Por la Asamblea Antiespecista de Madrid. Extraído de Por el Fin de los Circos con Animales
El pasado 31 de enero de 2017 nos llegó la noticia de que se aprobaba en el pleno del Ayuntamiento de Madrid la prohibición de exhibir animales en espectáculos circenses…
Parecía entonces que el fin de los circos con animales en Madrid iba a ser una realidad. Así lo creímos porque medios de comunicación así lo anunciaban y desde el Ayuntamiento así nos lo vendieron. Fue entonces cuando empezamos a notar el debilitamiento de las protestas ante las últimas convocatorias programadas frente a las puertas de estos circos.
Pero la realidad es que los circos con animales han vuelto otra temporada más a la ciudad y ante este escenario de confusión, desconcertante y de controversia son muchas las preguntas que nos asaltan. ¿Es legal, a día de hoy, que los circos puedan ejercitar sus funciones con animales sobre el suelo de Madrid? ¿Es la ley válida para todo tipo de animales? Si prohíben solo actuaciones con animales salvajes, ¿dónde quedan amparados el resto de animales considerados como domésticos, por ejemplo caballos, cabras o perros entre otros? ¿Qué pasará con los animales cuando la ley se ejecute?
Son muchas las dudas sin resolver en este marco equívoco y vago en el que nos movemos pero sobre el que vamos a intentar arrojar algo de luz para entender lo que está pasando, el punto en el que estamos a nivel legal y qué opciones tenemos de cara a continuar nuestro activismo.
¿CUÁL ES EL MARCO LEGAL?
El funcionamiento del sistema legal puede resultar bastante difícil de comprender para quienes no tenemos formación específica sobre el asunto. Al mismo tiempo, necesitamos entender la situación para poder desarrollar nuestra lucha contra los circos con animales de una manera consciente y bien calibrada. Tras el ya nombrado anuncio de que Madrid quedaría libre de circos con animales, hay una complejidad que intentaremos contribuir a desenredar.
Lo que está en marcha es una ordenanza municipal. Las ordenanzas son disposiciones administrativas de carácter general, elaboradas por entes locales (ayuntamientos), que tienen rango inferior a la ley. Las ordenanzas primero se deben redactar y después aprobar. Esta está en proceso.
Paralelamente, unos meses atrás fue aprobada por la Comunidad de Madrid la Ley de Protección Animal 4/16, de la que falta por publicar el reglamento. Esta ley no incluye de ningún modo la prohibición de la utilización de animales no humanos en los circos. Todo parece indicar que hasta que no se publique el reglamento de la Ley de Protección Animal de la CAM, no se aprobará la ordenanza municipal, que en todo caso tiene rango inferior y por tanto “no puede” prohibir algo que a nivel autonómico es legal. Este conflicto jurídico ya ha tenido episodios concretos, que más adelante comentaremos.
Por lo tanto, y resumiendo, actualmente no están prohibidos los circos con animales en la ciudad de Madrid (habrá que seguir esperando a ver cómo se desarrolla el asunto de la ordenanza) y el marco autonómico considera legal la utilización de animales no humanos en espectáculos circenses.
Aunque siempre es positivo cualquier tipo de abolición de formas de explotación animal, conviene hacer una lectura crítica para entender la situación lo mejor posible y poder así enfocar mejor nuestro activismo. En esa línea, encontramos algunos límites al actual proceso de cambio legal.
ALGUNOS LÍMITES DE LA PROHIBICIÓN MUNICIPAL
Antes de entrar en esta cuestión, queremos valorar y agradecer el esfuerzo de todas las personas que con su constancia y creatividad han conseguido crear un debate social acerca de los circos con animales no humanos y lo han convertido en un conflicto explícito. Su trabajo merece todo nuestro respeto y gratitud. También, reconocer que estas pocas líneas no permiten profundizar en matices tanto como nos gustaría, pero hemos priorizado un formato accesible en aras de una mayor difusión.
El proceso actual de cambio legislativo a nivel municipal presenta al menos tres puntos que nos parece importante señalar, no para invalidar el trabajo de nadie, sino por enriquecer el debate y sobre todo la acción colectiva.
