Este pequeño pueblo de la isla de Tenerife se ha mantenido antimilitarista y pacifista entre los años 2010 y 2020 debido a una declaración que aprobaron en moción municipal en ese sentido. Concretamente debido a una moción presentada por Iniciativa Por La Orotava (IPO) que consiguió en su momento el apoyo de Coalición Canaria, que gobernaba por aquél entonces el ayuntamiento municipal, y el grupo de Izquierda Unida. Por el contrario, expresaron su malestar y votaron en contra de esta medida el PSOE y PP. Ese acuerdo municipal prohibía la celebración de cualquier acto de apología militarista, como desfiles, honores o campañas de reclutamiento y prácticas militares.
«Militares españoles, no sois bien recibidos en la Orotava«
Esta iniciativa surgió por el malestar municipal tras un acto militar que fue sufragado con fondos económicos del área de Bienestar Social; por lo que durante el tiempo que ha estado en vigor esta moción, el pueblo de la Orotava impedía los actos militares en su término municipal que, además, comprende veintiocho entidades locales. El principal núcleo de población es de 17 mil habitantes, pero junto con el resto de las entidades locales más pequeñas, alcanza unos 40 mil habitantes, que durante una década han estado al margen de cualquier relación oficial con las Fuerzas Armadas.
Sin embargo, el pasado año 2020, en un pleno municipal a iniciativa del PSOE, se acordó con los votos a favor de PP y Coalición Canaria, reestablecer las relaciones con esas Fuerzas Armadas militares, se enterraba de esta manera la declaración antimilitarista aprobada diez años atrás, y que había sido ratificada en el año 2014. Inicialmente esa propuesta había sido redactada en su origen por la Asamblea Canaria por el Reparto de la Riqueza, un colectivo de acción por los derechos sociales. Esta iniciativa recogía en general la desafección social hacia la institución militar en la isla, y en concreto en el municipio donde experimentaron que exclusivamente servía para destinar fondos públicos a actos que no representaban a los habitantes del municipio.
Si bien la nueva declaración del año pasado dice mantener el carácter pacifista del municipio, proclamar esa cuestión no significa absolutamente nada si se normalizan las relaciones con las Fuerzas Armadas y se apoya a una institución que, entre otras cosas, participa directa o indirectamente en conflictos internacionales contra poblaciones civiles.
Antimilitarismo en el archipiélago canario y la guerra en la frontera sur
En las islas Canarias existe un colectivo denominado Alternativa Antimilitarista MOC que hacen campañas por la objeción fiscal al gasto militar, denuncian la situación militar en la región vecina del Sáhara, o el rechazo a las maniobras militares habituales en el territorio insular. El archipiélago canario sufre continuadamente el despliegue de militares del ejército español bajo la excusa de la vigilancia de fronteras y soberanía territorial. La presencia militar en Canarias es constante y tiene el total rechazo de algunas comunidades sociales que han vivido el abuso de autoridad, y la manera en que su estancia supone la represión contra población migrante procedente de África en su mayoría. La actitud intimidatoria por parte de los militares, metralletas en mano y dedos en los gatillos, es una denuncia habitual entre las vecinas de las islas. La militarización de las islas Canarias, responden al control autoritario que ejerce el Estado español sobre las periferias coloniales, porque no se puede desvincular la situación político-cultural de Canarias de la visión colonial histórica española.
De hecho, debido a la situación geoestratégica de las islas Canarias en el Océano Atlántico, son habituales también las maniobras militares conjuntas por potencias militares de la región como Marruecos, y el apoyo de recursos militares estadounidenses. Así fue cómo en marzo de este año se denunciaron las maniobras que fueron denominadas como Lightning Handshake. Esta operación consistió en el despliegue de unidades de la Armada de Estados Unidos al norte de isla de La Graciosa, con participación de aviación marroquí y con un apoyo de la OTAN, debido a la proximidad que aporta Canarias respecto de la base militar de Rota, en Cádiz.
La historia de Canarias en la postura antimilitarismo se inscribe en la época contemporánea en el referéndum de marzo de 1986 sobre la OTAN, donde el pueblo canario expresó su opción por la paz. Fue una de las cuatro comunidades autónomas reconocidas junto a Catalunya, Navarra y Euskadi, que votaron en contra de que el Estado español permaneciera en la OTAN tras la traición y el cambio de chaqueta del entonces presidente del gobierno Felipe González.
Igualmente la reciente pandemia mundial de la Covid-19 ha supuesto una militarización de la sociedad a través del Estado de Alarma, y la normalización de las excepcionalidades constitucionales. Es por eso mismo, que las posturas antimilitaristas tratan de dar un paso adelante, no solo denunciando a las distintas fuerzas armadas, sino frente a esa imposición militar en la sociedad, y alertando sobre los peligros de asumir unos valores autoritarios militaristas. Habrá que comenzar a matar al policía que nos enseñan a llevar dentro de nosotras.