Sindicalismo de barrio contra los abusos en la vivienda y en el trabajo
Desde hace tiempo, en esta publicación hemos puesto el foco en los sindicatos de barrio, contando las reflexiones que nos llegaban desde algunas zonas de Catalunya y tratando de seguir las victorias del grupo de Autodefensa Laboral de Carabanchel (ADELA) y del Sindicato de Barrio de Hortaleza, anteriormente denominado Oficina de Apoyo Mutuo de Manoteras.
Este mes, desde Carabanchel nos llegan las noticias de cómo han enfrentado victoriosamente un conflicto laboral contra el restaurante Distrito798 que explotaba a cuatro trabajadores y que ha tenido que rendirse cuando éstos se organizaron con ADELA. También desde Hortaleza, veíamos cómo una manifestación de cientos de personas acompañaba a Raquel a enfrentarse a los representantes de un fondo de inversión que querían (infructuosamente) echarla de su casa tras cuarenta y seis años pagando el alquiler.
Siguiendo sus pasos, en estos días se ha presentado el Sindicato de Barrio de Moratalaz al que damos voz en las siguientes páginas.
Entrevista al Sindicato de Barrio de Moratalaz: Los problemas en el trabajo anteceden a los de la vivienda. ¿Por qué no unir fuerzas para hacer frente a ambas problemáticas?
Durante la última década, las trabajadoras hemos sufrido los efectos de los bajos salarios, precios de vivienda abusivos, jornadas laborales sobreexplotadoras, decretos y leyes que han diezmado nuestros derechos y, durante el último año, el salario de los ERTE´s y el mundo de la insuficiencia, pobreza y desconcierto que le acompaña.
Por todo ello, se hace más que necesaria la creación de un espacio donde confluyamos vecinas y trabajadoras de Moratalaz. Un espacio donde mediante el apoyo mutuo, seamos capaces de organizarnos y hacer frente a los problemas que tengamos en los dos ámbitos presentes y necesarios en la actualidad para poder sacar adelante nuestras vidas: el trabajo y la vivienda.
Cuando leímos el comunicado del nacimiento del Sindicato de barrio de Moratalaz nos llevamos una tremenda alegría: sindicato, clase trabajadora, apoyo mutuo, solidaridad… ideas que vuelven a resonar con fuerza y tratan de ser llevadas a la práctica en cada vez más sitios.
Por eso, y a modo de presentación y de bienvenida, les hemos realizado esta entrevista
Imaginamos que un sindicato así no nace de la nada y que bebéis de las distintas luchas que ha afrontado el barrio de Moratalaz en los últimos tiempos. ¿Nos podéis contar de dónde provenís?
Los primeros militantes del Sindicato de Barrio de Moratalaz provenimos de Distrito 14, un colectivo juvenil de Moratalaz. Algunos seguimos militando ahí y otros no por incompatibilidad y por prioridad, en el sentido de que el sindicato se centra en llevar en un sentido más práctico y real la lucha en el ámbito de la vivienda y los conflictos laborales, con la idea de ir dejando atrás poco a poco el simbolismo y amplitud de los temas que trabajan los colectivos juveniles, que en muchos casos lleva a no profundizar en cómo llevar a cabo un cambio efectivo de las condiciones laborales y de vida de los trabajadores. A pesar de ello, no consideramos que en ningún caso sean dos militancias antagónicas; al contrario, se complementan. En definitiva, la idea del Sindicato de Barrio de Moratalaz consiste en otorgar una serie de herramientas al barrio que un colectivo juvenil como Distrito 14, por su propia naturaleza, no podía ofrecer.
Los primeros sindicatos de barrio de Madrid surgen poco después del 15M. ¿Qué os ha llevado a seguir estos pasos casi diez años después? ¿Estáis influenciados por colectivos como el Sindicato del Barrio de Hortaleza o sindicatos de barrio de algunas localidades de Catalunya?