La diferenciación que se hace entre animales salvajes y domésticos presenta grandes problemas desde el punto de vista ético. Entendemos la concepción etapista y progresiva, incluso que para muchos circos tener que prescindir de utilizar animales salvajes ya es motivo suficiente para no ir a ciertas ciudades (por una cuestión económica). El peligro que vemos en asumir esa distinción es que los animales considerados domésticos puedan caer en el olvido, que se anuncie la prohibición de utilizar animales salvajes como si fuera la prohibición total de usar animales (en el caso de Madrid esto ha ocurrido) y que se acabe desinflando la lucha sin haber conseguido los objetivos iniciales.
El conflicto a nivel de competencias entre ayuntamientos, comunidades autónomas y gobierno central es otro límite importante. En Galicia hemos podido ver en varias ocasiones cómo, desde los juzgados, se ha revocado la negativa de los ayuntamientos a autorizar los espectáculos circenses con animales, por ejemplo en Ribadeo (cuyo ayuntamiento por cierto ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia). También en Alfafar (Valencia) hemos visto una nueva triquiñuela circense: situarse en el municipio más cercano donde no haya prohibición, para así atraer a la población que quiera seguir perpetuando esa forma de explotación animal. Las prohibiciones a nivel municipal tienen gran utilidad para forzar cambios a niveles superiores (autonómico o estatal), pero como fines en sí mismas presentan bastantes lagunas.
Y por último, lo más importante. ¿qué pasará con esos animales cuando los circos no puedan utilizarlos? Si son vendidos a otros negocios (zoos, cine y televisión, etc.) o siguen en el mismo circo pero girando por otras zonas geográficas, habremos ayudado a los animales del futuro, pero no a estos del presente. El desmantelamiento de los circos con animales debe contemplar la reubicación de los animales explotados en santuarios y refugios respetuosos con sus necesidades e intereses. Nos consta que ya hay gente poniendo esto sobre la mesa y nos alegramos porque es una cuestión fundamental.
NO PARAR HASTA CONSEGUIRLO
Llevamos ya algunos años, junto con otros colectivos y un montón de personas, protestando contra el circo con animales y dando información para que la gente se dé cuenta de las consecuencias que estas formas de entretenimiento tienen para los demás animales. También hemos estado en las calles, gritando, pegando carteles, explicando y visibilizando cómo es la vida de los animales condenados en los circos. Todo esto ha favorecido el debate social sobre esta situación de injusticia y cada vez ha habido más gente que se ha empezado a preocupar por esto, se han ido uniendo más personas, colectivos y organizaciones, llevando el debate a la agenda política.
Por desgracia todo esto no es suficiente y en Madrid los circos con animales todavía campan a sus anchas. Por eso, no nos podemos relajar y esperar de brazos cruzados a que esto termine. Seguramente algún día esta ley llegará cuando ya no quede más remedio, cuando ya la oposición sea tan fuerte que se tenga que regular mediante una ley, porque es así como funciona el sistema en el que vivimos. Las leyes que no interesan al poder y al capital son reactivas y solo llegan cuando se pelean y se exigen. Así es como ha pasado en numerosas ocasiones en la historia. Luchando es como se llegó a conseguir la jornada laboral de 8 horas, el voto de las mujeres o la abolición de la pena de muerte en algunos países. Si no hubiera habido gente protestando y oponiéndose a las injusticias, el mundo hoy sería aún peor. Podemos hacer del mundo un lugar un poco mejor para los demás animales teniendo en cuenta sus interés y defendiéndolos. Cualquiera puede hacer algo, desde seguir acudiendo a convocatorias públicas, organizando manifestaciones o concentraciones, difundiendo y visibilizando, hablando de ello en cada momento, escribiendo en medios de información y/o redes sociales. El límite lo ponen nuestra imaginación y creatividad. Hay mucho en juego. Los animales también se merecen ser libres y respetados, al igual que la humanidad se lo merece. Para conseguir nuestro objetivo es importante perseverar y seguir haciendo ruido. ¡Que no acallen nuestros gritos hasta que no lo hayamos conseguido!