A principios del mes de febrero se okupó una casa en el distrito de Tetuán con la intención de abrir un nuevo espacio, el Centro Okupado Antiautoritario (COA) “La Termita”.
El pasado 14 de Febrero se produjo un intento de desalojo ilegal – es decir, sin autorización judicial – de este espacio (no es que si fuera legal nos parecería bien este acto, simplemente lo recalcamos con la finalidad de mostrar cómo la autoridad se salta sus propias normas) por parte de la policía con presencia del dueño de la propiedad, el cual se mostraba agresivo y poco respetuoso hacia algunas de las personas que allí se encontraban. Todo esto empezó alrededor de las seis de la tarde, cuando el dueño se dio cuenta de que su inmueble, abandonado y totalmente descuidado desde hace años, había sido okupada. Mostró su enfado aporreando la puerta y profiriendo amenazas y, al darse cuenta que quienes se encontraban en su interior no tenían la intención de abrir la puerta por voluntad propia, llamó a la policía.
A lo largo de la tarde acudieron seis coches patrulla al lugar. La policía, no conforme con identificar a una persona que se encontraba dentro del edificio y a otra que trataba de evitar el desalojo, amenazó con echar la puerta abajo si las personas que allí se encontraban no salían por su propio pie. Incluso tiempo más tarde trajeron una maza para intentarlo. Ante esta situación de injusticia, entre 40 y 50 personas acudieron a Tetuán y la mayoría permanecieron alrededor de la casa durante toda la tarde, mostrando su rechazo ante la actuación policial y apoyando a quienes se mantenían en el interior del inmueble. La situación de tensión duró unas dos horas aproximadamente y los/as agentes de la policía, encapuchadas/os y ocultando el número de identificación de su placa, se mostraron agresivas/os – profiriendo empujones y amenazas – hacia las personas solidarias en todo momento. Se contó también con el apoyo de dos abogados y una abogada para intentar mediar en la situación. Hacia las ocho de la tarde el dispositivo policial se replegó y la gente que había acudido allí, junto con quienes se hallaban en el interior de la casa, rompió en aplausos y gritos de alegría.
En el momento de escribir esta noticia este nuevo espacio resiste gracias al apoyo de las personas que, con su presencia, ejercieron presión ante lo que de otra manera hubiera sido un abuso.