Estos días hemos hecho hincapié en destacar que el camino que nosotros hemos iniciado ya ha sido trabajado y está siendo trabajado por otras asambleas de otros barrios y ciudades. De hecho, nos hubiese sido imposible dar los primeros pasos si no fuese por la colaboración de otros espacios y asambleas como PAH Vallekas, quien nos está brindando todo el conocimiento que pueden ofrecernos. Ocurre lo mismo con ADELA, grupo de autodefensa laboral en Carabanchel que también ha puesto todas sus herramientas en nuestras manos; o el Sindicato de Barrio de Hortaleza, en cuyo funcionamiento también nos hemos fijado durante estos meses. Sin duda, la influencia de los sindicatos de barrio y asambleas de vivienda ya existentes en Madrid ha sido inmensa. En relación a la primera cuestión, lo que nos ha llevado a seguir el camino de las asambleas de vivienda y los sindicatos de barrio ha sido nuestra participación en los Stop Desahucios convocados por ellas, así como otro tipo de acciones de las que también hemos formado parte. Ha sido y será siempre un orgullo poner nuestros cuerpos durante todos estos años en los portales de centenares de familias; sin embargo, Moratalaz no ofrecía ese apoyo (mutuo) que los barrios a los que acudíamos a parar desahucios sí que disponían. Era una contradicción política que a través de la creación del Sindicato de Barrio de Moratalaz vamos a intentar superar.
Habitualmente, las luchas en materia de vivienda y laboral se desarrollan en colectivos específicos centrados en uno de los dos ámbitos. ¿Qué os lleva a enfrentarlos desde una sola organización barrial?
En muchísimas ocasiones el paro, los bajos salarios y la sobre-explotación laboral es causa inmediata de los problemas de vivienda. Entendemos que una cuestión va estrechamente ligada a la otra en la mayoría de situaciones. Y, como la intención es sumar fuerzas para hacer frente de manera contundente a ambas problemáticas, ¿por qué no sumar todas las fuerzas posibles uniendo los dos ámbitos, el laboral y el de vivienda? Es irrelevante lo que perderíamos en el intento en comparación con la inmensidad que podemos ganar si conseguimos unir a afectados tanto en el ámbito de la vivienda como en el laboral. Lejos de ser incompatible, es una manera de organizar políticamente al mayor número de personas a través de dos tipos de problemáticas muy ligadas entre sí, en un barrio como es Moratalaz en el que posibles afectados están completamente desprotegidos al no disponer de una asamblea de vivienda o un sindicato de barrio al que poder acudir para enfrentarse a ello.
Hace ya años, desde ADELA de Carabanchel nos contaban que “No tenemos ninguna intención de sustituir a los sindicatos, a los que por otra parte consideramos organizaciones fundamentales y necesarias, sino llegar a donde entendemos que bien por falta de interés o de fuerzas no están pudiendo, y en el caso de los más combativos y de clase, facilitar que alguna vez puedan hacerlo”. ¿Cuál será vuestra relación con los sindicatos alternativos?
¡Firmamos encantados cada palabra dicha por ADELA en esa frase! No solo es nuestra intención compartir metas y objetivos con los sindicatos alternativos y combativos, sino que entendemos que no obstaculizamos el trabajo de ellos por ofrecer más herramientas a los trabajadores para organizarnos. En muchas ocasiones, como dicen los compañeros de ADELA, los sindicatos alternativos no tienen fuerzas suficientes para llegar a los rincones de nuestros barrios, algo que nosotros sí que podemos hacer. ¿Por qué no ayudarnos mutuamente? A todo ello añadimos el conocimiento que nos brindan este tipo de sindicatos, como todo el que por ejemplo adquirimos junto a la CNT-AIT durante la serie de acciones y protestas que llevamos a cabo en Moratalaz a raíz del accidente laboral mortal de Marijose, conserje del IES Felipe II, como consecuencia de la negligencia de una Dirección cuanto menos incompetente. Nunca olvidaremos esas semanas ni los aprendizajes que de todo ello sacamos.
