De contracultura y luchas obreras: represión e hipocresía en el margen oriental de Europa
No hay duda de que Rusia es un país extraño. Tanto, que parece posible modificar a conveniencia su posición geográfica, convirtiéndose en occidental cuando se hable de la Organización Mundial del Comercio, de la que entró a formar parte este mismo agosto, y en la Rusia oriental en cuanto a represión de libertades. Dos países que son uno solo, la cercana Rusia diplomática y la lejana Rusia represiva y autoritaria. Como si Occidente quisiera alejar de sí sus propios fantasmas.
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