Director: Ken Loach, Guión: Paul Laverty; Irlanda y Reino Unido, Sixteen Films, 2006.
Tres años después del Alzamiento de Pascua en Dublín, estalla en 1919 la Guerra de la Independencia irlandesa, en la que miles de guerrilleros/as no-profesionales derrotaron al mejor ejército del mundo de la época: el británico (comandado por el Ministro de la Guerra Winston Churchill). En este contexto, los hermanos Damien y Teddy O’Donovan se unen al Ejército Republicano Irlandés (IRA) y contribuyen a su victoria militar al atacar tanto al ejército extranjero como a la policía irlandesa. Sin embargo, tras la firma del Tratado Anglo-irlandés (1921), Teddy se alía con las facciones pro-tratado y Damien con las contrarias a él, y acaban en bandos opuestos durante la Guerra Civil irlandesa (1922-1923).
Si bien la película Michael Collins (1996), biopic sobre el fundador del IRA, simpatizaba con el bando favorable a la firma del tratado, no porque su contenido convenciera, sino porque traería – por fin – la paz a Irlanda, El viento que agita la cebada se posiciona radicalmente en contra de un tratado que obligaba al Estado independiente irlandés a jurar lealtad al regente de Gran Bretaña, a renunciar a la zona del Ulster y, lo que es más grave, no cambiaba el sistema económico ni las relaciones de poder que se habían establecido en Irlanda. Y es que, como dijo James Conolly en 1897 y repite Damien O’Donovan en el filme, “aunque el ejército inglés abandone la isla y se ondee la bandera verde sobre el Castillo de Dublín”, si no se acaba con el sistema económico imperante “Inglaterra os seguirá dominando, a través sus capitalistas, sus terratenientes, sus financieros y el conjunto de las instituciones comerciales e individualistas que ha establecido en este país”.