Nos alegra que en vuestro comunicado hagáis mención de los “pequeños propietarios” y “pequeñas empresas” como unos de los causantes de la especulación y la explotación laboral no apuntando solamente a multinacionales y fondos buitres. ¿Creéis que a veces se olvida el papel de los comercios de barrio en los abusos laborales en algunas campañas de los movimientos sociales que buscan potenciar el “comercio local”?
¡Por supuesto! Ya no solo se olvida que la lógica de las relaciones laborales en los pequeños comercios sea la misma que en la de los medianos y grandes establecimientos, sino que en este tipo de campañas, consciente o inconscientemente, se está blanqueando tanto a posibles explotadores como una cultura e ideas acerca del trabajo que están muy lejos de nosotros, políticamente hablando. Este último es el caso de los negocios unipersonales, cuyos dueños y únicos trabajadores hacen hincapié en el trabajo como modelo de vida, algo que rechazamos enérgicamente. Los salarios y las condiciones laborales del pequeño comercio siguen el patrón marcado por los Convenios sectoriales de la Comunidad Autónoma en cuestión o/y el Estatuto de los Trabajadores, un patrón que en cuerpo y esencia es el mismo que el de las grandes empresas, cuyos Convenios laborales no son muy lejanos en cuanto a contenido en comparación a los autonómicos. Y ello sin tener en cuenta cómo ni tan siquiera se cumplen las condiciones laborales establecidas en dichos convenios. Los pequeños comercios no “hacen barrio” ni “dan vida al barrio”. Especulan con bienes de primera necesidad, con nuestros salarios y con nuestras condiciones laborales, al igual que las grandes marcas. Blanquearles a través de campañas que buscan potenciar “el comercio local” tiene como consecuencia la desprotección total de sus trabajadores, al poner el foco de posible sobre-explotación laboral únicamente en las grandes empresas en lugar de en cualquier empresa, sea ésta del tamaño que sea, donde haya trabajadores. Y aquí es donde entramos nosotros.
Vemos que os reunís en el CPK La Bankarrota, ¿nos podéis contar la trayectoria y situación legal actual del local?
El espacio de reunión es CPK Bankarrota, un antigua sucursal de Caja Madrid okupada desde febrero de 2015 en Moratalaz, y que a día de hoy se encuentra en manos del fondo buitre Arguijo, que tantos desahucios de familias ha protagonizado. Los que formamos parte del Sindicato de Barrio de Moratalaz, y los que formamos o hemos formado parte de Distrito 14, sabemos perfectamente que no hubiésemos llegado hasta aquí si no hubiese sido posible la existencia de CPK Bankarrota. Tener un espacio seguro donde poder realizar asambleas, tomar decisiones, preparar y llevar a cabo acciones, organizar cafetas, dotar de espacios de reunión a coordinadoras, etc., tiene una importancia enorme políticamente hablando. No nos imaginamos todos estos años de militancia sin este espacio. La situación legal de CPK Bankarrota es complicada. No nos quedan muchos meses hasta el desalojo; el juicio tuvo lugar hace aproximadamente medio año y, como es lógico en la lógica del Estado capitalista (valga la redundancia), lo perdimos. A día de hoy se encuentra interpuesto un recurso, el último antes de la sentencia definitiva que, tal y como esperamos, señalará hora y lugar para el desalojo del espacio. A pesar de ello, la sentencia no impide que puedan aparecer otros espacios como éste en Moratalaz en un futuro.
Dado que os juntáis en un espacio okupado, nos imaginamos la respuesta, pero ¿qué importancia le dais a la defensa de la okupación dentro de la lucha por la vivienda?
Defendemos de manera rotunda y sin matices la okupación como método para poder acceder a una vivienda digna y hacer así realidad este derecho. No nos importa que el propietario sea un banco, un fondo, una empresa o un particular; todos los propietarios de varias viviendas especulan con ellas de una u otra manera en beneficio de ellos y en perjuicio de los trabajadores que las habitan y que las pagan con mucho sudor y trabajo. Nuestro lema es claro: “tenemos derecho a una vivienda digna: o nos la dan, o la cogemos”.
Puedes contactar con el Sindicato en sindicatobarriomoratalaz@gmail.com
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