Protestas en otras latitudes del mundo. El caliente invierno argentino

En la provincia argentina de Jujuy, en el norte del país en la frontera con Bolivia, ha estallado una rebelión contra el gobierno regional de Gerardo Morales. Miles de personas se han unido a unas movilizaciones que en pocas semanas se han expandido como la pólvora y cuya represión por parte de la policía argentina ha incrementado. Tanto maestros, como sanitarios, campesinos, comunidades originarias y otros sectores populares se han levantado contra la reforma constitucional autoritaria con la que el gobierno quiere limitar el derecho a la protesta y seguir garantizando el extractivismo de los recursos del territorio.

Seguramente muchas personas en Europa no sepan lo que está ocurriendo en Jujuy porque no ha salido en los medios de comunicación del capital. Evidentemente ya sabemos que en los casos en los que sí se pone en el escaparate mainstream, es para hacer duras críticas a estas luchas sociales. No solamente son movilizaciones contra las amenazas de limitar el derecho a la protesta, sino una lucha por los salarios dignos, en defensa de los territorios de pueblos originarios y contra la extracción masiva del litio. Las empresas del capital (estadounidenses y europeas) saquean una tierra muy rica en minerales, contaminan y arrasan el territorio, y empobrecen a su población.

Mientras se reprimía al pueblo de Jujuy, causando cientos de heridos y de detenidos, como consecuencia de cacerías indiscriminadas por furgonetas de la policía y sus violencias, los intereses europeos se protegían para continuar el expolio de sus productos. Sin embargo, estas semanas las protestas no han parado de crecer exponencialmente, ha habido grandes cortes en carreteras de toda la provincia, asambleas tomando decisiones sobre cómo continuar las luchas, y movilizaciones en solidaridad en otros puntos del país argentino. Tanto las fuerzas conservadoras como socialdemócratas en Argentina están viendo en Jujuy un campo de batalla incómodo para sus intereses partidistas y de reparto del pastel, ya que en octubre de este año habrá elecciones presidenciales.

Algunas organizaciones internacionales han solicitado una investigación sobre la violación de derechos en las manifestaciones por las violentas prácticas policiales. Tras una escalada de agresiones, una multitudinaria marcha de antorchas caminó por las calles de la capital, San Salvador de Jujuy, en la fría noche de finales de junio, en pleno invierno argentino.

Además, estas movilizaciones en Jujuy sirven de ejemplo en el Estado español como la senda que debe caminarse cuando la represión se incrementa. En el Estado español el gobierno más progresista de la galaxia no ha derogado la Ley Mordaza, y debería haberse respondido con lucha en las calles, no con esperanzas de modificarlo desde las urnas, que ya se ha visto que es un camino estéril. Las transformaciones sociales deben ser globales, para acompañar y solidarizarnos con el pueblo de Jujuy, es necesario articular organizaciones anticapitalistas fuertes en el corazón de la bestia.

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