Empleo para unos/as, castigo para otros/as
Allá por el año 1991 se crea una nueva carrera universitaria para profesionalizar, es decir institucionalizar, la figura de la persona que se preocupaba por su entorno, que empatizaba con el sufrimiento que le rodeaba y procuraba ponerle remedio. Se daba forma así al educador/a social para unirse a la colección de profesionales (trabajadores/as sociales, psicólogos/as, profesores/as, etc.) cuya función viene a ser gestionar las miserias que genera el sistema capitalista. Es la única forma de hacer sostenible, al menos
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