no solo ensucian el paisaje, sino que probablemente causen diversas enfermedades en la gente debido a los campos electromagnéticos que generan, estén a unos metros de sus casas. Igualmente se ha tendido a delegar parte de presión contra el proyecto en alcaldes/as y ayuntamientos, sean del color que sean.
Sin embargo ha habido otros procesos de lucha más de nuestro gusto, como es el caso del bosque okupado en Les Guilleries, donde un grupo de gente se opuso a la MAT practicando un modelo de acción directa: difícilmente talarás este árbol si yo estoy en él. Ver para aprender.
A pesar de la lentitud que está llevando el proceso y visto que, pese a la crisis, las eléctricas siguen contando con el favor de los/as poderosos/as (escenario en el que es fácil ver como los favores van y vienen simplemente fijándose en la cantidad de políticos/as que ocupan o han ocupado grandes cargos en estas empresas) es probable que siga adelante y el próximo paso sea el desalojo de los vecinos/as que se han negado a vender sus tierras.
Entonces…
Se nos queda grande este proyecto, no entendemos porque es necesario crear una red de intercambio de energía (420 kV) entre países que no andan corto de ella, puesto que el pico más grande de electricidad consumida en España queda lejos del máximo de energía producida. Dicen que servirá para alimentar al tren de alta velocidad (otra infraestructura innecesaria y elitista), pero no es cierto, puesto que el AVE Madrid-Sevilla se mantiene con torres de 200kV. Sabemos además que, a pesar de la moratoria para construir centrales nucleares y del plan de desmantelamiento de las ya existentes, por esta autopista nos llega más muerte sembrada en Francia. Sabemos que los sitios por los que tiene que pasar esta línea se queman, casualmente, cada verano. Sabemos que los Pirineos no deberían tocarse.
Entonces, ¿por qué? ¿por qué consentimos que otros/as se beneficien de alguna manera con algo que no solo no necesitamos sino que nos causa desgracias? Acabemos de una vez con este mundo que nos impone una forma de consumo insostenible.
Información recomendada: “Dossier sobre la muy alta tensión en Catalunya. Contexto, actores, contradicciones y alternativas” (www.novaterra.cat), Dossier “¿Necesidad o burbuja eléctrica?”, Informe elaborado por Ecologistas en Acción y la Plataforma Unitaria contra la Autopista Eléctrica a partir de la ponencia impartida en Monzón, el 6 de octubre de 2012, por el profesor Antonio Camacho (www.autopistaelectricano.blogspot.com.es) y Vídeo “La MAT ¿A dónde nos lleva este progreso?” (www.youtube.com)