VV.AA, Barcelona, Diciembre 2012, 40 páginas
Tercera entrega de esta gran revista catalana que, como siempre, aporta interesantísimas reflexiones acerca de los movimientos sociales y el anarquismo en la actualidad. Si bien es cierto que esta revista responde a la idiosincrasia de Barcelona, ciudad en la que se escribió, muchos de los ejemplos y sucesos que relatan se han reproducido de manera muy similar en Madrid, por lo que lo que nos cuentan, no se nos hace en momento alguno lejano y/o fantástico.
El Terra Cremada es el resultado de largas sesiones de análisis y debate y los textos se escriben de forma colectiva, conjugando a su vez teoría y práctica.
Este tercer número, en concreto, aborda varios temas en los cinco artículos que aporta. Por ejemplo, en un primer artículo (“Cuando criticar sirve de algo”) los/as autores/as reflexionan sobre cómo ejercemos la crítica en nuestros espacios de lucha y entre nosotras/os, sobre la necesidad de dicha crítica y sobre sus malos usos; en otro artículo (“Autogestión de la miseria o miserias de la autogestión”), en cambio, tratan un tema tan distinto como lo es la consecuencia de la separación entre la economía —cómo satisfacemos nuestras necesidades— del resto de relaciones de las que se alimenta el capitalismo.
La edición en castellano de la publicación se puede obtener de manera gratuita en el Local Anarquista Magdalena (c/ Magdalena 29, 2º Izq.) y todos los números están disponibles para descargar (en castellano o catalán) en www.terracremada.pimienta.org
¿Y ante esta situación que puede ofrecer una publicación mas? Somos conscientes que no decimos nada nuevo, que todo ha sido dicho ya y que poco podemos aportar a los libros escritos y teorías existentes. Pero la teoría, bajo el peso de la Historia, queda sepultada y solo relacionándola con los procesos vivos cobra sentido a la vez que se modifica.
Además, ahora que el poder poder ha hecho suyo el vocabulario y ha cambiado el sentido de las palabras a su antojo es más necesario que nunca recordar a cada instante lo que esconde o tergiversa su propaganda. Si no desmentimos las verdades y los significados que dicta el poder corremos el riesgo de vernos sumergidos en sus telarañas. Es pues vital desmentir sus discursos y generar las preguntas adecuadas que se enfrenten a él.