Ilustramos este artículo con una captura de pantalla extraída del Diario Vasco en el que nos informan de que “trescientos jóvenes radicales antisistema” habían quemado algún contenedor y roto el escaparate de varias multinacionales en el centro de Bilbao durante la manifestación de rechazo a la cumbre que el Fondo Monetario Internacional celebrada en marzo.
Unos días antes, el mismo periódico nos enseñaba en portada la otra instantánea sobre la situación en Ucrania con la que acompañamos el texto.
En el Bilbao arrasado no hubo heridos/as ni daños de gravedad. En la Ucrania de la revolución social, más de cien muertos/as entre manifestantes y policías.
Hemos elegido estas imágenes porque nos parece que ilustran a la perfección la manipulación de los medios de comunicación, en especial la criminalización de la protesta política cuando las reivindicaciones se escapan del marco democrático.
22-M. Represión y manipulación.
Pero la manipulación mediática y política ha alcanzado su mayor nivel en el contexto de las marchas del 22-M finalizadas en Madrid. Desde los días previos, ya se podían leer en la mayoría de periódicos los informes de la Brigada Policial de Información, frecuentes en todas las grandes manifestaciones, más o menos criminalizadores según el medio que los publicara, en la que se nos advertía, para fomentar la división y la desconfianza, sobre anarquistas-antisistemas violentos/as que se iban a infiltrar en las marchas.
Aunque es en los días posteriores cuando la maquinaria del Estado se pone a funcionar a pleno rendimiento. Policías gravemente heridos/as (aunque los dos más graves pidieron el alta voluntaria al día siguiente), miembros de la banda terrorista Resistencia Galega (600, ni más ni menos) como causantes de los disturbios, intentos de homicidio, conspiraciones entre bomberos y manifestantes para atacar a la Policía, etc.
Un capítulo aparte merecen las armas de los/as manifestantes. Muletas asesinas titulaba el panfleto ABC y nos explicaba que “Entre el material encontrado en la zona de los disturbios figuraban unas muletas a modo de objeto punzante. Un arma, sin lugar a dudas, criminal”. Todos los medios se hicieron eco de la noticia difundida hasta la saciedad por los sindicatos policiales. Lástima que el día anterior a las marchas, Europa Press publicara que esas muletas habían sido detectadas en los Juzgados de Plaza de Castilla y que eran completamente ajenas a la manifestación, porque la historia del nuevo Cojo Manteca armado con las muletas asesinas prometía.
Todos estos ataques a los/as manifestantes de las marchas se han extendido a las movilizaciones estudiantiles de la semana siguiente. En la primera jornada de huelga universitaria El Mundo dedicaba su portada al siguiente titular “Un policía saca su arma tras ser acorralado por 50 radicales” que gritaban “vamos a matarlos, que son pocos”.
La historia sonaba bien, una pena que un video publicado por eldiario.es mostrara una situación muy distinta: estudiantes se retiraban tranquilamente ante la presencia policial y uno de ellos era detenido aleatoriamente. Un día antes, por orden del rector de la Complutense, José Carrillo, la Policía desalojaba a los/as estudiantes encerrados/as en el Vicerrectorado deteniendo a cincuenta de ellos/as; detenciones difíciles de explicar sin tener en cuenta el clima de demonización de la protesta extendido desde la prensa.
En el momento de escribir estas líneas, Miguel, joven madrileño participante en las Marchas del 22-M se encuentra encarcelado de forma preventiva en la prisión de Soto del Real. Desde la publicación Todo por Hacer damos todo nuestro apoyo a los/as detenidos/as que resistieron y se enfrentaron a las cargas policiales y que, por un momento, nos pusieron una sonrisa en los labios y nos hicieron sentir orgullosos/as de la ciudad que nos ha tocado habitar. Exigimos la libertad inmediata de Miguel y la retirada de todos los cargos a los/as detenidos/as. ¡Salud a los/as que luchan!