Director: Gerard Escuer. Bonzo Producciones. Madrid, 2017. 115 minutos
Tendemos a asociar los términos ‘censura’ o ‘censor’ con períodos pretéritos, como los 37 años de dictadura franquista o, si nos remontamos aún más atrás, el segundo ‘advenimiento’ de la Santa Inquisición, hacia finales del siglo XV. Sin embargo la censura no es cosa del pasado, es una amenaza muy real y muy actual. Un ejemplo de dolorosa actualidad es que las denuncias por enaltecimiento del terrorismo se han multiplicado por veinte desde que ETA dejó las armas.
Músicos, tuiteros, escritoras, actores, periodistas e incluso titiriteros han pasado por el calabozo, algunas han sido multadas y otros esperan penas de hasta doce años de prisión.
El documental Tijera contra papel analiza las causas de esta ola represiva desde sus mismas raíces, pero centrándose casi exclusivamente en el mundo de la creación artística, por lo que algunos casos como el de Cassandra Vera o el de Guillermo Zapata se quedan fuera. Aparecen músicos, dibujantes, periodistas y abogados, relatando algunos de los procesos penales más significativos de los últimos tiempos relacionados con el ejercicio de la libertad de expresión, analizando en clave jurídica esta nueva tendencia de judicializar expresiones de que no son universalmente aceptadas. Hablamos de casos como el de los Titiriteros, Strawberry, Valtonyc, Pablo Hásel, La Insurgencia, etc.
Este documental quiere ser un homenaje a toda esa gente que dedica su vida a gritar sobre y a las injusticias, a la vez que un altavoz para las voces que quieren silenciar y no tienen cabida en la radio, ni en la TV de la cultura dominada por las radiofórmulas. Entiéndase también como un grito de desprecio y alarma ante estos métodos propios de fascistas, que nunca se fueron pero que reviven estos días con fuerza.
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