El pasado 30 de septiembre nos dejó para siempre Joaquín Salvador, mundialmente conocido como el humorista gráfico Quino. Falleció un día después del 56º aniversario de la publicación de la primera viñeta de su obra cumbre: Mafalda. Estas famosas tiras se publicaron entre 1964 y 1973, pero el peso, la importancia y la vigencia que siguen teniendo a día de hoy son inconmensurables. En el Estado español tuvieron que publicarse como obras «para adultos» por culpa de la censura. Quino retrató como nadie la cotidianeidad de la gente común, la miseria, los abusos de la autoridad, la burocracia y las instituciones inútiles. Fue un cronista del absurdo de la condición humana que hacía gala de un gran cinismo y acidez, pero también de mucha ternura e incluso lástima por los autoritarios a los que, al fin y al cabo, consideraba unos estúpidos. Que la tierra le sea leve. Chau, amigo.
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